Cristina y María hicieron una especie de amistad muy amena y juntas integraron a los dos niños y al joven Joseph Rousseau.
Gerardo a pesar de divertirse estaba observando todo lo que tenía que ver con su madre y también observaba de manera preocupada la forma en que Cristina se alegraba del trato que su jefe le daba a Mariana.
_María -dijo Gerardo - mi hermano tiene sueño, busquemos a mi mamá.
_Mi niño, recuerda que es el trabajo de tu madre, ella los trajo para que disfrutarán. -dijo la mujer llena de ternura hacia Gerardo.
_Ya disfrutamos nana, ahora queremos ir por mamá. Mi hermano tiene sueño, y yo la necesito mucho, siempre nos acompaña a la cama.
_Esperemos un rato más mi niño....yo misma los acompañaré.
_Si nana.
...
Mariana volteó y miró retirarse al Señor Cisnero, ella pareció darse cuenta que hubo una inconformidad y se sintió un poco apenada, pero el Señor Jacobo Rousseau se acercó con una sonrisa que más qué alegría parecía triunfo, puso su brazo y ella de manera elegante y con una inmensa sonrisa se tomó a él y caminaron al centro del salón.
_El señor Cisnero se fue temprano -dijo ella preocupada- creí que...bueno, la idea es que disfrutara de la presentación...¿Hice algo mal que le causó alguna molestia? ¿Acaso se fue porque yo estaba aquí?
_Tiene algunas complicaciones y debió volver...es un señor muy grosero, no lo había notado, quizás porque siempre lo acompaña la esposa y hoy no pudo venir. ¿Sabes Mariana? ¿Puedo hablarte de tú, verdad?
_Sí señor...- Jacobo Rousseau rió encantador - bueno, usted es muy noble, gracias por quitar a ese señor Cisnero de mi presencia, fue muy incómodo, si es extraño.
_Un abusivo, no confíes nunca en esa gente.
_¿Cómo hacerlo? Yo sé lo que pasó señor Rousseau, sé que mi ex esposo se dejó comprar por miedo y traidor, quería que yo comprendiera algo que...
_¿Mariana, viste el cielo desde la terraza? -ella sonrió apenada al notar que le quería cambiar el tema.
_Perdón, disculpe...
_Sus hijos vienen hacia acá... Gerardo trae cara de poco amigo.
_Entiendo, gracias por decirme.
_¿Mami, podría tomar la mano de mi hermanito? -dijo quitando la otra mano del brazo del señor Rousseau.
_Por supuesto mi amor, veamos... ¿cómo se sienten? -preguntó ella bajando a consentirlos.
_Mami, quiero dormir -dijo el pequeño mientras estrujaba sus ojitos.
_Puede subir Mariana -dijo el señor Rousseau- entiendo que los niños deben descansar temprano.
_Señor yo no pensé... qué pena, le diré a María... estaré devueltas para continuar.
_No, no se preocupe, créame...ha hecho un buen trabajo.
_Me ocuparé de los niños señor Rousseau, pero regresaré, Gerardo es un caballero y sabe que su madre debe trabajar, lo hemos conversado y él lo entendió perfectamente, eso me dijo en casa.
Ella se retiró del salón con sus hijos y María, fueron hacia la habitación asignada, al entrar empezaron a ponerse las pijama para ir a su cepillado.
_Mami, no quiero que tomes el brazo de ese señor, así salias de casa con papá. -ella sonrió y besó su mejilla- No me gusta que siempre está contigo -lloró ocultando su rostro.
_Ven aquí mi amor. -lo abrazó- hijo, ustedes son mi mundo entero. Acostémonos abrazaditos y hablemos, mira que ya tu hermano se durmió.
_No quiero que tome su brazo...tengo miedo Mami.
_Gerardo, todas las señoras que están en la fiesta, el señor Rousseau ha sido cordial -sonrió mientras besó sus mejillas.
_No son lindas como tú Mami. -ella lo abrazó nuevamente y lo acompañó hasta dormirse.
***
La mirada de Jacobo Rousseau se posesionó de la imagen de Mariana al verla bajar, Cristina rió mirando a Joseph y ambos se alejaron para que atienda a la mujer que ellos estaban seguro que le había robado el corazón.
_¿Mariana, los niños están bien? -preguntó con interés- Gerardo es un caballero, no esperaba menos de él, mi hijo era igual de protector con su madre.
_Él siempre ha sido así señor Rousseau, le expliqué que usted es un caballero y que todas las señoras han sido tratada igual por usted.
_¿Comprendió Gerardo?
_No señor Rousseau, dijo que yo era la más linda, es un adulador mi hijo, siempre lo ha sido, pero no se preocupe, hasta con su padre era igual...de él también me cuidaba.
_Con todo el respeto le diré Mariana, es usted la mujer más bella, su hijo tiene toda la razón -ella se sintió avergonzada por la mirada del señor Rousseau, pero él sonrió lleno de una caballerosidad inigualable y la acercó adónde estaban las presentaciones de lo novedoso del mercado y le detalló en palabra la descripción de lo nuevo en el sistema, lo que no sabían era que estaban siendo observados.
La noche de brindis y elegancia se transformó en el auge del momento de la dama que después de su divorcio se convirtió en la imagen de los negocios del señor Jacobo Rousseau, creando muchas interrogantes de forma libre en las redes sociales.