— En algún momento tal vez hubo algo de claridad en mí, pero ya no queda nada — Piccolo cerró los ojos un momento, recordó con furia lo que descubrió cuando volvió a su planeta natal — ¿Sabes que es peor que tu raza sea destruida completamente? Es que dejen unos pocos vivos que son tratados como esclavos, los humillan, los golpean, los mutilan, los violan ¿Acaso piensas como el Gran Patriarca que no por el mal de unos todos deben pagar?
— Ahora sólo puede hacer algo para tratar de volver a ser lo que fue, para que la luz vuelva a su corazón — le susurró algo al oído, lo miro a los ojos, y le puso su mano en la mejilla — ¿Lo haría por mí?
— ¿De verdad quieres que haga eso?
— Sí — le sonrió tiernamente.
Piccolo se acercó a Kid, puso la mano de él en su pecho.
— Por ti Gohan, haría lo que fuera.
Se concentró, de pronto una luz cegó momentáneamente a todos, cuando todo volvió a la normalidad, sólo vieron al clon con su ropa de trabajo, con una expresión de dolor en su cara.
Las luces salieron de la mujer, y formaron el cuerpo de Gohan, la mujer fue corriendo a ver al sobreviviente.
— Kid ¿Estás bien? — le tocó el hombro.
— No soy Kid, soy Piccolo — se soltó y se fue volando.
— Gohan ¿Qué pasa? ¿Por qué actúa así? — le pareció que algo no iba bien.
— El Sr. Piccolo permitió que él lo asimilará, pero no deja que el proceso se complete — se volvió a la mujer — ahora sólo tú puedes salvarlos... ya no se me permitirá volver.
— ¿Qué debo hacer?
— Sólo tú puedes salvarlos... — repitió el espíritu cerrando los ojos mientras las luces desaparecieron.
Ella corrió hasta que encontró al hombre verde en una cueva, arrodillado, el namek al mismo tiempo hacía muecas de rabia, dolor, miedo, ira.
— ¿Qué pasa Kid? — trató de abrazarlo.
— Soy Piccolo — la empujó — o Kid — la vio con miedo — es mejor que te vayas, esto empeorará.
— No me iré ¿Qué empeorará? ¿Qué te pasa?
— Antes que "él" me controle, iré con la nave al sol... no quiero matar, los recuerdos del dolor que cause... causo, los ruegos de piedad, lo peor son los gritos... no puedo callarlos, retumban en mi mente, y esa voz que me ordena que mate.
— Debo hacer algo por ti, debo salvarte.
— El Gran Patriarca tenía razón, mi corazón se llenó de oscuridad — dijo evitando mirarla a los ojos.
La mujer recordó que antes había escuchado ese nombre, se le acercó de nuevo y lo tomó de los hombros.
— Mírame — le apremió — concéntrate ¿Quién es el Gran Patriarca?
— El padre de todos nosotros, es el más sabio de nuestra raza.
— ¿Y dónde puedo encontrarlo? — le consultó luego de pensar un momento.
— En el planeta Namek.
— ¿Dónde está la nave? ¿Puedes ir de nuevo allí?
— En el lugar más espeso del bosque, sé cómo llegar a mi planeta... o a su planeta... ya no se quién soy — la miró atemorizado
— Vamos, él puede ayudarnos... debe ayudarnos.
— Y si no... — preguntó con miedo en la mirada.
— Lo que sea lo pasaremos juntos — le dio un beso rápido.
Antes de partir Peyton se reunió con Ten.
— Te quedas a cargo, cuida de todos mientras vuelvo, si no sabes de mí en un año, entrega esto a mi amiga Laura, ella sabrá cómo hacer para que tú tengas la tuición de los demás — en el oído — cuidadito con Lanch.
— Cuidaré de todos — respondió sonrojado, luego se puso serio — ¿De verdad quieres hacer esto?
— Sí, lo amo.
— ¿A cuál de los dos?
— Buena pregunta — le sonrió triste.
Demoraron dos semanas en llegar, pero a la mujer se le hicieron eternas, a cada rato el joven gritaba y se tomaba la cabeza, el remordimiento lo estaba llevando a la locura, ella tenía que abrazarlo y así lograba que se calmará. Cuando llegaron a su destino, los habitantes del lugar miraban silenciosos a la extraña pareja, él tenía los ojos idos, no se daba cuenta de nada.
—Hola — les saludó Nail.
— Hola, buscamos al Gran Patriarca ¿Podrías ayudarnos?
— Vengan.
Los llevó a una casa redondeada en medio de la aldea.
— Hola ¿Es usted el Gran Patriarca? — miró temerosa al anciano, era muy grande.
— Sí ¿En qué puedo ayudarte? — su sonrisa la tranquilizo.
Peyton le contó todo lo que pasó antes de que Piccolo viajará a liberar a su planeta, y lo que ocurrió luego de su unión con Kid., y que daba la impresión que el joven se estaba volviendo loco.
— En una asimilación esto no debe ocurrir, pero nunca antes un super namek había sido asimilado por alguien con menos poder.
— ¿Qué es eso? ¿Super Namek?
— Son guerreros muy poderosos, pero junto con su poder, sus almas se vuelven oscuras. La conciencia de Piccolo quiere tomar el control del otro, si Kid estuviera consciente podría expulsarlo.
— ¿Se puede hacer algo?
— Podría intentar qué alguien conecte con su mente, pero debe ser un namek que tenga una conexión especial con él, pero no hay nadie que nos pueda ayudar.
— ¿Y yo?
— Podría ser, pero — la miró preocupado.
— ¿Pero qué?
— Nunca lo he intentado con alguien que no sea de nuestra raza, no sé si seas lo suficientemente fuerte para sobrevivir ¿Estás dispuesta a arriesgarte?
—Sí.
—Traigan a Piccolo a este lado, y tú — hacia la mujer — bajo mi otra mano.
Luego que el Gran Patriarca le puso la mano en la cabeza, ella sintió que caía en un pozo negro, cuando volvió a ver, estaba en un lugar donde todo era blanco, al frente estaba Kid luchando con Piccolo, pero se notaba que el clon estaba débil.
— ¡¡¡KID!!! — Piccolo al verla golpeó al otro y fue con ella.
El guerrero oscuro la tomó del brazo sonriendo maligno.
— ¿Me buscas? Sabía que te gusto cuando lo hicimos ¿Quieres que lo repitamos? — le sonrió.
— Suéltame, vine para que Kid no se convierta en un ser como tú.
Editado: 19.04.2020