Capítulo 30: Reencuentro familiar
Nuestra primera parada era el reino del aire, debía pedir permiso a mis padres para sumarme al viaje. Hacía tiempo que no los miraba; estaba entusiasmada.
El viaje no era largo y fue mucho más corto debido a la velocidad a la que Aideen conducía el carruaje, Fred estaba con ella al lado y a pesar de estar fuertemente agarrado al asiento y con un poco de miedo la sonrisa y el asombro invadían su cara. Alek y yo estábamos dentro, él le gritaba muchas cosas a Aideen ya que no pasaba con delicadeza por el camino he hizo que se golpeara una infinidad de veces mientras yo me encontraba prácticamente abrazada al suelo.
La noche llego y todo se volvió más tranquilo; Alek conducía, él lo hacía mucho más relajado, lo que molesto a Aideen.
- Se supone que vamos por su hermano porque va tan lento ¿no debería estar apresurado?- Dijo Aideen en tono de molestia y con los brazos cruzados.
- Tal vez solo está pensando las cosas-. Le conteste amablemente. - Además no sabemos con qué nos podríamos encontrar, necesitamos pensar un poco en las posibilidades.
- En eso Hana tiene razón-. Dijo Fred - Necesitamos estar preparados para lo que se aproxime.
………..
Cuando desperté ya casi habíamos llegado, Aideen tenía la cabeza de fuera de un lado y Fred del otro, al parecer nunca había estado en el reino del aire y fue una gran vista para él. Grandes montañas, cascadas y arboles rosados decoraban el lugar con pequeñas casas esporádicas y entre aquellas montañas se podía ver un gran castillo blanco de colores marfil, con un tejado anaranjado, dorado y verde, con las puntas alzadas como si fueran cuernos, estaba compuesto por pilares anaranjados y varios pisos. Alek mostro la medalla y las rejas de metal se abrieron para recibirnos, pasamos por un gran puente mientras el aire corría y hacia caer las hojas.
Mi hogar era sencillo de dos pisos, estaba rodeada por plantas y daba un aire de tranquilidad, toque la puerta y esperamos a que alguno de mis padres abrieran pero ninguno atendió mi llamado, me asome por las ventanas y la casa se miraba vacía; comencé a entrar en pánico, estaba realmente preocupada y caminaba de un lado al otro haciendo extrañas suposiciones, Aideen me tomo de los hombros.
- Tranquilízate por favor que vas a hacer un hoyo en el suelo -
- Pero no sé donde puedan estar, ¿y si les paso algo malo? ¿Qué es lo que haría yo sin ellos? ¿Y si es porque yo no estuve aquí? Y si…
Aideen comenzó a zangolotearme de tal modo que hizo que me mareara, escuche una voz conocida
- ¿Hana? ¿Princesa? ¿Eres tú? -
Aun un poco aturdida pude reconocer a mis padres y me dirigí a abrazarlos y presentarles a mis nuevos amigos.
- Mama, papa ellos son mis amigos, Alek, Aideen y Fred.- mis padres hicieron una leve reverencia - mi padre Takeshi y mi madre Haruka Kimura
- Mucho gusto muchachos; adelante, les sirviera un poco de té y galletas.- Dijo mi madre
Entramos en casa y pregunte a mi padre donde había estado.
- Fui a entregar una pintura y hacer algunas compras con tu madre, se me habían acabado algunos materiales para otro trabajo princesa.
- Disculpe señor pero ¿a qué se dedica usted?- Pregunto Fred
- Soy pintor – mi padre sonrió orgulloso.
- Aideen escupió un poco de su té y Alek se inclinó hacia delante.
- ¡Ya sé quién es usted! ha ido a mi casa y tengo varios cuadros suyos y retratos, de verdad es impresionante. - Menciono Aideen asombrada
- Yo también lo conozco, todas las pinturas del castillo fueron hechas por usted, es realmente muy bueno. - Agrego Alek
- Gracias jóvenes por sus halagos; si, he hecho varios trabajos para la realeza.
Pasamos un buen rato platicando y después Alek comenzó hablar de su hermano y de la razón por que estábamos ahí. Mi padre se quedó serio un instante, mi madre no daba la cara ya que estaba en la cocina lavando las tazas.
- Princesa, si tu deseo es acompañar a tus amigos no veo por qué detenerte, sé que tu madre estará de acuerdo conmigo así que tienes nuestro permiso.
Comencé a saltar de alegría y abrase a mis padres dándoles las gracias. La tarde llego y mi madre sugirió que pasáramos ahí la noche y partiéramos en la mañana yo no me negué y mis amigos tampoco así que aliste un cuarto donde ellos pudieran dormir.
…….
Me levante a mitad de la noche y fui a la habitación de mis padres pero solo estaba mi madre dormida; mire en la siguiente habitación, el único que se encontraba era Fred y ni siquiera estaba dormido estaba con una lámpara dibujando y escribiendo, el suelo estaba lleno de bocetos por lo cual no me sorprendió que Aideen y Alek se fueran de la habitación. Baje las escaleras y unas de las puertas corredizas estaba abierta, afuera se encontraban sentados Aideen y mi padre. Me acerque un poco para preguntarles si podíamos ver la luna juntos cuando escuche algo que me lo impidió.
- Al día siguiente mi padre falleció- alcance escuchar decir a Aideen.