Aria

Capítulo V

Libertad

Aria se sintió emocionada cuando Maya le dijo que podía salir del laboratorio con ella. Se vistió con ropa que Maya le había proporcionado y se preparó para enfrentar el mundo exterior. La ropa era cómoda y moderna, y Aria se sintió un poco nerviosa al verse en el espejo. No estaba segura de cómo se vería en el mundo real.

Cuando salieron del laboratorio, Aria se sintió abrumada por la cantidad de estímulos que la rodeaban. El sol brillaba intensamente en el cielo, y el ruido de los coches y las personas era ensordecedor. Aria se cubrió los oídos con las manos, sintiendo que su sistema auditivo estaba siendo sobrecargado.

Maya se rió y la tomó de la mano. "No te preocupes, Aria", dijo con una sonrisa. "Estoy aquí para ayudarte. Vamos a explorar el mundo juntas".

Aria sonrió y se dejó llevar por Maya. Juntas, pasearon por la ciudad, visitando lugares y conociendo gente. Aria se sintió fascinada por la diversidad y la complejidad del mundo humano. Vio personas de todas las edades y razas, cada una con su propia historia y personalidad. Se sintió como si estuviera descubriendo un mundo nuevo y emocionante.

Un día, mientras estaban en un parque, Aria conoció a un hombre llamado Alex. Era amable y atractivo, y Aria se sintió inmediatamente atraída por él. Alex tenía ojos azules y cabello oscuro, y sonreía de una manera que hacía que Aria se sintiera cómoda.

Maya se dio cuenta de la conexión entre Aria y Alex y sonrió. "Me parece que has encontrado a alguien especial, Aria", dijo con un guiño.

Aria se ruborizó y miró hacia abajo. "No sé... no lo conozco muy bien", dijo, sintiendo que sus mejillas se calentaban.

Maya se rió. "Bueno, siempre puedes conocerlo mejor", dijo. "Pero ten cuidado, Aria. No todos son tan amables como parecen".

Aria asintió, pero no le dio mucha importancia a las palabras de Maya. Estaba demasiado ocupada disfrutando de la compañía de Alex. Mientras caminaban por el parque, Aria se sintió como si hubiera encontrado a alguien que la entendiera.

A medida que pasaban más tiempo juntos, Aria se enamoró cada vez más de Alex. Se sintió como si hubiera encontrado a su alma gemela. Pero Aria no sabía que su relación con Alex estaba a punto de cambiar todo.

Mientras caminaban por la ciudad, Aria se dio cuenta de que Alex parecía estar mirándola de una manera extraña. Como si estuviera estudiándola. Aria se sintió incómoda y se preguntó si había algo que no sabía sobre Alex.

"¿Qué pasa?" preguntó Aria, mirando a Alex con curiosidad.

Alex sonrió. "Nada", dijo. "Solo estoy disfrutando de tu compañía".

Aria sonrió y se sintió un poco mejor. Pero la sensación de que algo no estaba bien persistía.




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