Capítulo 23: La herencia
Después de que la pelea de Fred y Connor fuera considerada un empate el anillo de mi muñeca comenzó a parpadear, ignoraba por completo el por qué y si se detendría, por ahora lo único que podía hacer era ocultarlo tras un pedazo de tela.
La siguiente batalla estaba por dar inicio Alek y Aqua subieron al escenario, ella parecía bastante segura y podía notar un extraño comportamiento en Alek; sabía de antemano que ellos no se llevaban muy bien, pero al parecer solo era por parte de Alek ya que ella siempre lo había tratado con normalidad.
Hicieron sus respectivas reverencias y la pelea debió dar inicio; pero no lo hizo, la multitud comenzaba a incomodarse, cuando Alek dio el primer movimiento una lanza de hielo fue dirigida a gran velocidad, sin embargo fue partida a la mitad por una barrera de agua. La pelea no parecía impresionante hasta que Aqua dejo de defenderse, me pareció extraño y aún más lo que pasó después. No podía escuchar desde esa distancia pero parecía que estaban discutiendo, note como el suelo alrededor de Alek comenzaba a congelarse. Tenía un mal presentimiento; por alguna razón mi cuerpo me decía que debía acercarme y detenerlo. Finalmente la habilidad de Alek estallo y lo primero que pude divisar fue una figura muy familiar saltando por unas escaleras de roca y colocándose justo en medio del ataque.
Mi corazón se detuvo, la desesperación se apodero de mí y grite, inmediatamente baje a toda velocidad pasando sobre las personas. Al llegar intente frenéticamente con mis propias manos romper el hielo, no sentía dolor pero sabía que estaba lastimándome por los raspones a punto de sangrar de mis manos. Miraba tras el cristal a Fred atrapado en aquella prisión; mi corazón comenzó a acelerarse, intentaba con todas mis fuerzas contener las lágrimas.
Me voltee y tome al culpable por la ropa y le ordene que lo arreglara, pero me dijo que no podía. Me miro a la cara con un sentimiento de tristeza, mi ira subía cada vez más, ¿Cómo había podido hacer eso? ¿Qué quiere decir con que no puede? Simplemente quería hacerlo cenizas. Instintivamente encendí mi mano, tenía toda la intención de lograrlo, pero entonces el agacho la cabeza aceptando de alguna manera su condena. Un ligero pensamiento me vino a la mente ¿Fred quería esto? Él lo consideraba su amigo y una persona importante sea lo que sea, si Fred salía de esta ¿qué pensaría de mí? No pude resistirlo más y descargue mi frustración con aquello que me separaba la persona más importante para mí; el bloque de hielo.
Deje salir todo lo que tenía y cuando comencé a sentirme mareada y me faltaba la respiración me detuve, sabía que no serviría de nada, el hielo de Alek era indestructible. Mi visión volvía a la normalidad e intentaba regular mi respiración cunado Alek llamó mi atención. Para mi gran sorpresa y alivio el fuego que había provocado por la ira había logrado derretir una parte del bloque. Comencé a pensar que podía hacer para lograr derretirlo por completo cuando mi madre apareció de la nada y me lanzo algo. Era su collar de 20 gemas de fuego de diversos tamaños, pasados de generación en generación entre reinas y princesas, era una reliquia muy importante en la familia, no estaba segura de usarlo pero la situación lo ameritaba. Necesitaba concentrarme, debía exponer mi ira y concentrarla para no lastimar a Fred.
Tome el collar fuertemente con ambas manos y pensé en todo aquello que me causaba dolor e ira. Mi ira por Alek quien había congelado a Fred, la cancelación del compromiso y la búsqueda de pretendientes, Connor, keegan diciendo cosas sobre mi padre y Fred, mi madre gritándome. El fuego salió, debía mantener la visión firme para no lastimar a Fred pero también necesitaba seguir buscando más a fondo en mis recuerdos; recordé el último momento en el que vi a mi padre, estaba recostado por su enfermedad pero aun así sonreía y me acariciaba gentilmente la cabeza, después comenzó a toser y escupir sangre. Los médicos llegaron y me apartaron, gritaba fuertemente para que me dejaran ir con el pero todos me retenían; nadie quería dejarme ir, pero yo debía decirle algo, tenía que hacerlo, debía decirle “te amo”.
Mi mente se quedó en blanco, pero en un parpadeo volví a recuperar el control de mí; podía notar como me quedaba sin fuerzas, comencé acercarme para derretir lo que quedaba de hielo, tenía a Fred justo frente a mí pero cuando estuve a punto de levantarlo me desvanecí.
…….
Me desperté en la enfermería; Fred estaba al frente, durmiendo tranquilamente. Me levante tambaleando de mi cama, estaba descalza y solo tenía puesta una bata. Me acerque a él y tome su mano, tenía unas cuantas vendas y tiras por sus heridas anteriores. Tome una silla y me recosté a su lado hasta que mi madre entro tocando la puerta.
- Aideen, cariño ¿podemos hablar? -
Me levante y Salí con ella hacia una habitación vacía al lado de la enfermería, extendió su mano y me enseño el collar que había utilizado, ahora tenía menos de la mitad de gemas de fuego.
- Lo siento, sé que es una reliquia familiar que ha estado por generaciones pero de verdad… - Mi madre levanto la mano para que dejara de hablar, tomo las mías y coloco el collar en ellas.
- Puede que sea muy pronto, yo todavía no coloco mi gema. Pero tarde o temprano te pertenecería y creo que es momento de iniciar nuevas tradiciones.- ella sonrió- ¿Tienes idea de por qué las gemas son más rojas que las normales?- negué con la cabeza.