Att. tu antiguo borrego.

Att, tu antiguo Borrego.

Las lágrimas caían en silencio deslizándose por sus mejillas como si su cuerpo estuviera liberando el amor que aún la ataba a él.

Ella Sabía que este era el final, No había marcha atrás ..

Se quedó allí, de pie, con la vista fija en la mesa que estaba junto a la pared del café donde lo conoció, era un pasillo largo, lleno de restaurantes digo del aeropuerto en espera de su llegada, sabía que esta vez no venía para esperarlo… y eso dolía.

Sus dedos temblaban, acariciando el borde como si pudiera absorber cada palabra escrita en él, cada risa, beso, temor o reencuentros que había presenciado.

Sonrió, Una sonrisa rota, nostálgica. No era de felicidad o tristeza, era el tipo de sonrisa que se dibuja cuando aceptas que algo hermoso ha llegado a su fin... cuando sabes que ya no puedes más.

Suspiró y se alejó.

Sus pasos resonaron en el corredor llevándola a ese ascensor que marcaba su ida….

Con cada metro que recorría, los recuerdos la golpeaban como olas furiosas.

Él. Él con esos ojos castaños que la atrapaban en una realidad donde solo existían ellos dos, Él con ese cabello negro lacio que ella adoraba despeinar con sus manos, Él con ese aroma—su aroma—que todavía se aferraba a su piel, como un eco de lo que fueron, Él con esa sonrisa… esa maldita sonrisa que alguna vez mató cada miedo y derrumbó cada barrera que ella había construido.

Cerró los ojos por un segundo, respirando hondo, tratando de controlar cada lagrima que derramaba, el vacío que experimentaba solo le generaba un mareo que luchaba por no dejarse caer.

Abrió la puerta del auto y se sentó, sintiendo el cuero frío bajo su piel, Sus manos temblaban, pero no dudó.

Miró por la puerta.

Nada.

Él no estaba allí, contando en silencio cada vez que salían juntos de esas puertas, sabia en el que no iba a aparecer corriendo, no iba a detenerla, porque ella era la que lo detenía a él.. simplemente se cansó de ser el pilar de una relación tan pesada que ya no pudo más.

Un último suspiro escapó de sus labios, dirigido a él, a lo que fueron, a lo que nunca volverían a ser.

Giró la llave en el encendido y antes de arrancar se permitió soltar las palabras que la liberaban de todo:

—Ya no soy tuya.

Y se fue... dejando en la mesa, una carta doblada con su nombre escrito a mano donde alguna vez compartieron risas, sueños y caricias.

El papel tembló con la brisa que entraba por las puertas Y entonces, sus palabras fueron leídas en la soledad de aquel corredor...

"Curioso el destino… Pensé que sabía lo que era amar hasta que te vi.
Pensé conocer la emoción hasta que te conocí.
Pensé amar hasta que te amé.

Pensé entender todos los mensajes y textos… hasta que te fuiste.
Simplemente pensé. Pero ahora, con el tiempo, sé que nada es como vivirlo."

"Me dejé caer en ti, confiando en que me atraparías… Pero no me atrapaste."

"Y a pesar de que todo acabó…
y tú no eres mío…
yo en alguna parte profunda de mi corazón sé que sigo siendo un poquito tuya."

"Me hiciste sentir lo que es un corazón roto.
Ahora te digo adiós.
No nos reuniremos en las noches, ya no te diré te amo... y ya no seré tuya"

"Pero lo curioso es que agradezco que me enseñaste…
a dejarme quererte,
a dejarme intentar,
a dejarme caer…
y a volverme a enamorar…
Pero esta vez… será de alguien más."

El viento movió ligeramente el papel, pero él no estaba ahí para leerlo, tal vez lo encontraría después o tal vez nunca lo haría.

La carta de nuestro dia14 ya había sido dejada

en algún lugar, porque yo si la escribí y yo me ido.

Att, tu antiguo Borrego.



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En el texto hay: amor, dolor, despedidas

Editado: 13.03.2025

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