Por fin apareció algo de luz en la mirada del Yamcha, por fin sintió que alguien se preocupaba por él.
— Gracias — pensativo — ¿Cómo me pilló tan fácil cuando quise escapar?
— Estoy tramitando mi retiro anticipado, en la ciudad era detective.
Él fue el primero que llegó a su casa. Unas semanas después, apareció Krillin, andaba por el pueblo ofreciéndose para trabajar, nadie quería aceptarlo ya que, a pesar de su edad, 10, tenía el porte de un niño de 6 o 7 años, además tenía una malformación que hacía que su nariz se viera muy pequeña, casi inexistente. Cuando Peyton fue a buscar a Yamcha al pueblo lo vio con la ropa sucia, prácticamente llorando de desesperación.
— Hola pequeñín — se sentó a su lado — ¿Cómo estás?
— No soy pequeño, tengo 10 años — se pasó el brazo por los ojos para secar algunas lágrimas rebeldes.
— ¿Viniste a ver a alguien?
— Busco trabajo, pero nadie me da, es que mi aspecto... — levantó la cabeza y le mostró su cara, sus ojos no tenían vida.
— ¿Y tus padres? — preguntó suavemente.
— Cuando nací y me vieron así me abandonaron en un monasterio, pero los otros novicios me molestaban mucho, por eso preferí huir.
Peyton sintió el dolor que vivía el niño, y la angustia que tenía en el corazón.
— Tengo algunas cosas donde podrías ayudarme, necesito construir una nueva habitación, aparte de algo de dinero, te daría casa y comida ¿Te parece?
— ¿De verdad? No la defraudaré, lo que si hay que tener cuidado que no me pillen los polis — su mirada se volvió alegre, por fin alguien tenía fe en él.
— Está bien, no creo que los "polis" te descubran — lo tomó de la mano para llevarlo al auto, apenas se conoció con Yamcha, se hicieron buenos amigos
Así el pequeño ayudó en la medida de lo que podía, ya que a ambos jovencitos les gustaban las artes marciales, un poco antes de la comida ambos niños practicaba, hasta que estuvo lista la nueva habitación.
— Gracias por confiar en mí, nos veremos si vuelvo a pasar por acá — Krillin estaba triste por tener que seguir su viaje.
— ¿Dónde irás?
— No sé, al sur supongo, aunque si le soy sincero me sentí muy bien en su casa.
— ¿Quieres quedarte?
— Pero ya no hay nada que construir, el dormitorio de visitas está listo.
— Y si te digo que ese cuarto es para ti si lo quieres.
— ¿Quedarme... aquí?
— Tengo una amiga que me ayudará para que todo sea legal, así no tendrás que esconderte de los "polis", deberás ir a la escuela y ayudarme como Yamcha.
— Sí, acepto, gracias — la abrazó llorando de alegría.
— Te digo un secreto — el niño la miró — yo soy una poli — sonrió ante la expresión de sorpresa del pequeño.
Los siguientes en llegar fueron Tenshinhan y Chaos, el primero de 18 años, el otro de 6, los llevó su amiga de Servicios Infantiles, que llegó una mañana a la casa de campo de su amiga.
— Este es un favor muy especial, por los otros recibes una subvención del estado, pero por uno de ellos no te darán nada, ya que es mayor de edad. Pero sé que eso no es lo más importante para ti.
— ¿Son hermanos?
— No, ambos estaban en un espectáculo, Tenshinhan nació con una malformación en su frente, parece que tuviera un ojo allí, pero es sólo un pliegue de la piel con pestañas. Lo publicitaban como el hombre de tres ojos, el pequeño tiene la piel muy clara, le decían el niño fantasma, nunca ha ido a la escuela, el mayor sólo fue unos años, sabe leer y escribir nada más. No quiero separarlos, si los llevo a un hogar normal sólo aceptarán al niño.
Al verlos juntos, el corazón de Peyton se enterneció, el más grande tenía al otro en brazos mientras miraba a todos con desconfianza.
— Hola ¿Cómo están? ¿Tú eres Chaos? — preguntó la dueña de casa al menor.
— Sí ¿Cómo te llamas? Tus ojos parecen de gato.
— Soy Peyton ¿Quieren vivir con nosotros? Tenemos un gatito llamado Puar, es muy cariñoso con todos.
— Nos iremos apenas podamos, no necesitamos a nadie — respondió huraño el mayor.
— Te ves fuerte ¿Te parece que si te ganó en pulsear (gallitos) se quedarán aquí?
— Acepto — dejó a quien consideraba su hermano en la entrada de la cabaña.
Miró despreciativamente a la mujer, sabía que podría vencerla. Al principio pareció que iban parejos, pero el muchacho empezó a ganar, en eso escuchó reír a Chaos. Vio que estaba conversando con los otros niños que le prestaron el gato para que lo acariciará, su amigo estaba tan feliz, y los niños parecían sinceros, se volvió hacía su contrincante, ella ganó.
— Bien Laura, me traes los papeles de Chaos — hacia Ten — como eres adulto te haré un contrato de trabajo, ambos irán a la escuela en la mañana, luego de hacer las tareas ayudarán en la casa y la granja, por ahora debemos construir un nuevo dormitorio para ustedes dos — llamó fuerte — Yamcha, Krillin por el momento se acomodarán en una pieza para que nuestros nuevos amigos tengan donde dormir cómodos por el momento.
La siguiente integrante llegó dos meses más tarde, era Lanch, de 16 años, tenía el cabello rubio con un mechón azul, un ojo de ese mismo color y el otro verde, muchos se burlaban de ella por eso en los hogares donde la internaron, Laura se acordó de su amiga y fue con la muchacha.
— Sé que hasta ahora has acogido sólo a varones, pero ella necesita alguien que pueda lidiar con su carácter.
— ¿Mal genio? — supuso por la forma de mirar de la joven.
— Bipolar... y también mal genio.
Peyton la vio, tan enojada, mirando con rabia y suficiencia a todos, si seguía así terminaría mal, como Piccolo.
— Déjame hablar con ella y veremos.
Se acercó a la muchacha.
— Hola, soy Peyton.
— ¿Y a mí que...?
La ex detective la miró de arriba abajo y se volvió hacia su amiga.
— Lo siento Laura, mejor llévatela, es demasiado débil para quedarse.
Editado: 19.04.2020