¿aún hay esperanza? 2 parte

Capítulo 3

  • No fue la única razón, pero si la principal – fue como agua helada en la muchacha, la había puesto en una situación incómoda con la guardia baja – no me malinterprete, no siento un entrañable amor, sé que mi relación con usted no es nada buena, pero deseo mejorarla, le aseguro que haré lo que esté a mi alcance para ser un buen rey – carraspeó – y esposo, ahora la dejaré pensar – giró sobre sus pies y se alejó lo suficiente como para no perderla de vista.

Acacia no podía pensar claramente, si sus emociones estaban sin control antes, ahora parecían querer escapar de su cuerpo, “¿Fue una declaración?” se preguntaba, nunca nadie se le declaró, tampoco imaginó que pasara, mucho menos si de Evan se trataba. “Ella es importante para mí y nada cambiará eso. Mientras pueda la voy a cuidar” el recuerdo invadió su mente, “No Acacia deja de pensar en tonterías, eso no fue ni de cerca una declaración, primero que lo escuché sin querer, segundo ese era su trabajo”

FLASHBACK.

Acacia asumió la presencia de Crisdean, así que dejó de estar a la defensiva frente al muchacho, mientras las semanas pasaban su amistad crecía, las semanas se convirtieron en meses y estos en años, él se volvió cómplice de las niñas sin dejar nunca de cuidar de ellas, no cabía duda del cariño que se tenían, cada vez que las princesas pasaban “vacaciones” donde sus tíos se los veía juntos. Los “problemas” llegaron cuando Acacia tenía dieciséis, no había visto a Crisdean desde hace casi dos años, estaba emocionada, sin embargo, cuando el momento llegó, algo había cambiado, no sabía qué exactamente, pero ya no fue lo mismo, al menos para ella. Los meses que le siguieron fueron todavía más desconcertantes, su cabeza estaba en las nubes, todo la alteraba, solo el oír su nombre le causaba un cataclismo de emociones, se negaba una y otra vez la posibilidad de… ni siquiera podía pensarlo, se engañaba diciendo que solo era la emoción de tenerlo nuevamente a su lado, hasta ese día que tanto quedó marcado en su memoria, el cual nunca logró borrar.

  • Estoy bien, no te angusties, solo fue una cortada – Acacia afirma con una voz temblorosa – no fueron lo suficientemente buenos como para tener puntería.
  • Cas no digas tonterías te pudieron haber matado – Crisdean le reprocha.
  • Pero no lo lograron eso es lo importante, así que deja el drama – se enojó.
  • Salir sola al bosque es peligroso, podías pedir que te acompañara.
  • Suenas igual que mi tía, me estresas, además no necesito un niñero, creí que eso lo habíamos dejado claro – una cara de dolor quitó la credibilidad – retírate por favor deben limpiarme la herida, algo en lo que tú no puedes ayudar.
  • A sus órdenes majestad – dijo en tono solemne, hace una reverencia y se va. Crisdean no estaba nada feliz, pero su compromiso como guerrero era obedecer y acatar las órdenes dadas por cada miembro de la realeza y aunque eran muy buenos amigos eso no lo absolvía de esta regla. Ya más calmada y con el brazo vendado Acacia se sintió terrible, así que lo fue a buscar para disculparse, estaba a punto de hacerlo cuando…
  • Eso lo tienes que admitir – esa voz interrumpe la acción y la princesa se oculta entre unas plantas para no ser vista – tengo razón, eres pésimo mintiendo.
  • Está bien Mari te diré la verdad, le tengo un profundo cariño a la princesa Acacia, hemos sido amigos desde hace ya varios años y no puedo negar que, aunque tenga un pésimo carácter, nunca la dejaré de querer, ella es importante para mí y nada cambiará eso, mientras pueda la voy a cuidar – Acacia desde detrás del arbusto se había olvidado como respirar – además te he repetido varias veces que las quiero a ambas como mis hermanitas, por eso estoy de acuerdo con el rey de que lo mejor será que regresen a su reino hasta que este conflicto interno se resuelva, no es por estar enojado con tu hermana.
  • Tiene mucho sentido, no podías haberlo explicado así antes.
  • Mari esta es la segunda vez que te doy el mismo discurso.
  • La diferencia es que en esta te presté atención por más de cinco segundos.

FIN DEL FLASHBACK.

“Definitivamente eso no fue una declaración” repitió Acacia en su mente, estaba tan sumergida en su pensamiento que no escuchó lo que su hermana le decía.

  • Cas qué sucedió, te veo más pensativa de lo normal – Marilee se acerca.
  • Regresaron al fin, alegras mi ser con tu sola presencia hermana querida.
  • No exageres, sé que soy extremadamente hermosa y la más divertida del grupo, pero no desprecies así al príncipe Evan, no es como yo obvio, pero tampoco es como estar con Damalis en sus inspiraciones nocturnas.
  • ¡Hey! Siempre me dijiste que te gustaba lo que escribía – reclama la mayor.
  • Nunca dije que me agradaran los horarios en que lo haces.

Tuvieron que esperar media hora más por la comida, mientras Acacia le daba vueltas a su cabeza en busca de la decisión correcta, porque era verdad que los dos no se soportaban, pero como futuros reyes debían asumir la responsabilidad de un pueblo y ese compromiso era lo indicado para ambos reinos, se lo debía a sus padres, además todo se complicó por causa de negarse a casarse, por otro lado, no deseaba desposarse sin amor, no le veía el propósito y eso la llevaba al punto más importante, el amor nace de pasar tiempo con la otra persona y saber que cada parte tenía que sacar lo mejor del otro, es decir podía llegar algún día a amar a Eva si se lo proponía, pero Acacia no quería “Todo es tu culpa, las cosas con Evan serían más fáciles de asumir, pero no es así porque decidiste aparecer de repente”  pensaba, claro que la sirena era consciente que no era culpa de Crisdean, al fin y al cabo fue elegido por Lysander para cumplir esta misión, sin embargo culparlo la hacía sentir mucho mejor.

  • Princesa Acacia ya pensó en mi propuesta – se acerca Evan, al anochecer.
  • Lo lamento príncipe Evan, aún no sé qué decir, no creo lograr…
  • Es verdad creo que fui muy precipitado – se rascó la cabeza, seguía nervioso – le propongo lo siguiente, permítame cortejarla hasta que termine el plazo de la maldición, si no resulta, yo mismo le pediré a los reyes que absuelvan el compromiso, de parte de mi reino no habrá repercusiones y usted quedará libre para desposar a quien desee, pero si lo logro, seguirá siendo mi prometida como hasta ahora – aunque eso era casi imposible de lograr, era riesgoso.
  • Será mejor que corramos – Marilee los interrumpe – están conversando sin gritos, estallarán en cualquier momento – dice provocando intriga y risa.
  • No se preocupe princesa Marilee, creo que hemos llegado a un acuerdo de paz con su hermana ¿qué dice princesa acepta? – le extiende para sellar el acuerdo.
  • Sí, acepto – le toma la mano para sorpresa de todos, hasta de ella misma.
  • Estoy seguro de que no se arrepentirá – besa su mano y le sonríe.



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En el texto hay: mitologia, historia corta, romance

Editado: 12.07.2018

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