Apostando A Tu Amor

CAPÍTULO 10. PROTECTOR OCULTO.

El mismo Jacobo Rousseau regresó a Mariana con su familia al hogar, no pudo dejar de sentirse admirado por la aceptación de vivir en un lugar cargado de humildad y sin el nivel de privacidad y protección a lo que ella estaba acostumbrada.

Su rostro de preocupación juzgaba en su cabeza a Santo por haber abandonado a su familia de la manera que lo hizo, al mirarla tan sublime pensaba que podía estar haciendo un esfuerzo para mantenerse en ese lugar.

_Aquí vivimos señor Rousseau, es un lugar pequeño, pero muy acogedor, mis hijos son muy felices acá, en la hora de la tarde comparten con otros niños y además... su escuela queda cerca. No es lo que acostumbraban, pero están conmigo, ellos aprenden rápido.

_Mariana, no tienes que vivir aquí si no quieres, nuestras empresas tiene un apartamento ya amueblado y listo para la mudanza si lo deseas ahora, no veo este lugar seguro para usted y los niños.

_Apenas nos adaptamos acá, de veras estamos bien. -dijo con una sonrisa- No necesito mucho...creo que para empezar ésto está muy bien.

_¿Seguro Mariana? Es cuestión de que aceptes y de inmediato vamos allá.

_Seguro, estamos bien.

_Por favor, no dudes en llamarme, no importa la hora, no me gusta dejarla acá con los niños...no puedo creerlo, ¿Por qué no me dijiste que necesitabas un lugar para vivir? Yooo...

_Aquí viven muy buenas personas señor Rousseau... gracias por preocuparse por nosotros, seguro más adelante podré mudarme, por lo menos acá tenemos los servicios...es retirado sí, pero como le dije, las personas son buenas.

_Solo tenme en cuenta por cualquier eventualidad, prométeme que me llamarás si algún problema se te presenta, Mariana, de verás no estoy tranquilo.

_Es en serio, es un lugar sano, mis hijos, María y yo estamos bien.

Jacobo Rousseau salió un poco inquieto dejándola allí, su pensamiento lo intranquilizaba hasta romper el silencio.

_¿Sucede algo señor?

_Estoy inquieto, Mariana está a la deriva en ese lugar con los niños y la nana, sé que poner a alguien allí es llamar la atención, pero no puedo irme y dejarla así. No estoy en paz desde el encuentro con Cisnero, ese señor es peligroso.

Pondremos cámaras de seguridad señor y mandaremos algunas vigilancia como si fueran del gobierno. No sé preocupe.

_Estoy sorprendido, prefiere estar allí...yo le ofrecí un departamento...haz lo que sea que no llame la atención, ojalá que realmente no vuelva a la vida de ese infeliz de Santo, lo pienso y me arde la sangre, ¿Cómo es posible que su familia pase por ésto? A él parece no importarle...¡Desprecio a ese tipo...!

_Ya gestionaremos señor.

_Para hoy mismo. -dijo con autoridad- No puedo creerlo que quiera estar allí...

_Señor tomaremos las medidas pertinentes.

El pensamiento del señor Rousseau estaba dominado por una especie de preocupación que llegaba a atemorizarlo pensando en Mariana y los niños.

***

Los días transcurrieron y con ellos trajo la novedad que el señor Cisnero llegó hasta Mariana. El hombre bajó del auto como si lo estaban esperando.

_Señor Cisnero...- dijo un guardaespaldas- lo acompañamos.

_Quédense acá -dijo entusiasmado- hablaré a solas con esa mujer.

-Sí señor.

El hombre se acercó a la puerta y se arregló un poco el cabello y su ropa, sacó su spray de menta y refrescó su aliento tras haber aclarado su garganta.

María abrió la puerta después de unos desesperados toques, no pudo evitar ponerse nerviosa al ver el carácter terrible de este abusivo hombre y volteó nerviosa a mirar a Mariana, ella de inmediato se puso en su frente.

_¡Váyase de mi casa....-dijo llena de susto.

_¿Asi que es aquí en dónde vive el bombón de la fiesta de Jacobo Rousseau? -preguntó haciéndola retroceder- Yo nunca olvido a una mujer Marianita...y menos cuando tengo un objetivo en mente.

_Soy Mariana, ¿Qué hace en mi casa? ¿No le bastó lo qué Santo y su hija nos hicieron a mí y a mi familia?

_Tú puedes cobrarle traición por traición a Santo si te da la gana -dijo con arrogancia- acepta a hablar conmigo, no te arrepentirás.

_Váyase de mi casa - gritó temerosa al verle el rostro y la mirada sobre su cuerpo.

_Mariana, ésto es por las buenas...renuncia al trabajo del señor Rousseau, te daré lo que quieras, lo que sea y no vivirás en este inmundo lugar.

_¡Inmunda tiene usted la boca y el alma, váyase, la señora se lo pidió! -gritó furiosa María y el hombre rió haciendo caso omiso.

_No Mariana, no me voy...conmigo puedes tenerlo todo....

_Váyase por favor -dijo ella cuando retrocedía aún más evitando la cercanía del malvado hombre.

_Eres demasiado bella...yo pondría el mundo a tus pies..-lo que no se esperaba el señor Cisnero fue la cubeta de agua casi congelada que le vació María.

_¡¿Qué hizo maldita vieja?! -gritó furioso mientras se sacudía ante la frialdad que ésto le ocasionó.




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