No puedo terminar esta historia sin darle gracias a Dios por todo, la Gloria sea solo a Él, quien puso en mi mente cada palabra y me ayudó a compartir esta historia con los demás, gracias a todos por leerla, a mis amigas y a mi profesora que siempre nos enseña el impacto que puede tener las palabras en las personas.
Gracias nuevamente.