Arreboles de otoño

Prólogo

En el pequeño pueblo de Santa Elena, el otoño era más que una simple estación del año; era un tiempo de transformación, cuando los colores del paisaje cambiaban como un lienzo que cobraba vida con pinceladas de ámbar, carmesí y oro. Las hojas crujían bajo los pies mientras el viento susurraba secretos antiguos entre los árboles centenarios. Era en este momento mágico, cuando el pueblo se preparaba para su festival anual de otoño, que dos almas destinadas a encontrarse estaban a punto de embarcarse en un viaje de redescubrimiento y amor.

Entre los residentes del pueblo, se hablaba en susurros de la vuelta de Alexander, un joven que una vez fue el corazón y el alma de Santa Elena. Con su cabello del color de las hojas de roble y sus ojos que reflejaban la profundidad del bosque, Alexander había partido años atrás en busca de aventuras que el pueblo no podía ofrecerle. Sin embargo, el destino, caprichoso como el viento de otoño, había decidido guiar sus pasos de regreso al lugar donde su historia comenzó.

Y así, en una tarde bañada por los últimos rayos del sol, Alexander descendió del viejo autobús que lo había traído de vuelta a casa. Sus ojos se posaron en los recuerdos que adornaban las calles familiares, reconociendo cada rincón con una mezcla de nostalgia y emoción. Pero lo que no esperaba encontrar era a ella: Lucía, la chica que había sido su compañera de juegos en la infancia, ahora convertida en una mujer cuya belleza rivalizaba con la de las mismas hojas de otoño.

Entre ellos había una conexión que el tiempo no pudo borrar, una amistad que había resistido las estaciones cambiantes de la vida. Y mientras el festival de otoño cobraba vida a su alrededor, los corazones de Alexander y Lucía comenzaban a entretejerse de nuevo, como las raíces de los árboles que nunca se separan del suelo que los vio crecer.

Pero el otoño es una estación de secretos susurrados y promesas que se desvanecen con el viento. En medio de la belleza efímera de las hojas que caen, Alexander y Lucía deberán enfrentar los fantasmas del pasado y los desafíos del presente si desean encontrar su camino de regreso el uno al otro, en un arrebato de amor que solo el otoño puede traer.

Este es el relato de su reencuentro, un capítulo en la historia de Santa Elena donde el amor florece entre los arreboles de otoño.




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