Atrapada.

✴capitulo 9✴

 

9..Entrega de armamentos.

¿Nunca os haís preguntado como es la vida de un mafioso? ¿Cuanta adrenalina corre por sus venas?  ¿Como imparte su tiempo fantasma? Porque si, nosotros los mafiosos tenemos un tiempo fantasma, y es que estamos libres y con vida en un tiempo que es medido sin ser visto,que es medido y que no sabes si lo volverás a vivir o a ver. Es ruda esta vida pero tiene sus frutos, sus privilegios. La clave de esto es no confiar en nadie y no creerle a nadie, pues eres tu, los tuyos y el amor de tu vida si lo tienes, no putas ni amigos falsos que puedes conseguir en la esquina.

Mi abuelo siempre me decía mientras estaba vivo, tienes un sólo amigo en esta puta vida, y si este te traiciona no eres nadie, no tienes a nadie. También me decía y me lo recalcaba siempre que podía, amas a una sola mujer, si esta no te correspondes ese amor que sientes, no eres nadie, eres un fracaso como hombre. Y eso lo tengo en mente desde que me enamoré, si ella no corresponde mi amor, tampoco dejaré que otro hijo de puta le vea de la misma forma que yo. Ella nació para mi, pues es mi jodida alma gemela.

Miro a mi alrededor y arrugo mi nariz, aspirando el olor a humedad y cierto aire de sangre en el lugar. El bosque de aquí es húmedo y algo encerrado debido a los árboles que le rodean, es por ello que los olores que no se pueden cubrir con cualquier otra fragancia, siempre salen en el aire. 

Por ejemplo, el de la sangre.

—Echales un vistazo a esas bellezas, no te vas a arrepentir —el gordo Jhonny me sonríe con orgullo, pues llevamos 4 años trabajando juntos y la verdad es que no he tenido problemas con los encargos que le he hecho, y eso él lo sabe. Arqueo una de mis cejas rubias—Estan todas las que me has pedido.

Le hago una seña a uno de mis hombres y este abre la caja con una vara de metal, observo el contenido y una sonrisa de complacencia surca mis labios. Una vez mas, este tío me ha dejado satisfecho. Saco una de las armas y la detallo con detenimiento, aspirando su aroma a nuevo, sintiendo el gran uso que le vamos a dar.

—Es una belleza —susurro mirando la punta del arma que llevo en mis manos, y es que es hermosa y  está lista para ser utilizada. Apunto al horizonte cerrando unos de mis ojos grises y viendo mi objetivo, el medio de dos árboles. Disparo y le atino justo en mi visor. Vuelvo y apunto hacia el cielo y suelto 7 disparos más, llenando mis sentidos de criminal al máximo. 

Suelto una sonora carcajada, pues esta es de adrenalina pura.

Escucho la risa de Jhonny llenar el lugar y le miro con suficiencia, pues el sabe que es inferior a mi y que sólo es un peón mas en mi mundo.

—Esa caja contiene treinta armas iguales. Así como esa hay 15 mas, como me lo has pedido —Se mete las manos en los bolsillos de su pantalón y me observa con los ojos entrecerrados —¿Me has traído lo mío?

Le hago una seña con mi mano a son de que se detenga, miro a Lois y le insto con la mirada a que empiecen a revisar las otras cajas, asegurándose de que el numero de armas sean todas por igual. Mis hombres hacen lo que les acato, con detenimiento cuentan y revisan las cajas con cuidado, sin saltarse ninguna cantidad. Una vez que el pelinegro asiente asegurándome que es la cantidad correcta, le señalo el camión.

—Baja las cajas de Marihuana, son 30 en total —este asiente y empieza a moverse junto con los otros hombres. Los hombres de Jhonny también se mueven a corroborar de la misma manera en que los mios lo hicieron. Así es este negocio —En cada caja hay paquetes de 40. Exactamente es lo que hemos tratado ¿O no?

Mi ceja arqueada le hace asentir, pues él sabe que yo no juego ni engaño a mis vendedores, siempre soy recto en mis cosas. Cuando uno de los hombres le enseña los pulgares a Jhonny, este abre los brazos y una sonrisa de su parte me hace ver su dentadura con algunos dientes de oro.

Eso es lo mas estúpido que he visto en mi vida.

—Berkim, siempre es un placer hacer negocios contigo —extiende su mano gorda hacia el frente, se la estrecho por breves segundos —Cualquier cosa que necesites, no dudes en hablarme.

Asiento en respuesta.

—Acuerdate lo de las chicas que te pedí para el prostíbulo de mi padre —le recuerdo.

—Tranquilo, tengo casi la docena que me pediste —me afirma —. Algunas mujeres que viven en los barrios, son fácil de convencer.

—Eso no lo pongo en duda —me encojo de hombros.

Jhonny chasquea su lengua, dándole justo en el diente de oro que tiene en el medio. Me ha entrado asco de repente ¿Como alguien puede besarle sin sentir repulsión?

No quisiera ser la chica que le bese.

—Aunque hay otras que les tengo que engañar. Muchas son renuentes a veces —niega con la cabeza. Y estoy de acuerdo con eso.

Mi padre tiene un prostíbulo en Barcelona aparte de nuestros negocios, este nos ha dado un buen dinero pero es difícil de mantener. Está lo primero la policía, pero a ellos se les paga muy bien, también está el conseguir mujeres para que trabajen allí, pues últimamente las únicas que trabajan son chicas muy usadas o que ya no están para repartir sexo, y conseguir a una mujer presentable cuesta un mundo. Por eso se les engaña, se les dice que irán a trabajar como modelos y cuando lleguen allá se les amenaza con su familia y no les queda de otra que aceptar. No les falta comida y techo, y se les deja 40 del 100% de sus ganancias por la noche.  Las que no quieran trabajar mas, se les amenaza con no decir nada, de lo contrario se les mata y se tiran por cualquier lado.




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