Ataques brujos contra 6 misioneros. (pluma maldita)

5.5: Las Tres Noches

Las tres noches que siguieron fueron un descenso al infierno.

No un infierno de llamas, sino de compromiso. De participación silenciosa. De estar presente mientras sucedían cosas que mi fe condenaba.

La primera noche: cantos. Yo no canté, pero estuve sentada en el círculo de honor, validando con mi presencia.

La segunda noche: sacrificios. Degollaron cabras. Recogieron sangre. Marcaron a las iniciadas con símbolos. Yo no toqué nada, pero sostuve la calabaza ceremonial cuando me la pasaron, transmitiéndola a la siguiente persona. Técnicamente no participé. Pero fui el eslabón.

La tercera noche: la iniciación completa. Las jóvenes fueron llevadas al bosque sagrado. Yo caminé con ellas. No como sacerdotisa—eso era Nia—sino como "testigo de honor". Las ancianas realizaron los rituales. Yo solo... estuve ahí.

Mirando.

Validando con mi presencia.

Siendo cómplice.

Cuando terminó, Nia me abrazó.

—Lo hiciste bien. Mejor de lo que esperaba. Ahora tu hija está protegida para siempre.

—¿Puedo volver con mi familia?

—Por supuesto. Te escoltaremos antes del amanecer. Tu esposo pensará que simplemente te levantaste temprano.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.