Omnisciente
18 de julio, 12:00 h, Johann-Bernhardt Universitätsklinikum…
—Solo eres un cobarde —espetó con desprecio.
A Axl le hervía la sangre de solo sopesar la situación: Dominic se aprovechaba de la amnesia de Jade en un absurdo intento de remediar los errores que cometió en el pasado, en lugar de enfrentarlos.
—Sigue siendo mi esposa y aun me ama —respondió, dejando en evidencia tanto en su sonrisa como en su mirada lo desagradable que era.
—No te equivoques, no creas que dejaré que te aproveches de ella y lo vulnerable que se encuentra —advirtió. Sabía que a Jade le dolería, pero no podía dejarla en las garras de ese hombre.
—Me equivoqué —aceptó—. No debí interesarme en otra mujer, pero eso no cambia mis sentimientos, menos lo que ella siente.
—No seas patético, claro que todo es distinto.
—¿Por qué? ¿Por qué tú regresaste a su vida? —averiguó en medio de burlas—. Ya pasó un año y no nos hemos divorciado, pues lo está pensando y estoy seguro de que pronto regresaremos. En todo caso, el patético aquí eres tú, quien con una sonrisa, pretende borrar que básicamente la compraste.
—¡¿Qué?! —su voz se llenó de sorpresa y su pregunta confirmó su confusión.
—No te hagas el estúpido —dijo con claras intenciones de darle una respuesta a aquella pregunta—. Sé lo que sucedió. Estoy al tanto de que le ofreciste dinero a su padre para casarte con ella. No te hagas el digno, menos el de la moral incorruptible, porque no eres mejor que yo —aseguró.
Axl intentó contenerse: apretó los puños y su mandíbula se tensó: templó sus dientes. No podía perder el control.
—¿Cómo? —Axl no pudo evitar realizar otra pregunta.
—Me contó lo sucedido y me tomé la molestia de investigar, de descubrir quién era el malnacido y más importante, el padre biológico de mi hija —reveló—. En lugar de señalar mis errores, tendrías que agradecerme: la cuidé e hice feliz por más de seis años y le di un padre junto a una familia a Zaira —habló con seriedad, esperando palabras de agradecimiento de parte de Axl—. Sé que aún la amas, pero yo también y si no la tengo, tú tampoco, así que es tu decisión: recordarle lo que sucedió hace un año y que sufra por ello, teniendo presente que yo también hablaré y ninguno estará a su lado.
—No eres más que un hijo…
—¡Papi! —gritó Zaira emocionada, luego de abrir la puerta y entrar a la oficina.
Axl se giró y respiró profundo, en un intento de calmar la furia que llevaba dentro.
—¿Descansaste, mi vida? —preguntó Dominic con un tono dulce, dejando atrás la actitud sucia y desafiante que había revelado enfrente de Axl.
—Sí. Dormí bien, comí cereal y vine a visitar a mamá y a verte a ti porque te extraño mucho —dijo, y el corazón de Axl sintió como si un puñal lo atravesara.
Una vez más se arrepentía de no haber ido tras Jade luego de esa noche. Jamás debió permitir que Friedrich continuara con esa idea tan descabellada.
—Hola, Axl —saludó la pequeña.
—Hola, princesa —contestó, girándose nuevamente y dándole la cara, viendo cómo una pequeña mueca aparecía en su rostro junto con un intenso sonrojo que ella intentaba alejar.
—¿Recuerdas nuestra cita? —preguntó mirando hacia un costado.
Estaba emocionada, pero no deseaba demostrárselo: no caería tan fácil en sus garritas arrulladoras.
—Claro que sí, el viernes paso por ti —confirmó.
Ya sabía a dónde llevarla.
—¿A dónde irán? —interrumpió Dominic aquel pequeño y escaso momento que ambos compartían.
—Axl va a llevarme a La JuniorUni München —respondió. No midió su nivel de emoción y se acercó a Axl, lo abrazó.
—¿Qué es? —averiguó, pues no tenía idea.
—Una Universidad para niños, voy a estudiar medicina y cocina al mismo tiempo —respondió sin poder ocultar su dicha.
—Son clases que dan en verano sobre medicina, biología y física, pero no gastronomía, aun así, después de ello, la llevaré a Die kleinen Köche, a un pequeño taller de repostería para niños —explicó.
Sin embargo, Dominic no prestaba mucha atención, dado que aunque sonreía, por dentro maldecía, pues con solo unas semanas, Zaira se inclinaba por la profesión de Axl. Eso le molestaba.
—No tienes que, ya estoy aquí y puedo llevarla. Me imagino que estás muy ocupado, con muchos pacientes, así que no te preocupes, yo la acompañaré.
—Cuento con tiempo… —intentó interponerse, pese a ello, una voz dulce se lo impidió.
—¿De verdad? ¿Me llevarás, papi? —averiguó ilusionada.
Dominic siempre terminaba cancelando sus salidas, por lo que Zaira siempre hacía cosas divertidas con Jade, pero para ella no era lo mismo. No había momento en que no deseara la atención de su padre y básicamente rogaba por ella.
—Claro que sí, mi amor, estoy aquí e iremos juntos.
Sabía que Axl trataba de formar un vínculo con Zaira y no lo permitiría.