BY Martin del NEGRO
Prologo:
Se cuenta que en un momento del tiempo los reyes de AuraLuna aburridos por la paz y serenidad que se podía disfrutar de sus dominios, se propusieron a crear una gran institución.
Una que reuniera y seleccione seres dignos de admiración ,seres fuera de lo común que destaquen con sus dones, talentos, o, destreza para la supervivencia, lucha y cooperación, pero sobre todo que tengan la habilidad de dar el mejor espectáculo jamás visto.
No interesa de que región, raza, mundo o dimensión seas, mientras seas habilidoso y valiente, estas bienvenido al Asedio de Ascendidos.
CAPITULO1-Marco Tisma-
En 6to de la secundaria, año 2079, a punto de graduarse se encontraba Marco Misma, un chico aparentemente común al resto. Pero esto simplemente lo aparentaba porque el verdadero Marco Tisma era alguien tan extraño como misterioso, una serie de sucesos lo cambiaron sin vuelta atrás.
La razón porque nunca fue a un psicólogo es porque hasta seria juzgado por este mismo, o quizás derivado a un manicomio.
Marco se siente una Mantis religiosa, es tan simple y sorprendente como eso, ama el comportamiento de estas, de la posición que toman esas garras por encima de los colmillos. Y pacientes y camuflándose con el entorno esperan la caza de su presa cuando menos se lo espere estirando esos desolantes largos brazos del terror a la velocidad del rayo, atrayendo y oprimiendo a la víctima con una fuerza que para cualquier insecto sería una pesadilla, y como si fuera poco la víctima es devorada viva, poco a poco hasta perder el conocimiento.
Mitad mantis espiritual y mentalmente, mitad humano físicamente, tuvo la suerte, (¿o quizás no?), de conseguir 2 artefactos que actúan como emuladores de sí mismo.
La principal la bautizo como “Las Guadañas del Devorador”,
Dos garras afiladas metálicas encajadas en un par de guanteletes similares a los que se usan en una armadura, capaces de disparar de forma violenta las mismas garras ,como si fueran proyectiles ,pero están garras estaban unidas a los guanteletes por una cadena ,es decir no importa que tan lejos fueran disparadas, un mecanismo de retracción arrastrarían cual fuere la presa enganchada, desde donde fue interceptada hasta los guanteletes, donde el usuario de estas tendría el privilegio de hacer lo que quiera con su oprimida víctima.
Ahí es donde entra en juego el 2do artefacto, bautizado como “Guillotinas sedientas” un casco que cubre toda la cabeza con un visor de vidrio resistente que en su parte donde se encontraría la boca del usuario unas tenazas mecánicas enormes, y que tal como lo dice su nombre estas mismas de vez en cuando tenían sed de sangre; Cuando el cazador obtenía a su presa entre sus garras mantidianas podía decidir si rematar tal como lo haría una legitima mantis, hundiendo sus espejadas tenazas al fondo de toda carne que se interpusiesen en su camino.
Pero si solo se trata de asustar o marcar respeto, debajo de las tenazas mecánicas habían unos muy pequeños cañones que disparan dardos sedantes que en el mejor de los casos pueden lograr adormecer al contrincante, sacándolo de combate.
Editado: 17.08.2018