Arcania : El Principe Exiliado Y La Heredera De Fuego

Capítulo 10: Reconciliaciones

https://scontent-sjc3-1.xx.fbcdn.net/v/t1.15752-9/87484995_191109652207358_5455235642814365696_n.jpg?_nc_cat=105&_nc_ohc=kKNXdVVSxWIAX8n0Uy1&_nc_ht=scontent-sjc3-1.xx&oh=15711b92ef937379232a4c7320ed3bf7&oe=5EF1125F 

Capítulo 10:  Reconciliaciones

Era nuestro día libre mis amigas y yo quedamos de dar una vuelta por el pueblo durante el día, pero un imprevisto me dejo sola viendo los alrededores. Regresada de las compras cuando uno de mis listones salió volando por el aire. Tenía puesto un vestido rosa y estaba sujetado con ese listón azul en la cintura, salí corriendo en su búsqueda (lo necesitaba para darle forma al vestido). Se me perdió de vista en alguno momento en el  bosque cerca de la entrada del pueblo a faldas del colegio. Me encontraba perdida cuando un aire frio llamo mi atención; seguí aquella sensación, hasta que tuve que cubrirme con ambas manos y de mi aliento salía vapor. Comencé a ver nieve entre los árboles y la maleza, fue entonces que pude notar una pequeña flor dentro de un bloque de hielo, me pareció extraño.

Me adentre un poco más en aquel lugar, comencé a escuchar una voz que parecía cansada y agitada “¡Una vez más!”. Me asome entre arbustos y para mi sorpresa era Alek quien estaba utilizando sus habilidades para congelar pequeñas plantas y alguno que otro pequeño animal (sentí lastima por ellos), mientras lo observaba en silencio note algo que me llamo mucho la atención, después congelar algún animal o planta intentaba desesperadamente deshacerlo y volverlo a como estaba, algunas veces funcionaba y otras no. El tiempo se pasó y me senté detrás de un árbol y solo podía escuchar su inhalación, su frustración y peleas consigo mismo para poder concentrarse.

Un pequeño conejito se me acerco y lo tome (no quería que fuera congelado). Estaba recargada en un árbol acariciando el conejo cuando escuche un grito de desesperación y una ventisca paso por entre los árboles, me asome un poco y todo estaba cubierto en nieve, mientras Alek se encontraba parado en medio, se incoó cansado frente a la misma flor que había congelado nuevamente. “¡Así nunca poder salvarlo!” grito y  el pequeño conejo salto de entre mis brazos y se dirigió hacia él, Impulsivamente me levante y grite “¡no!” Lo cual culmino en mi descubrimiento, Alek me miraba desorientado, para después incorporarse lentamente.

- ¿Qué es lo que haces aquí?-  Dijo con la mirada hacia abajo y de espaldas.

- Lo siento, no pretendía espiarte ni nada por el estilo - aunque si termine asiéndolo - Fue casualidad encontrarme contigo aquí, solo seguía algo que el viento me había robado.-Conteste nerviosa

Alek Se giró abruptamente - Debiste haberte marchado ¡Pude a ver cometido algún error y congelarte!- Dijo mientras señalaba algunas de las cosas que había congelado.

- Lo lamento.

- ¡Ya no importa!- se dio la vuelta nuevamente dándome la espalda.

- ¿Porque lo haces? – pregunte intrigada y preocupada.

- Será mejor que te vallas y no le digas nada de esto a nadie.

- No puedo dejarte aquí así nada más como así.

- ¡He dicho que te vayas! – me di un gran susto que me hizo dar un paso atrás.

- No preguntare porque lo haces, solo quiero saber que intentas, porque me gustaría ayudarte.

- No creo que puedas Hana; no lo entenderías  ¡tú no sabes nada!

- ¡Pero quiero saber! ¿Somos amigos, no? Quiero ayudarte.

- ¿Amigos?-su cabeza se levantó y sonaba impresionado poco a poco se dio la vuelta y me miro con sus azules ojos. - Nosotros no somos amigos, solo eres alguien con quien suelo hablar, nunca quede de acuerdo en ser algo así contigo-.

Esto me hizo entristecer, era nueva en esto de conocer a otras personas y pensé que lo estaba haciendo bien, nunca creí que estuviera siendo alguna molestia para alguien. Pero no me rendiría, esta era una de mis metas y no pretendía abandonar; ya había sido ignorada y tratada cruelmente por otras personas y no dejaría que algo como esto me molestara.

- En ese caso me gustaría serlo y aun si te niegas yo no me rendiré, no creo que seas una mala persona, solo estas molesto y si te sirve deseo escucharte como tú lo has hecho conmigo.-

Guarde silencio y lo mire directamente a la cara, se notaba un poco pensador, se desvió un instante. Al volver el rostro solo me dijo que me fuera y lo dejara pensar un poco, esa respuesta me fue suficiente por ese momento (puesto que no me dijo  “no” nuevamente). Salí entonces del bosque y justo en la entrada de la academia me encontré con Fred y Aideen quienes  regresaban del pueblo, Fred se ofreció a cargar mis cosas y me acompañaron a mi dormitorio. No sé muy bien que era lo que había pasado, pero su relación se sentía de alguna manera distinta a días anteriores. De repente me volvió a la memoria lo que Alek había dicho; sobre que nosotros no éramos amigos y que solo era una persona con la que solía hablar, entonces ¿sería lo mismo para ellos? O quizá cabría la posibilidad de que fuera diferente  y me aceptaran realmente como una amiga.



#1442 en Fantasía
#2153 en Otros
#132 en Aventura

En el texto hay: dioses, habilidades especiales, aventura y amor

Editado: 29.04.2020

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.