Ataques brujos contra 6 misioneros. (pluma maldita)

5.1: Enfermedad de Daniel

Los primeros problemas comenzaron cuando Daniel se enfermó. Fiebre, náuseas, debilidad extrema. No era malaria—lo verificamos. No era tifoidea. Simplemente... enfermedad.

Lo cuidé durante dos semanas mientras él deliraba. Samuel y Miriam me ayudaban, trayendo agua, preparando compresas frías.

—Mami, ¿papi se va a morir? —preguntó Miriam una noche.

—No. Tu padre es fuerte.

—Tú eres más fuerte —dijo Samuel, con esa sabiduría precoz de los siete años.

Tenía razón. Yo era más fuerte. Y seguí siéndolo cuando Daniel finalmente se recuperó pero quedó débil, incapaz de predicar por semanas.

Asumí sus responsabilidades. Prediqué los domingos. Dirigí los estudios bíblicos. Organicé las actividades de alcance.

Los aldeanos respondieron mejor a mí que a Daniel. Especialmente las mujeres.

—Finalmente, alguien que nos entiende —dijo una de ellas—. Los hombres predican. Las mujeres vivimos.




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