Asesino Fantasma I I

¿Lo podré salvar?

— Por favor, no haga esto, déjelo — se le acercó — recuerde cuando entrenábamos... cuando estábamos juntos... yo quería que Kid lo asimilara para que la luz volviera a usted.

El hombre la tomó del cuello y la miró directamente a los ojos, ella no le demostró miedo.

— ¿Quién eres? — preguntó lentamente, marcando las silabas.

— Soy Gohan. Por favor, no cometa el mismo error de siempre, piense como era cuando... yo vivía.

Piccolo cerró los ojos, recordó lo que vivió con el joven terrestre, lo que le dijo las veces que se le apareció luego de muerto. Al volver a abrirlos su mirada había cambiado, se acercó a Kid y lo ayuda a levantarse.

— No sabes imitarlo... tenías razón Peyton, al final la luz iluminó a la oscuridad — sonrió triste, y melancólico — no te preocupes, cumpliré el último deseo de mi querido y único amigo, no lucharé más.

La mujer vio como ambas figuras brillaban y se fusionaron en uno. Entonces ella sintió que caía en un pozo oscuro, cuando volvió a abrir los ojos, sintió su cuerpo adolorido, y su mente embobada.

— Que bueno que ya estás consciente, dormiste por tres días — le dijo Nail.

— ¿Y Kid... o Piccolo?

— Prefiere que le digan Piccolo, está bien, ha estado afuera todo este tiempo. Cuando te sientas mejor el Gran Patriarca quiere hablar contigo.

— Vamos ahora.

Le costó un poco volver a caminar, tuvo que irse afirmada del Protector del Gran Patriarca, así pasó al lado de Piccolo, él no le dirigió la palabra, sólo la siguió con la mirada, estaba con los brazos cruzados, tenía puesta la ropa que usaba el Asesino Fantasma, la mujer no supo cómo interpretar eso.

— Que bueno verla restablecida — le dijo el líder del lugar.

— Gracias a usted por ayudarme ¿Resultó lo que hicimos?

— Sí, pero tendrá que tener paciencia, necesita tiempo para asimilar su nuevo estado, lo que hay en él del antiguo Piccolo lo cambiará.

— Pero...

— Su corazón está bien, esa parte oscura que lo impulsaba a matar desapareció.

— ¿Y sus sentimientos?

— Sólo el tiempo lo dirá, recuerde que ahora es una mezcla de ambos.

— Gran Patriarca — dijo el mencionado, entrando con paso firme — quiero volver con ella a la Tierra, ese es mi lugar.

— Entonces mañana se irán, Peyton no está todavía restablecida — hacía la mujer — estoy seguro que todo irá bien para ustedes — le sonrió apaciblemente.

Al otro día se fueron del lugar, desde entonces el guerrero no le dirigió la palabra para nada, luego de fijar el curso se acomodó en posición de meditación, la mujer se preparaba de comer, cuando terminaba se acomoda a dormir. Una semana después de que dejaron Namek, ella despertó al sentir una mano que le despejaba el cabello de la cara, cuando abrió los ojos él estaba hincado a su lado, sin turbante ni capa, mirándola, la joven se sienta en el piso, expectante.

Piccolo le dio un beso rápido.

— He cambiado, mejor que nadie sabes que soy ahora... ¿Qué sientes por mí?

Peyton lo mira con ternura, recordó todo lo vivido con él.

— Te amo — fue lo único que dijo la muchacha.

Se volvieron a besar, suavemente, pero con los minutos se volvió más apasionado, cuando ella empezó a desvestirse, él la detuvo.

— No te sientas obligada a nada.

— No lo hago por eso, quiero hacer el amor contigo, ahora y siempre.

Sonriendo él dejo que Peyton lo desvistiera.

Ella nuevamente jugó con las antenas del namek, recostada sobre su cuerpo, ya cuando lo sintió excitado se montó, empezando a gemir ambos, al rato cuando la mujer estaba por acabar él se sentó, la abrazó y le mordió suavemente el hombro, desencadenando en la mujer un fuerte orgasmo. Cuando se normalizó su respiración, ella se dio vuelta y se penetró dándole la espalda, Piccolo la sujetó de las caderas para ayudarla a llevar un ritmo desenfrenado, que está vez hizo que ambos acabarán juntos.

Mientras la muchacha descansaba en el pecho del hombre pensaba que debía darle tiempo y espacio, él debía aprender a vivir en su nuevo estado.

Cuando llegan a casa todos están expectantes, el extraterrestre se fue a una cueva en el bosque sin hablar con nadie, ella les contó a los jóvenes que el peligro ya había pasó, pero que él ya no sería jamás el joven extrovertido de antes.

Desde ese momento siempre anduvo serio, adusto, se dedicó solo a entrenar, pero cuando necesitaba su consejo o su ayuda siempre está allí para la mujer.

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"A los dos meses me desmaye, fui al médico que me confirmó lo que sospechaba, estaba embarazada".

Esa tarde la mujer se juntó con Piccolo en su cueva, el hombre sabía que algo pasaba por el estado de nervios que traía Peyton.

— Vamos a tener un hijo — no sabía que esperar de él en su nuevo estado.

No se movió ni un ápice, cuando asimiló la noticia le puso una mano en el vientre, y sonrió de lado, orgulloso.

— Se llamará Majunia.

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Con el tiempo Peyton se convirtió en la presidenta de una Cooperativa Agrícola, organizada con la familia Son y varios de sus amigos. Durante su embarazo hubo muchos comentarios en el pueblo sobre quién era el padre, se llegó a murmurar que era Tenshinhan. Al nacer la ex detective vio que su hijo heredó de su padre la piel verde, las placas rosadas, las orejas puntiagudas, aunque no tan largas, y colmillos, de ella tenía el cabello negro, y los ojos esmeraldas. Apenas los del pueblo supieron cómo era comprendieron que su padre era el ermitaño que se instaló hacía un tiempo en una cueva en el bosque, ya que físicamente son casi iguales.

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12 años después en una oficina de la Cooperativa Agrícola.



#6640 en Fanfic

En el texto hay: esperanza, dolor, rabia

Editado: 19.04.2020

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