Prólogo

Aveces en el amor cuentan más que las personas, el simple hecho de entablar una amistad sana, independientemente de la edad, raza y cultura... Puede conllevar a una relación sana y duradera.

Aquel que dice que el amor llega a primera vista debe tener en cuenta que tan rápido como llega se va, lo importante de ese amor es esa carta que nos da a favor de otras personas. Nosotros que obtuvimos el amor a primera, solo nos queda conocer y que nos conozcan, entablar una relación pasada en el respeto y la confianza... Porque cuando se acaba el amor eso es lo que queda, y si no hemos aprendido a conocernos, respetarnos, confiar mutuamente y sobretodo a entendernos... Una vez se acabe ese amor, se llevará lo construido, lo vivido, lo disfrutado... 

¿Entonces qué nos queda?

Nos queda la amargura, el odio, la inseguridad, desconfianza al sexo opuesto, miedo al rechazo y al dolor... Entre otras cosas.

¿Pero saben una cosa? Lo peor del amor a primera vista es que no nos damos ese beneficio de ir despacio, conocer, disfrutar... Por tanto no comparamos el antes y el después, y cuando se acaba de malas maneras, y empezamos de cero con otra persona, desgraciadamente basamos nuestras comparaciones en las vivencias erróneas, en las decisiones mal tomadas y con las personas erróneas.

Hemos de aprender a ver a cada persona por lo que es, un individuo con sus propios errores y aciertos, con su personalidad propia y desligarnos de las comparaciones, porque la cohibimos, no le dejamos ser ni hacer, porque para él o ella va a ser más importante sacrificar su personalidad por complacernos y hacernos ver que no todos son iguales sin tener en cuenta que por el camino se puede llegar a perder. 

No creemos más monstruos, no hagamos aquello que no nos gusta, dejemos de juzgar y dar por sentadas cosas por el asentir general o vivencias, porque no somos jueces ni verdugos para dictar sentencia hacia nadie.

Ama sin complejos, date el gusto de errar hasta conocer a esa persona especial, que haya sido creada para complementaros, para ser uno. Mientras tanto, en lo que llega, disfruta de lo que la vida te da sin excesos.