Arcania : El Principe Exiliado Y La Heredera De Fuego

CAPÍTULO 9: Sinceridad

 

 

CAPÍTULO 9: Sinceridad

Cada día que pasaba Aideen se volvía más cerrada hacia mí, no parecía querer hablar con nadie y especulaba sobre lo que pasaba a su alrededor. Las clases de keegan y el cambio realmente no le hicieron bien.

Tenemos dos días y dos tardes de descanso a la semana, la invite a salir para que se distrajera un poco, fue realmente duro el tratar de convencerla; pero finalmente accedió. Tenía puesto mi distintivo short color café, mi cinturón, una camisa verde y una chaqueta negra con botas negras. Mientras la esperaba en la entrada de la academia mire a Alek que también estaba por salir. Usaba el mismo atuendo de cuando  lo conocimos, un pantalón café y una camisa azul rey de cuello largo y botas plateadas.

- Hola, Alek –

- hola Fred ¿vas de paseo?

- Si, voy a visitar el pueblo junto con Aideen, ¿no quieres acompañarnos?

- Humm veras – dijo mientras ponía una mano en su cabeza – ya tengo algo que hacer hoy y además no sé si lo has notado pero ella y yo no nos llevamos muy bien.

- lo he notado, pero ella no es lo que tú crees, solo hace falta que la conozcas mejor. Puede ser un poco difícil pero es una gran persona, ha pasado por mucho.

- Tal vez, pero por ahora creo que tomar un poco de distancia de ella sería lo mejor, pero no quiere decir que tú y yo no nos llevemos bien. - Dijo con una sonrisa y dándome una palmada en el hombro (me dolió un poco), después se marchó.

Al instante Aideen apareció detrás de mí, tenía puesto un vestido verde oscuro con detalles bordados y en su cintura colgaba una bolsa de cuero café, tenía su rojizo cabello sujeto en una cola alta con un listón del mismo color que su vestido, como accesorios llevaba el collar de gemas que coincidía con el mío y una pulsera de oro con gemas de fuego. Se miraba bastante bien pero parecía un tanto deprimida, la tome de la mano y bajamos hacia el pueblo de Concordia.

Caminamos por las concurridas calles, había puestos alrededor de la calle principal, varias tiendas y casas coloridas, así como las personas, había tanta gente de diferentes reinos que podrías fácilmente extraviarte. Mientras paseábamos por el pueblo miramos unos carteles de “se buscan” varios jóvenes habían desaparecido o estaban extraviados, me quede mirando las caras de ellos y no parecían tener algún rasgo en común.

- ¿Por qué habrá desaparecido?- Pregunte en voz alta

- No lo sé, tal vez querían estar solos o se perdieron en algún lugar – no pensé que Aideen me contestara, al final solo lo deje pasar y seguimos.

- Le pregunte a Aideen si quería ir a algún lugar en especial pero no me respondió con mucho entusiasmo; cuando ella normalmente me llevaría arrastrando a cualquier tienda que llamara su atención. Tome  la iniciativa y la lleve de la mano corriendo por la calle, hasta llegar a una tienda donde vendían y forjaban armas.

- Bienvenidos, puedo ayudarles en algo – dijo el hombre encargado, fornido de cabello rubio largo y barba abundante.

- Estamos viendo; gracias, si nos interesa algo se lo aremos saber- dije.

Aideen paseaba por los pasillos, mirando detenidamente los objetos de la tienda, cuando su mirada se posó sobre un hermoso arco de erioloba con finos detalles en la madera y bañado con rodio.

- Tiene muy buenos ojos señorita, esa es una de mis más exquisitas piezas – dijo el hombre orgulloso. -Puedes probarla si gustas-  La cara de Aideen se ilumino.

La sostuvo y tiro de la cuerda; en verdad era una pieza magnifica con un hermoso diseño. Aideen tomo una flecha y apunto a una de las dianas que adornaban el lugar y como era de esperar dio justo en el centro.

- Es increíble - dijo ella alegremente

- ¿No quieres comprarla? si te ha complacido tanto- dijo el hombre, mientras ella se lo estaba pensando yo me ofrecí a pagar por la pieza.

Pague por ella doscientos tres nikes de estaño, dos de cobre y tres gemas de tierra. (El estaño, el cobre y el aluminio son materiales muy poco comunes en Arcania y por ello se utilizan como método de pago al igual que las gemas). Mientras salíamos de la tienda Aideen parecía bastante contenta, lo cual me hizo feliz.

Un  estruendo detrás de nosotros nos distrajo; unos troncos de construcción se vinieron abajo rodando la colina. Mientras las personas se hacían a un lado rápidamente; una pequeña tropezó, su madre fue a cubrirla pero no lograrían salir de aquello, fui corriendo hacia ellas, coloque mi mano en el suelo y me concentre para levantar un muro que detuviera aquellos troncos, el plan funciono a la perfección pero termine tan mareado que me desmaye. Cuando desperté me encontraba recostado en las piernas de Aideen, ya era de tarde y estábamos sentados en una fuente de piedra adornada con flores y agua que fluía fresca.

- ¿Te encuentras bien? - Dijo Aideen con cara de angustia

- Si estoy bien, solo que he estado cansado-  el sol estaba por ponerse y el lugar se había teñido de naranja y rojizo, de tal modo que hacia parecer el cabello de Aideen una extensión más de aquel paisaje.

Aideen se levantó y dijo que deberíamos volver pronto a la academia, para después apartar su vista y volver a la seriedad con la que habíamos empezado. No pude resistirlo más y se lo pregunte directamente.



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En el texto hay: dioses, habilidades especiales, aventura y amor

Editado: 29.04.2020

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