Asesino Fantasma I I

¿Piccolo está vivo?

El Jefe Brown estaba serio y preocupado por lo que debía pedirle a Peyton.

— Lo siento, sé que no te gusta hablar de eso, pero han empezado a aparecer muertos parecidos a los del caso del "Asesino Fantasma".

La mujer se puso pálida, sintió que el piso se abrió y se la tragó.

— No puede ser, él murió — tiritaba al hablar.

— Pensamos que puede ser un imitador.

— ¿Qué tiene que ver conmigo? Ya no pertenezco a la fuerza.

— Lo sé, pero cómo fuiste quien...

— Por favor, no puedo... — corrió desesperada a la cascada.

Cuando llegó al lugar cayó de rodillas llorando, al rato alguien le tomó el hombro.

— ¿Estás bien? — preguntó angustiado Kid al verla en ese estado.

La de ojos verdes, en vez de responderle, se levantó y abrazándolo lloró desconsoladamente. Ya calmada conversaron.

— Lo siento, me dieron una noticia, no sé si mala o buena.

— ¿Quieres contarme? — preguntó el enmascarado.

Peyton meditó un momento, a pesar que lo conoció hace poco tiempo sintió que podía confiar en él, decidió contarle todo.

— No sé si me creas, pero... —  le dijo lo que descubrió del asesino, que se enamoró, la salvó, pero él murió o eso creía.

— ¿Y si no se suicidó por qué desapareció? Puede ser un imitador como dijo el tipo que habló contigo.

— No lo creo, ningún terrestre podría hacer lo que él... ya no quiero pensar más.

La ex detective al terminar, quedó con la cara hacía el suelo, por eso no se dio cuenta cómo Kid la miraba, quería tomarla de los hombros y darle un beso para reconfortarla, pero se controló.

— ¿Todavía lo amas? — la voz del hombre era neutra.

— Sí, a pesar de lo que siempre me dijo, no pudo resistir que yo muriera... al menos había un poco de amor hacía mí en su corazón.

En ese momento llegó Ten a buscarlos.

— ¿Estás bien? El Sr. Brown ya se fue.

— Volvamos, ya se hace tarde.

El joven y el enmascarado se quedaron atrás.

— ¿Le dijiste? — le preguntó el joven al hombre en un susurro para que la mujer no lo escuchará.

— No era el momento.

Durante varios días la mujer anduvo triste, callada, hasta que una mañana antes de que los niños salieran al colegio, había alguien esperándola afuera de la casa.

— Hola, Policía Mujer — saludó Piccolo con una expresión maligna.

Peyton no podía creer lo que veía.

— No puede ser, estás vivo, sabía que no pudiste morir — lo abrazó con lágrimas en los ojos — te amo — fue a besarlo.

— Suéltame, me molestan las cursilerías — la empujó.

El que parecía tener tres ojos, al ver lo que pasaba buscó a Chaos.

— Anda a buscar a Kid, está en la cascada, apúrate — el niño corrió lo más rápido que pudo.

— Pero... me salvaste porque me amas — lo miró extrañada por su actitud.

— Gohan me lo pidió

— Pero él está muerto.

— Se me apareció y me pidió que no te dejara morir, que hiciera que volvieras a tu vida normal, lo logre salvándote, eres igual de sentimental como cualquier otra humana, pensaste que yo era tu "Príncipe Azul" — rió irónico — aproveche este tiempo para hacer un viaje — sonrió de lado — pero ya volví.

Peyton se sintió como una estúpida, todo lo que pensó fue sólo una ilusión. Solo porque un delirio que tuvo le ordenó salvarla lo hizo.

— ¿Entonces por qué me viniste a buscar si no sientes nada por mí? — apretó los puños para no llorar.

— Quiero sexo.

— Solo apareces para decirme que por una alucinación me salvaste, que nunca me has amado... y me pides eso... no iré, para lo que quieres cualquier puta puede servirte.

Piccolo la tomó del brazo posesivamente.

— Vendrás conmigo porque YO LO DIGO.

La muchacha le dio una cachetada, sabía mejor que nadie que podía destrozarla sin ningún problema, pero estaba tan enrabiada que no le importó.

— Fui una tonta pensando que habías entrado en razón antes de morir... que te habías sacrificado por mí... te idealicé... NO VUELVAS A TOCARME NUNCA MÁS.

Los ojos del asesino brillaron de ira, al mirar a su alrededor se volvió maliciosa.

— Tienes razón, cualquier mujer puede serme útil — se movió tan rápido que dio la impresión que desapareció, cuando la ex detective lo encontró con la mirada estaba en el aire, y tenía entre sus brazos a Lanch — cualquiera — miró lascivo a la aterrada muchacha — la pasaremos muy bien — la acarició con la lengua de forma lujuriosa, por la mejilla.

— Déjala malnacido — Ten se puso a la altura del namek en el aire, éste para defenderse, soltó a la adolescente, por suerte no estaban tan alto.

— Quien lo diría, un humano que sabe volar — se lanzó para comenzar a luchar.

Peyton ayudó a la adolescente a levantarse.

— ¿Estás bien?

— Sí — solo le dolía un poco el trasero por el golpe.

— Rápido, entra a los niños a la casa... ¿Dónde está Chaos? — la mujer lo buscó con la vista por el lugar.

— Algo le dijo Ten y corrió al bosque — aclaró Krillin.

— Estará bien, ustedes pónganse a salvo.

— ¿Y qué harás tú? — preguntó nerviosa la jovencita.

— ENTREN RÁPIDO.

A esa altura el namek ya tenía a Ten a mal traer, cuando lo tomó del cuello para matarlo, Peyton llegó hasta ellos.

— NO LO HAGAS, déjalo, iré contigo, pero por favor no lo hagas.

— No lo sé, tal vez sea mejor "probar" algo nuevo como me dijiste.

— Ambos sabemos que si fuera por eso no me hubieras venido a buscar — le mantuvo la vista directa, firme — sé que te gusta, cómo te gusta... te lo haré con deseo, no con miedo como cualquier otra, vámonos ahora.

El guerrero verde miró despectivamente al joven golpeado, lo tiró contra la pared del granero, rompiéndola. La mujer corrió para ver cómo estaba Ten, pero antes qué llegará con el joven el namek la sujetó por la espalda, se elevó rápidamente, metió su mano bajo la blusa y le apretó dolorosamente el seno.



#6143 en Fanfic

En el texto hay: esperanza, dolor, rabia

Editado: 19.04.2020

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