Atrapada

Perdida

Me despierto en la oscuridad de la noche, escucho los gritos las personas, lloran y ruegan por sus vidas, no sé qué es lo que pasa estoy en esta cama sin poder moverme, estoy realmente asustada, los golpe suenan cada vez más fuerte, tal vez no logre sobrevivir esta noche.

Cerraba mis ojos esperando que todo fuera un mal sueño, no han pensado si fuera posible retroceder, evitar tanto, ser otra persona, pero no se puede tus errores te acompañan cada día, tus miedos, tus temores, no soy perfecta, solo quiero vivir, miro el techo mientras intento no llorar, no debo llorar debo ser fuerte.

Puedo ver a un hombre entrar en el cuarto solo lo mire, y el saco algo de su camisa...

Despierto nuevamente estoy en la grama me busco de sentar no sé donde estoy mi pierna sangra un poco de la herida.

No puedo moverme me duele todo el cuerpo, miro alrededor y no veo a nadie, no sé qué paso puedo escuchar el mar a lo lejos, me abandonaron aquí a morir.

Solo tenía puesto una camisa larga, sin una pierna, con hambre y sed, estoy sola.

Me arrastre como pude y llegue a una especie de camino.

¿Será que alguien pasara?

Las horas pasaron el sol quemaba mi rostro, estaba tan mareada no sé si por la pérdida de sangre o por el hambre, pero buscaba de fijarme en las cosas a mi lado me coloque en un árbol y pensé; será que aun estoy en calabozo y solo alucino, estoy dormida muriendo en la oscuridad, pudriéndome, desde adentro, todo será un sueño.

No quiero llora soy fuerte, eso creo, yo puedo no debo pensar en esas cosas, estoy afuera, estoy libre.

Pasa un hombre montando un caballo blanco, con una gran armadura se detiene y me ve, saca una moneda y me la arroja, y sigue su camino.

Agarro la moneda, de que me sirve, tantas riquezas que tuve y ahora ni una simple moneda, me ayudara.

Sentía que mi vida se iba poco a poco, cuando escuche unas palabras: hola, estas bien mi niña.

Pude ver a un hombre anciano, se sentó a mi lado saco una manzana y me la dio, la agarre con tanto desespero y comí con tanto miedo que empecé a llorar tan fuerte, que el anciano me abrazo, y me derrumbe, solo quería eso una mano amiga, una ayuda.

El agarro una rama larga y me la dio me dijo, apóyate en mi y toma la rama vendrás conmigo.

Sin pensarlo me fue con él.

Como pudo me llevo, llegamos a una casa no pude verla muy bien en ese momento, era muy pequeña, una mujer muy mayor de cabello blanco muy largo me sostuvo al entrar y me acostaron en el suelo.

Ambos ancianos se sentaron a al frente de mí y me miraron, estabas en el barco que asaltaron dijo el hombre.

Creo que si fue lo que dije, como lo sabe.

Escuche a los bandidos hablar cuando vendían las cosas en el pueblo, así que fue a ver si alguien sobrevivió.

Lo mire con lagrimas en los ojos, y solo le dije gracias por sacarme y salvarme.

Tranquila niña, dijo la mujer, veras a veces la vida te da con todo, pero con esa fuerza debes devolverlo todo, ahora descansa.

Me arreglaron unas almohadas en la esquina del suelo, me dieron algo de vino y comida, me sentía en el cielo, me acosté, y mire el techo era de paja se escuchaban los grillos, y las aves afuera.

No puedo prometer que no llorare pero por cada persona que me ha ayudado, voy a seguir adelante, sea como sea, tomare lo poco que me queda y lograre, salir de esto, ya sea sola o con ayuda, podre llegar y le voy a demostrar al mundo de lo que soy capaz.

 



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En el texto hay: dolor, historia de suspenso, dolor amor

Editado: 18.02.2021

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