Apostando por la virgen

La chica de la moto

Pov: Thomas

Se acerca un poco más a mí, moviendo sus caderas al ritmo de la música, siento mi corazón palpitar con fuerza y una necesidad inmensa de mover mis manos por todo su cuerpo, sus ojos en ningún momento se despegan de los míos, se muerde el labio inferior provocando escalofríos en mi cuerpo, tomo sus caderas acercándola todo lo que puedo a mí, ella sube sus brazos a mi cuello y jala de mi con delicadeza para alcanzar mi oído con sus labios.

- “Mira mi amor, quisiera hacerte entender como los besos de tus labios me enloquecen y me tienen cayendo” – Su voz hizo estragos en mi cuerpo, suspire levemente cuando sus labios rozaron el lóbulo de mi oreja – “Bésame la espalda píntame las curvas de mi cuerpo con tu lengua, si me escuchas no sé qué estoy diciendo, estoy cayendo” –

Aprieto sus caderas con fuerza por un momento y un suspiro se escapa de sus labios, se aleja un poco de mí, tomo su mentón con una mano y la miro directamente a los ojos, deleitándome con ese azul verdoso de sus ojos, sus pupilas se han dilatado, miro sus labios rosados y deliciosamente carnosos, parece que ella pensaba lo mismo que yo, ya que sus labios se encuentran con los míos, me pierdo en la suavidad de su piel, puedo sentir como una pequeña punzada en mi entrepierna me recuerda que estoy haciendo, rozo ligeramente su labio inferior con mi lengua, pidiéndole acceso a su boca, el cual me concede chocando su lengua con la mía, su sabor es dulce y embriagante, como todo lo que note en ella desde el momento en que sus ojos chocaron con los míos.

-Thomas – Escucho la voz que me ha sacado de mis recuerdos y ruedo los ojos al ver que ha sido mi hermana - ¿qué pasa hoy contigo? Estas más tonto que otros días –

- ¿No puedes dejar de fastidiar por lo menos un día? – sonrió con burla cuando se hace la ofendida, ve la hora en su teléfono y sale corriendo hacia el cuarto de arriba para terminar de arreglarse, rio fuerte cuando veo como se tropieza en el último escalón y casi se cae.

Niego con la cabeza levantándome para acomodar los trastes en el fregadero, me dirijo a hacer lo mismo que ella, para después salir hacia el auto con la mochila en el hombro, Zoé llega detrás de mi subiéndose con prisa y yo solo puedo burlarme de lo nerviosa que se encuentra de por fin regresar.

Hoy es el primer día de clases de mi último año de preparatoria, y es una gran ventaja que tu padrastro trabaje como director en la escuela que vas a asistir, ya que estar dos años en un internado en el extranjero nos habría costado un poco más de papeleo y trabajo a mi hermana y a mí, todo se veía extrañamente diferente pero igual a como lo recordaba, podía decir lo mismo de mis amigos de la secundaria, ninguno era el mismo de antes y obviamente todos habíamos crecido unos cuantos centímetros más, Zoé estaba ansiosa de regresar y ver a sus amigas, con las cuales durante estos dos años jamás perdió contacto.

Veo el reloj en mi muñeca por quinta vez en diez minutos, llevo atascado en este maldito semáforo una eternidad, el trafico me está jodiendo la estúpida mañana, volteo a ver a Zoé que sigue tratando de encontrar una estación buena en la radio, después de otros dos minutos se pone el verde y logramos avanzar solo un poco y se vuelve a poner el rojo, pero que carajos, aprieto el volante con enfado y maldigo al imbécil que creo esas cosas; vuelvo a esperar que se ponga el verde y cuando eso ocurre me dispongo a hacer el cambio de velocidad, pero una moto que pasa al lado del coche como alma que lleva el diablo me detiene, me sorprendo al ver como estuvo a nada de hacerle un rayón al, hago sonar mi claxon varias veces, molesto, pero la moto se sigue alejando pasando entre los espacios que dejan los coches.

 -Relájate Thomas – volteo a ver a mi hermana, desconcertado, ella solo señala mis manos, no me había dado cuenta de que tan fuerte estaba apretando.

- Lo siento – sonrió un poco apenado.

-  Entonces, hermanito, ¿Qué paso el fin de semana en la fiesta de Logan? No soy tonta y desde esa noche tu cabeza esta por las nubes- veo como mi hermana me sonríe de una forma extraña, ya imagino que estará pasando por su cabeza, la imagen de aquellos ojos azules verdosos pasa como un relámpago frente a mis ojos.

<<Valentina>> su voz resuena en mi cabeza.

- ¿A qué te refieres? – pregunto haciéndome el desentendido.

- Por favor, no te hagas el bobo, sabes de lo que hablo Thomas – niego con la cabeza mirándola con inocencia.

- Noup – abre la boca ofendida y se voltea para ver por la ventana.

- Eso no es justo - rio ante su expresión de niña berrinchuda – yo te cuento sobre todo lo que pueda contarte y tú no puedes hacer lo mismo conmigo ¿Dónde quedo la confianza hermanito? –

Después de contarle por encima lo sucedido, obvio no toque ningún detalle, se quedó un poco más tranquila, pero aún hacia sus preguntas sobre ella, el cómo era, y hacia sus teorías de que tal vez me la encontraría en la escuela, ya que había sido invitada a la fiesta, también me dijo lo estúpido que fui por no pedirle su número o alguna red social, a lo cual yo le dije que no era necesario que me lo dijera, ya que yo ya lo había hecho muchas veces en este tiempo.

Llegamos al aparcamiento de la escuela unos minutos después de haber pasado ese semáforo de infierno y lo primero que pude notar es que ya estaba casi todos los lugares ocupados, pero gracias a la vista de águila de Zoé, logramos encontrar un lugar en el medio. Zoé sale corriendo como una bala mientras yo pongo la alarma, la alcanzo antes de que llegue con sus amigas.



#5199 en Joven Adulto
#23956 en Novela romántica

En el texto hay: pasado, amor, apuestas

Editado: 17.07.2021

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.