Apostando por la virgen

Me vas a terminar volviendo loco

Pov. Thomas

Una semana… una maldita semana había pasado y no había noticias de ella, nadie decía nada, nadie hablaba de lo extraño que era que los hermanos Woodley no se aparecieran por ninguna parte, los chicos decían que solían hacer esto, desaparecer por un tiempo y después volvían como si nada hubiese pasado, los profesores tampoco parecían inquietos, era como si nada fuera diferente, pero para mí lo era.

Había algo extraño que no me dejaba estar tranquilo con las respuestas frías y completamente vagas de mis amigos, la única que parecía estar igual que yo era Vanesa, la mejor amiga de la chica de ojos azules, quien se veía cansada y agobiada, cuando me he acercado a preguntarle que le pasaba, ella dijo que solo estaba cansada, pero había algo más en su mirada, como si pidiera ayuda.

Era lunes de nuevo y parece que estaba demasiado silencioso, ya que Zoé me miraba como si tuviese una segunda cabeza, yo jamás estaba tan callado, a menos es que estuviera enojado o no sé, triste supongo, así que esta faceta mía tan silenciosa mi hermana la conocía muy poco.

- ¿Me vas a decir que es lo que pasa Thomy? – su voz se escuchaba preocupada.

- No hay nada que decir pequeña – la miro un segundo, sonriendo ligeramente.

Me estas mintiendo, estás preocupado por algo ¿Es porque esa chica no se ha presentado en la escuela la última semana? – a veces olvidaba que mi hermana era más perceptiva de lo que solía demostrar, era alguien muy inteligente, aunque había algunas cosas que aún no entendía del todo, pero lo intentaba.

- Hay algo raro en todo esto, y no sé cómo es que lo sé, pero hay algo que hace que mi estómago se contraiga cuando lo pienso – niego con una sonrisa divertida – suena absurdo ¿cierto? –  su hermana lo miro inclinando la cabeza ligeramente.

- De hecho, no, y cuando te des cuenta, sabrás que todo tiene más sentido de lo que te imaginas– el auto se detiene en el estacionamiento y miro a Zoé, quien ahora le sonreía con bastante ilusión – Oh no me mires así, tú debes darte cuenta de que es lo que te pasa, es tu vida de todas maneras – me mira de una forma divertida al notar lo desconcertado que me encontraba – Vamos, la escuela nos aguarda – toma su mochila mientras abre la puerta del auto, yo salgo después de ella poniendo la alarma y cerrando bien todo.

- Te veo antes del entrenamiento, pequeña – le doy un beso en la frente y ella sonríe complacida por la muestra de cariño y después se aleja hacia su pequeño grupo de amigos.

Esa chica a veces es extraña ¿A qué se refería? A veces creo que ella es la mayor de los dos, aunque sea dos años más pequeña que yo.

Camino por los pasillos de la escuela sintiendo una extraña sensación en mi pecho, como si mi corazón se estuviera acelerando por nada, al igual que el ambiente se sentía diferente ¿Acaso eso podría ser posible?

Llegué a mi casillero, todo parecía normal, como si nada estuviera pasando y seguro es que así era, no entendía cómo es que yo me sentía tan extraño, me encogí de hombros sintiéndome completamente ridículo por mis emociones, nunca he sido un chico del todo sentimental y la mayor parte del tiempo me la he vivido evitando que mi corazón me consuma, pero ahora algo me está volviendo loco y detesto no entender que es lo que sucede conmigo.

Todo el día trate de evitar a todo el mundo, realmente no estaba dispuesto a escuchar las pláticas de mis amigos, no estaba de humor para escuchar sus divagaciones con chicas, tampoco tenía ganas de ser partícipe de estas, pase casi todas las horas libres deambulando por los pasillos de Northwest, algunas personas me veían de forma extraña, aunque para mí era algo normal hacer eso, cuando no sabía lo que estaba pasando conmigo solía caminar durante horas, algunas veces corría hasta quedarme agotado y sin aire, esa sensación de que tus pulmones están quemándose y como cada respiración ardía, tu corazón latiendo a todo lo que puede, sentir como tu cabeza retumba y después desplomarte sobre el césped y sentir como todos tus músculos se relajan por completo, pero ahora me encontraba mirando a la nada esperando a que el entrenador dejada de regañar a uno de los muchachos por su impuntualidad, fue entonces cuando un borrón de una coleta  castaña llamo mi atención.

Mire hacia esa dirección y entonces la vi, con un uniforme de voleibol, bastante cómodo para las jugadoras, no era nada llamativo, constaba de una playera poco ajustada color naranja y un short deportivo negro, pero en ella se veía jodidamente bien, como si cada prenda se ajustara de forma perfecta a su cuerpo, tenía algunos mechones de cabello sueltos, esparcidos por varias partes, sus mejillas estaban ligeramente sonrosadas por el ejercicio.

Tal vez suene ridículo si lo dijese en voz alta, pero se veía perfecta de esa forma, trague saliva imaginándome algo prohibido y no pude evitar sonreír.

Busqué con la mirada a Ryan, y fue entonces que me di cuenta de que no estaba soñando, que la muchacha realmente estaba ahí y no era solo un espejismo de mi imaginación, observe al chico con mayor detenimiento, tanto que si alguien me estuviera mirando en este preciso instante, pensaría algo erróneo.

Se veía cansado, como si en toda esta semana no hubiese dormido bien, parecía completamente agotado, pero no solo físicamente, sino que también de otra manera, algo había sucedido, no solo habían decidido salir de la ciudad, no, dudaba que eso realmente hubiese pasado, pero realmente no podía meterme en asuntos que tal vez no debería saber, volví mi mirada a la castaña y para mi sorpresa me estaba mirando, aunque eso no duro mucho tiempo, ya que enseguida se ha volteado a seguir con el partido.



#5199 en Joven Adulto
#23956 en Novela romántica

En el texto hay: pasado, amor, apuestas

Editado: 17.07.2021

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.