Aprendiendo a amar

Capítulo 11: Reemplazo

Lucia

Pienso en llamarlo, no acostumbro a hacerlo, pero realmente espero que me diga que fue un error del banco o algo por el estilo. Mis intentos fallan y por más que continúo marcando su número de camino a mi casa y luego al trabajo.

Mis intentos son inútiles y empiezo a desesperar y cuestionarme. Mi cabeza le da mil vueltas al asunto y busco el motivo que explique el monto de dinero en mi cuenta bancaria. Sin duda alguna, todo ese dinero solucionaría una buena parte de nuestros problemas, sin embargo, este pierde sentido al recordar al hombre que me tuvo en sus brazos anoche.

“El usuario no se encuentra disponible”

Empezaba a odiar esa vocecita. Tomo una ducha larga y procuro hacer el menor ruido posible. Mi madre esta de turno, pero mi hermano seguramente sigue dormido. Suspiro cansada y reviso nuevamente mi cuenta bancaria desde mi teléfono.

Es sencillamente imposible.

¿Realmente esta a punto de acabar? ¿De esta forma?

No me permito derramar lágrimas en vano. Presiento que esto debe ser una confusión o que hay una buena explicación detrás de todo, Cris no es tan despiadado como para hacerme a un lado después de todo lo que hemos compartido, lo que él me ha enseñado.

Salgo de casa aprisa y con el estómago vacío. Si tengo suerte puedo alcanzarlo en la oficina o mínimo comunicarme con el desde otro dispositivo.

Justo hoy parece haber un caos en las calles y debo bajarme unas calles antes para poder llegar a tiempo. Frente al edificio descubro una serie de reporteros esperando con hambre de una exclusiva.

De inmediato lo comprendo.

La empresa ganó el concurso. Cris lo consiguió. El es bastante reservado y prudente, no hay forma de que salga a alardear de esto frente a las personas, imagino que tendré que agendar una cita con algún medio de comunicación de renombre y nada más, tampoco le gustan las entrevistas.

Avanzo dentro de la empresa y noto un ambiente diferente. Descubro bastantes grupos platicando en voz baja con sus teléfonos en mano.

—¿Lucia que haces aquí? —Hugo me detiene antes de que pueda ingresar al elevador. Ayer llegue a pensar que ahora podríamos ser amigos, pero la sorpresa e incomodidad en su rostro me dicen otra cosa —. Te he llamado, incluso te envie un mensaje ¿no los has visto?

—Creo que no, pero ya sé que ganamos el concurso ¡Enhorabuena! —contesto sacando el aparato que me quita.

—Lucia, no te he llamado por eso —refuta ansioso—. Lo hice para advertirte que mejor te quedaras en casa por hoy.

—¿Pero que dices? —me rio—. No le tengo miedo a unos cuantos reporteros, además, no puedo tomar descansos con un proyecto de esa magnitud.

—No hablo del proyecto —suspira—. Ven, yo te llevaré a casa, será lo mejor —intenta tomarme del brazo, pero me muevo con rápidez.

—¿Por qué insistes tanto…

"El magante Cristofer Arslan sin duda alguna ha tenido una buena temporada…"

Es una de las pantallas arriba de los escritorios de recepción. Le han subido el volumen para compartir las noticias, sin embargo, no lo necesito con la imagen que transmiten y se extiende por el monitor.

El esta con ella, ambos vestidos a juego y ella de su brazo feliz y orgullosa del hombre que estrecha la mano de políticos y representantes. El muestra una caja de terciopelo y el brillo de la piedra en su interior ilumina el verdadero rostro de Cris y sus intenciones.

"Además de haber conseguido uno de los proyectos mas importantes del país, encontró el amor en el proceso y todo indica que el empresario y la hija del gobernador tocaran las campanas juntos a finales de este…"

Mis piernas se mueven con velocidad y con la voz de Hugo a lo lejos subo al elevador en dirección a la oficina. El reflejo en las puertas plateadas ya no muestra a la mujer de hace unos meses, una pobre ilusa que pensó que tenia todo bajo control y que vivía en una fantasía que le exploto en la cara.

—¡Lucia chica! —escucho decir a la encargada de recursos humanos cuando llego al piso—. Pensé que no volverías, pero que suerte que te encuentres aquí ¿no es así? —le dice a la chica de moño impecable y vestido ajustado.

—¿Necesitaban algo?

—Bueno, con el proyecto en marcha —empieza a explicar—. El señor Arslan solicito una nueva asistente.

—¿Tendrá dos asistentes?

—No —dice con una sonrisa incomoda—. Andrea se hará cargo a partir de ahora de su agenda y asuntos personales y tu de los asuntos competentes de la empresa únicamente.

La furia, decepción y tristeza peleaban en mi interior una amarga batalla por cuál de ellas terminaría de destruirme.

—¿Perdón?

—Tómatelo como un descanso —intenta animarme—. Y, además, contigo alado Andrea aprenderá de la mejor.

No le guardo rencor a la chica, sin embargo, me da coraje ver como no solo Cris se aseguro de llenar el hueco de la amante, también me reemplazo aquí.

—Creo que eso no será posible —respondo y una lagrima traicionera escapa. La limpio con rapidez y mantengo la cabeza en alto.




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