Aprendiendo a Aceptar

Capítulo VII

—Primero debemos crearte una historia. —Violet veía a Abigail como si fuera un sueño. Toda esta situación era completamente surrealista.

 

—No sé qué decir. —se levantó de la otomana que estaba sentada. —Yo creo que es mejor decirle toda la verdad y que se olvide de mí.

 

Abigail simplemente negó. —Sé que lo más importante es la honestidad. Pero en este caso no la utilizaremos. —Abigail no dijo el motivo por el cual no le decían la verdad. Era por Theodore Blackwell. —Cuando sea el momento adecuado le dirás todo.

 

Violet seguía sin creer esa situación estaba pasando de verdad.

 

—No me va a creer. Yo no tengo la clase que tiene usted. Y cuando pregunte por mi familia. No sabría que responder.

 

Su jefa sonrió. —Gracias por el cumplido de que soy elegante. Pero cuando estuve en mi primera y única temporada fui todo menos eso. Mi madrastra pensaba que me iba a quedar solterona. —luego sonrió de nuevo pero esta vez con un toque de abatimiento. —Por eso te crearemos una historia. Algo que nos basaremos para que no haya errores.

 

— ¿Que le puedo decir? –Abigail no contestó se quedó pensando en su plan.

 

Luego de lo que parecían horas, respondió:

 

—Eres de Bath, hija de Sir Hayes, tu padre. Que murió cuando tú eras pequeña. Él lo creerá porque no investigará. Yo lo conozco. A veces puede ser muy tonto. No se cómo te enamoraste de él.

 

Violet se sonrojó pero aun así no sintió pena delante de Abigail. Ella no se tomó a mal que estuviera con su hermano. Y no podía de dejar de estar agradecida. Nadie en esa sociedad hubiera permitido eso. Enseguida la hubieran puesto de patitas a la calle.

 

—Él no es tonto. —habló por lo bajo y volvieron a teñirse sus mejillas de rojo.

 

Abigail asintió reconociendo el sentimiento. —Habló la voz del amor. Pero como yo soy su hermana y conozco sus más oscuros secretos. —Rio en complicidad. —Aunque te entiendo, Ethan y Sebastián siempre dice cosas de Alec que lo ponen como un tonto. Pero yo lo sigo amando con mucha intensidad.

 

Violet miraba con emoción la cara de su amiga. Como deseaba que Ethan en algún momento la mirara como veía el Señor Alejandro a Abigail. Que la necesitaran. Ser especial para alguien. Ser amada por ese alguien.

 

—Pero yo no tengo dote. —afirmó. —Su hermano no se encadenará a una mujer sin patrimonio.

Abigail conocía mucho a su consanguíneo, sabía que él no era interesado. —De eso me encargo yo. —No dijo nada más pero Violet entendió su silencio.

 

—No. —graznó rápidamente. —Yo no podría aceptar eso. Ya está haciendo demasiando por mí. Eso es abusar y yo no lo permitiré.

 

—Pero… —Violet no la dejó continuar.

 

—No Abigail. Ya es mucho que yo esté en su casa. Sin hacer nada y que me esté pagando mi sueldo. No puedo aceptar más.

 

Abigail asintió. —Está bien Violet. Entiendo. Y descuida que todo saldrá bien. Estoy segura de eso. —aunque Abigail no había terminado de contar todo su plan.

 

***

 

Estaba en club donde el pudor era lo menos que importaba. Veía a sus compañeros nobles. Perder la cabeza por alguna que otra mujer. Las esposas de los grandes condes, con ropa nada más que para tapar sus partes insignes.

 

Le daba un sorbo a su bebida cuando una mujer se le acercó. Estaba con un antifaz negro. Y tenía el cabello oscuro. Sin duda era muy hermosa. Pero nada que ver con Violet que era una mujer que destilaba inocencia y un tanto de picardía que le encantaba.

 

Ella se aproximó mucho más y sentó a ahorcajadas sobre él. Y comenzó a besarlo apasionadamente, Ethan, al principio le siguió el beso, pero en su mente aparecieron unos ojos azules como la noche y esa mirada hermosa. Y se levantó casi tirando a la mujer.



#2003 en Novela romántica
#711 en Otros
#140 en Novela histórica

En el texto hay: perdon, amor, aceptacion

Editado: 24.05.2018

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.