De a poco el nivel de la pelea subió, incluso proyectaron su ki que al chocar con algunos árboles los quemaron, Piccolo furioso por no poder derrotar a su contrincante trató de enterrarle las garras en la cara, pero solamente logró rasgar la máscara y sacó una parte. Quedo quieto, confundido, porque quien estaba abajo de la tela era un namek, para ser más exacto era él mismo.
— ¿Eres yo? ¿Cómo? — el asesino fantasma no entendía que pasaba.
— Puedo ser físicamente igual que tú, pero no soy un cobarde — logró botarlo a tierra con uno de sus ataques.
El extraterrestre decidió irse por el momento, debía averiguar que pasaba e idear un buen plan.
— Quédate con esta imitación barata mía Policía Mujer, pero recuerda, volveré por ti, nadie me quita lo que es MIO — dio media vuelta y se fue.
— ¿Están todos bien? — preguntó Kid mientras se sacaba el resto de género del rostro, y los guantes.
— Sí, gracias — agradeció Ten mientras el otro lo ayudaba a levantarse.
— De nada — el joven verde miró para todos lados — debemos tener cuidado, puede volver.
Los que estaban en el patio entraron a la casa lo más rápido que pudieron. La mujer más joven se preocupó de atender a Ten, ambos casi no hablaban, se miraban sonrojados.
— Ahora dime cómo es posible que seas idéntico a él — Peyton encaró al ex enmascarado.
— Te mentí, no soy el hijo de Callahan, soy su creación, hace años compró una mano que supuestamente era de un duende, la uso para sus experimentos de clonación, así "nací" yo, crecí muy rápido, padre no sabía decirme de qué "especie" era. Me educó, y me trató como si fuera su hijo, el verdadero Kid se fue con su madre cuando ellos se separaron hace muchos años y nunca más fue a verlo. Hace unos meses, de madrugada, hubo un incendio, no pude encontrar a padre a tiempo, sufrió quemaduras profundas, antes de morir me contó de una muestra de sangre que un ex estudiante y amigo de él le mandó, era como la mía, cuando quiso saber más le avisaron que Kigan había sido asesinado. Con su último aliento me dijo que si quería averiguar más debía buscar a la detective Peyton Baidy. Por eso llegué aquí.
Mientras los amigos asimilaban la noticia, nadie sintió que Piccolo estaba cerca escuchando todo, rió maligno, ya tenía un plan para acabar con el clon y al mismo tiempo obtener más poder.
— Ten ¿Estás mejor? — quiso saber la dueña de casa.
— Sí, Lanch ya me vendó.
— ¿Cómo es que sabes volar también?
— Hace un tiempo descubrí que era lo que escondía Kid bajo su máscara — lanzó un suspiro, le dolían mucho las costillas — quede en no decir nada ya que me prometió que te diría todo pronto, esa vez lo vi volar y me enseñó.
— ¿Ahora qué haremos? ¿Puedes ganarle? — Peyton estaba preocupada cuando volviera el asesino.
— Creo... debo intentarlo.
— Niños, vayan a descansar, haré el almuerzo. Lanch, lleva a su cuarto a Ten. Si conozco algo a Piccolo esta noche vendrá.
Cuando estuvieron solos los adultos.
— ¿Por qué no confiaste en mí Kid?
— No sabía que pensar, con mi aspecto llegue a creer que de verdad era un duende, no sé si debo estar más tranquilo ahora que sé que soy un extraterrestre.
— Será mejor que descanses también — se dio la vuelta para seguir preparando la comida.
— Espera — la vio directamente a los ojos — ¿Qué sientes ahora que sabes que no te salvo por amor, que estuviste equivocada todo este tiempo?
— Estoy confundida... pensé que había algo de bondad en él, de cariño... creo que me convencí que él era como yo quería que fuera... — miró las habitaciones de los jóvenes — pero no me arrepiento de lo que hice por los muchachos, aunque fuera por las razones equivocadas — tomó fuerza para seguir hablando — tengo un plan para detenerlo... si voy con él — miró avergonzada al suelo — cuando esté descuidado trataré de matarlo, sino puede acabar con todos nosotros... no puedo permitirlo.
Kid le levantó la cara para que lo viera al rostro.
— Lo que haces por estos jóvenes es grandioso... tienes un cálido corazón del que me enamoré desde que te vi — le dio un tierno beso — deja que yo lo enfrente, te protegeré siempre — se fue a descansar a un rincón del hall, mientras ella volvía a su labor confundida por la declaración que acabada de escuchar.
Apenas anocheció el "Asesino Fantasma" apareció en el patio.
— Policía Mujer, ven conmigo o mataré a todos.
Por un momento nada se movió, luego lentamente se abrió la puerta y salió el ser clonado.
— NO VOLVERÁS A TOCARLA MALDITO — se lanzó contra el otro.
Al principio el joven lo golpeó con pies y puños, pero Piccolo comenzó con los ataques más poderosos que tenía enseguida, al otro le costó, pero los desvío y lo contraatacó copiando algunos, que el namek detuvo con una mano, entonces sonrió maligno y decidió poner en marcha su plan.
Dirigió todos sus ataques a la casa donde estaba Peyton y los niños, Kid se puso como escudo para defenderlos, por lo que rápidamente se debilitó, al rato cayó a tierra al detener un makankosappo. El vencedor se acercó al caído.
— Si no quieres que mate a tus amigos, tendrás que dejar que te asimile.
— ¿Qué cosa?
— Te convertirás en energía que incrementará la mía, y tus conocimientos también serán míos.
Kid, en el piso, no vio otra salida, con su energía jamás podría derrotarlo.
— Si acepto prometes no matarlos, ni volver a tocar a Peyton.
— Lo prometo.
Antes que ninguno se moviera la ex detective salió corriendo de la casa, los niños trataron de detenerla, pero no pudieron.
— NOOOOOO — se puso frente a Kid, decidida — he perdido a todos los que he amado, no dejaré que le pase a él también.
— Tú me amabas a mí, no a está copia barata — la miró celoso — ya me aburriste — se tiró con las uñas preparadas para despedazarla, nada ni nadie podría detenerlo.
Editado: 19.04.2020