Capítulo 17: torneo
Ya habían pasado una temporada desde que me hice amigo de Hana, Fred y Aideen las cosas no estaban mal, pero ahora mismo estábamos bajo mucha presión pues el torneo se acercaba y debíamos esforzarnos. El manejo de mis poderes había mejorado bastante con respecto a la primera vez que pelee contra keegan y había congelado medio escenario (todavía no se ha podido descongelar). Desde entonces keegan me ha ayudado a serenar mis pensamientos y a entrenar aun fuera de horario, me ha servido mucho y me siento preparado para lo que sea que venga en este torneo.
Por causa del torneo las clases normales se vieron suspendidas y solo teníamos teoría de gema y combate; lo cual no lo hacía menos agotador. Aideen y Fred habían estado practicando juntos y me invitaban a participar en sus duelos improvisados, también solíamos tener a Hana como espectadora. Aideen había logrado controlar de una manera extraordinaria sus habilidad y canalizarla mejor, pero bajo la influencia de suma ira suele recaer, Fred por su parte no había mejorado mucho, el todavía no podía encontrar aquel sentimiento que le permitiera liberar su máximo potencial.
Faltaban pocos días para aquel torneo, me dirigía a ver a keegan cuando pude ver que Aideen y Fred estaban esperando fuera.
- ¿Qué es lo que están haciendo?
- Esperando- contesto Aideen con una cara de preocupación y mal humorada, su respuesta no me decía mucho pero no quería volver a preguntar y que se desquitara conmigo en un día que hasta ese momento iba bien.
- La madre de Aideen ha venido y se encuentra hablando con keegan- Fred que pudo entender lo que pensaba.
- ¿Tu madre? ¿Qué hace la reina hablando con keegan?- No habían respondido cuando la puerta por fin se abrió y keegan apareció.
Su expresión no tenía costo alguno salió casi completamente pálido y cerrando la puerta a sus espaldas y en cuanto escucha el cerrojo suelta un suspiro para relajarse.
- ¿Qué es lo que ha sucedido? ¿Qué te ha dicho? ¿Porque está aquí? - Aideen lo llenaba de preguntas y el hombre no sabía disimular su cara de susto lo cual me sorprendió mucho, él era normalmente el intimidante y no el intimado.
- Tu madre está molesta conmigo por lo que dije el primer día de clases contigo, intente explicarle que todo era parte de la clase pero ya sabes cómo es, se ha molestado de tal modo que por un momento creí incendiaria toda la habitación – keegan se incorporó nuevamente y volteo a verlos - Ahora es su turno, le he prestado la oficina para que puedan hablar; les deseo suerte.- Fue todo lo que dijo y se marchó.
Fred trago saliva y Aideen se quedó parada un instante en la puerta; yo me encontraba atrás observándolos, realmente me intrigaba; hasta olvide por completo a lo que se supone iría a ver a keegan. Cuando Aideen abrió la puerta se podía expedir un olor a quemado, como el escritorio estaba justo en frente y asomándome por detrás de ellos pude ver a la madre de Aideen, una mujer muy hermosa con una sonrisa atemorizante, sobre todo por las cosas y las cortinas medio chamuscadas que soltaban humo negro detrás de ella. Aideen y Fred entraron a paso lento y cerraron la puerta muy despacio hasta que solo se escuchó el clic del cerrojo.
Me quede fuera esperando a que salieran; pero me mandaron a llamar a la oficina del director, lo cual era extraño ya que con lo presionado que estaba no me había dado tiempo de ocasionar algún estruendo. Al llegar a la oficina estaba nuestro pequeño director escribiendo lo que parecían algunas cartas; entre, mi cuerpo casi se movía por sí solo, estaba acostumbrado a llegar y sentarme en aquella silla frente al escritorio. El pequeño seguía con la mirada en la hoja mientras escribía y yo miraba a mí alrededor aun sintiéndome familiarizado con el lugar.
- Esa pintura es nueva – dije
- Fue un regalo del reino del aire – contesto aun con la miraba abajo.
- Me podrías decir ya porque estoy aquí; esto me pone tenso y sé que no he hecho nada malo en este último mes- estaba molesto por que sabía que no había razón por la cual debería estar ahí.
- No te he llamado por algo como eso… esta vez. Lo que tengo que hablar contigo es algo de mucha más importancia – dijo mientras por fin volteaba a verme.
- ¿Y de que se trata?- estaba ya bastante nervioso
- he invitado a la reina del hielo al torneo - en cuanto lo dijo no pude evitar pararme tirando la silla y congelando un poco el suelo.
- ¡¿Qué?¡ ¡por que ha hecho eso?¡ - estaba molesto y asustado a la vez.
- Relájate y vuelve a tomar asiento para que pueda explicarte – me senté como dijo.
- Es una ley que ha existido desde hace mucho y una tradición en la academia; cualquier actividad relacionada con los integrantes de uno o más reinos se les entregue una formal invitación al o los soberanos de dicho reino, el reino de hielo no es una excepción, te he llamado aquí para decírtelo personalmente y que no te tomara por sorpresa el día del torneo, se los problemas por lo que estás pasando y creí necesario que lo supieras - me lo estaba explicando con gran seriedad y también de manera bastante familiar lo cual me tranquilizaba; aun así no podía dejar de pensar en lo que pasaría ese día.
-¿Ya ha aceptado la invitación?- pregunte nervioso.