— Soy Kid Callaban. Disculpa, ando en busca de trabajo, pero por mi aspecto no me reciben bien, ya me han tratado de matar como tú recién.
— No te iba a matar, pero entenderás que ver a alguien con una máscara... pensé que eras un delincuente.
Peyton mantenía cierta distancia, igual dejó su mano en el bolsillo donde tenía la pistola.
— ¿Por qué te cubres así? ¿Qué escondes?
— Nací... con un problema a la piel, quienes me ven huyen y me dicen monstruo — dijo triste.
Ella no podía quitarse la sensación de que con quien hablaba era Piccolo, hasta que miró bien sus ojos, eran claros, puros, aunque con algo de melancolía en el fondo.
"Debo dejar de verlo en todos, sino me volveré loca".
En ese momento Ten y los muchachos, que habían visto lo que pasó llegaron corriendo preparados para defender a su amiga, incluso Lanch, que traía una escoba en las manos.
— ¿Estás bien, Peyton? — preguntó el mayor de todos, poniéndose al lado de la mujer.
— Tranquilos, todo fue un mal entendido ¿Puedes llevar a los demás a la escuela? Tengo que conversar con el Sr. Callahan — no sentía que fuera un peligro, pero igual tendría su pistola a mano.
— ¿Segura? — a Ten no le gustó el aspecto del recién llegado.
— Sí, nos vemos en la tarde — cuando quedaron solos con Kid — lo siento, por ahora no tengo dinero para contratar a nadie.
— Trabajaría por comida y un lugar donde dormir.
— Déjame pensarlo.
— Gracias ¿Puedo acomodarme en el granero para descansar, si no te incomoda?
— Bueno.
A pesar que la mujer insistió que no tenía como pagarle, en el día el hombre la ayudó en algunas cosas de la granja, aunque ella no quería admitirlo, otro adulto, con la fuerza que demostró tener le hacía falta. Apenas pudo llamó a sus ex compañeros, que averiguaron que efectivamente existía un Kid Callahan, de 25 años, cuyo padre murió en un incendio hacía poco. No tenía antecedentes delictuales.
En la tarde cuando los niños ya estaban sentados para cenar, Peyton aprovechó de hablar con ellos.
— El Sr. Callahan se quedará a vivir con nosotros, me ayudará con las labores más pesadas, por favor cualquier situación que les incomode con él, o que piensen que debo saber me la tienen que decir inmediatamente ¿Entendido?
— ¿Por qué lo dejas quedarse? No me gusta que se cubra por completo — dijo Ten molesto con la decisión de la mujer.
— Tiene un problema a la piel, todos le tratan mal por eso — la mujer lo miró fijamente — tú mejor que nadie sabes que la gente puede ser muy cruel en estos casos.
— ¿Y dónde dormirá?
— Quiere quedarse en el granero, dice que se siente cómodo allí, y sinceramente lo prefirió ¿Algún otro problema con mi decisión? — todos permanecieron callados — a partir de mañana comerá con nosotros.
Cuando se sentaban a comer a la mesa el hombre los acompañaba, pero sólo tomaba agua a través de pajillas, para lo cual con mucho cuidado para que no se le viera la piel, levantaba la tela que cubría su cara. Los alimentos los guardaba y se la llevaba para comer cuando estuviera solo. Una mañana, como ya era costumbre, conversaba con la dueña del lugar mientras trabajaban.
— ¿Terminaste tus estudios?
— Mi padre me enseñaba en casa — respondió el hombre, tomando un respiró de su labor — estoy habilitado para estudiar en la Universidad.
— Qué sorpresa ¿No ibas al colegio por lo de tu piel?
— Sí, las personas discriminan por todo. Mi padre era un gran investigador.
— ¿De qué área?
— Estudios a la sangre, ADN, clonaciones.
— Qué interesante — la mujer se dio vuelta para seguir con su trabajo.
— ¿Y cómo se te ocurrió tener un lugar así para jóvenes?
— No era mi intención hacer algo como esto — se acomodó al lado del hombre para conversar — sólo se fue dando — le contó resumidamente como llegó cada niño allí — fui criada por un matrimonio muy cariñoso, luego que mis padres murieron al quedar en el fuego cruzado entre narcotraficantes — miró al cielo — también lo hago en memoria de alguien... él también fue discriminado, se llenó de odio y rabia. Termino muerto, no quiero que a estos pequeños le pase igual. Pero es difícil, imagina que en la escuela sólo querían recibir a Yamcha, pero luche y ahora todos van, aunque eso no significa que los acepten.
— ¿Has pensado en hacer operar a Ten y Krillin?
— Se los ofrecí, pero ambos no quieren, dicen que si no los aceptan como son, es problema de los demás. Por suerte sólo son problemas estéticos, sus vidas no corren peligro. Por fin no les importa ser diferentes ¿No quieres estudiar una carrera? Si te interesa podría ayudarte. Hay cursos on line, no es necesario que vayas en persona a las clases.
— No gracias, por ahora solo quiero encontrar paz... respuestas... — su mirada se enturbió.
— ¿Respuestas a qué...?
Kid tragó saliva antes de hablar.
— Es que... — en ese momento llegaron los demás que salieron temprano del colegio, así que el hombre no quiso seguir.
— Vayan a lavarse para almorzar ¿Qué me decías Kid?
— No era importante — dijo.
"Cuando sea un mejor momento se lo diré".
La ex detective no se dio cuenta que el joven siempre la buscaba para conversar o simplemente estar a su lado, hasta que alguien se lo hizo notar.
Una mañana de domingo mientras tendían la ropa Lanch miró con sonrisa picarona a Peyton, al pasar cerca el enmascarado.
— Parece que Kid está enamorado de ti.
— ¿Qué dices? — se sonrojó la mujer — es muy joven para mí, y yo...
— Ya sé — la muchacha imitó su voz — todavía amo a mi príncipe verde jajaja.
— Mejor preocúpate de tus notas — trato de cambiar el tema — bajaste en muchas materias.
— Es que eso de las ecuaciones y otras cosas parecidas son muy difíciles, ninguno de los otros va a mi nivel, y no me pueden ayudar, sabes que en la escuela nadie nos apoya.
Editado: 19.04.2020