Todas metidas en habitaciones separadas totalmente aisladas del exterior, con un reproductor de discos y una pantalla relativamente grande, libros y películas a montones para que nadie perdiese la cordura.
-Si esas pruebas salen positivas, no quiero que le avises a alguien- dijo Milos mientras le sacaban sangre a través de la puerta
-Solo nos tomara unos segundos- dijo alguien del otro lado de la puerta
-Esperare-
-Bien sargento, el reconocimiento sanguíneo arrojo que usted es el sargento mayor Milos Aratia Aratia, ¿Correcto?-
-Correcto-
-Fue dado por muerto hace un año y antes me comento que no se difundiera su estado con alguien más, ¿Puedo saber la razón?-
-Claro que puede, pero antes, ¿Le puedo preguntar algo?-
-Adelante sargento-
-¿Tendré mi recompensa por servir a mi país?-
-Con todo lo que hizo, recibirá muchas medallas-
-No me refiero a eso, quiero saber si me concederían una petición-
-Si está dentro de las cotas de un país que se recupera de la guerra, la presidenta estará más que complacida-
-Si es así, lo que quiero…-
-No puedo ver a través de tu casco, ¿Puedo confiar en usted?- preguntó Marco antes que la doctora le extrajera sangre
-Si puedes, además, no tienes de otra- contestó la doctora
Marco dejo su brazo flojo y la doctora introdujo la aguja, la sangre salía como un chorro que al llenar el bote la doctora cortó para envasarla y posteriormente introducirla en una terminal de su computador.
-Tendré su identificación en…-
La doctora se quedó en silencio un rato, como si intentara comprobar algo en la computadora.
-Sargento Marco, está limpio, aun así, cumplirá con la cuarentena- dijo la doctora y salió del cuarto
-¿Ha experimentado alucinaciones o similares?- preguntó una voz de una mujer
-¿Cómo debería contestar a eso?- preguntó Samara mientras miraba discretamente a Hanako
-Afirmando o negando-
-No, tengo ningún tipo de alucinaciones-
-¿Cómo han sido sus sueños últimamente?-
-No lo sé, no los recuerdo-
-Sabes, ya me fastidié de que intenté entrar a tu psique, hare que se valla- dijo Hanako
-¡Guardias, una intrusa!- grito la voz
Todas las guardias equipadas con traje y armas entraron a la habitación.
-Todo despejado- anuncio una de las guardias
-Yo la puedo ver ahí, sentada a lado de Samara-
-Nosotras no vemos algo, llévense a la psicóloga de aquí- ordenó la que parecía a cargo
Las guardias salieron de la habitación dejando nuevamente solas a Samara y a Hanako.
-Quiero ver una película- dijo Hanako y junto a Samara se pusieron de pie para ir al librero de películas, Samara señalaba con su dedo cada película para que Hanako le dijese- no, esa no, ninguna de esta fila, pon la que está en la última, la que trata de mi-
Samara saco la película y la puso en el reproductor, apago las luces a petición de Hanako y se recostó en la cama junto a ella para disfrutar de la película.
-¿Cómo fue que te uniste al ejercito?- preguntó la bocina
-Mi anterior jefa, la hija de Cortez, Seiji la mató, Seiji pertenecía al ejército, eso me llevo a pelear por México- contestó Lía
-¿Por qué Seiji mato a la hija de Cortez?- preguntó la bocina
-Porque ella lo intento matar- contestó Kayako
-¿Por qué?- preguntó la bocina
-Por qué Seiji mato a Cortez, la hija vengaría a su padre- contestó Lía
-¿Mataste a algún soldado mexicano o estadounidense?- preguntó la bocina
-No, solo rusos y chinos- contestó Kayako
-No estas registrada en la base de datos, tampoco hay crímenes que podamos comprobar fuiste tú, te daremos una identidad nueva con el nombre que dices tener, bienvenida a México-
-Maylo, ¿Quién lo contrato?- preguntó una mujer del otro lado del cristal
-Milos señora, él fue el que me llamo a mí y a mis soldados-
-¿Cómo se pudo comunicar alguien a mitad de la guerra?-
-No lo sé, solo sé que me llego su llamada y yo atendí, me ofrecieron una fuerte suma de dinero…-
-¿Cree que le dará ese dinero?-
-No señora, no tengo la esperanza que lo haga, además, pude huir del campo en muchas ocasiones, me quede para pelear por mi país-
-¿Es consciente que no será recompensado por el ejército mexicano?-
-No quiero ser recompensado, pelee por terminar la guerra, no para recibir una medalla-
-Me convenció coronel-
-Tengo entendido que usted es japonesa- dijo la chica del otro lado del cristal
-Sí, soy japonesa-
-Y además trabajabas para médicos sin fronteras-
-Correcto-
-¿Qué fue lo que paso para que terminaras uniéndote al ejército mexicano?-
-Los rusos asaltaron a mi equipo en algún país asiático que no recuerdo, mataron a todos y yo quede viva porque me oculte en una casa, cuando me descubrieron me quitaron mis zapatos y me hicieron caminar, Milos me encontró y me cuidó hasta que desperté, me encomendaron a la fracción del coronel y aquí estamos-
-¿Qué hizo a una doctora de médicos sin fronteras el comenzar a matar a soldados rusos?-
-Milos me hizo aprender que o quito vidas o me quitan la mía, que para salvar algunas vidas a veces hace falta quitar otras-
-Muy bien doctora, bienvenida a México, su sangre salió limpia, pero cumplirá con la cuarentena para evitar alguna enfermedad-
-¿Que paso en Japón?- preguntó alguien del otro lado del espejo
-Nos derribaron, nos contagiamos del virus omega, en dos horas conseguí aprender japonés además de hacerme una licenciatura en medicina y una maestría en fármacos y posiblemente un doctorado al encontrar la manera de evitar que el virus omega matara a todas, hackeamos una base rusa y terminamos con la guerra, esperamos un poco y aquí estamos- contestó Seiji
Editado: 16.11.2021