¿aún hay esperanza?

Prólogo

Un canto se oye a la distancia, nadie sabe de quiénes son las dulces voces, han surgido muchas teorías de dónde provienen o quiénes cantan, algunos creen que es una maldición, otros que son almas en pena, pero la teoría más acertada es la de un joven joyero que habita cerca del castillo, él creía firmemente que en aquella dulce melodía se encontraba una historia, un origen, algo más que simples voces entonando las delicadas notas, pues este joven cada noche a la misma hora se sentaba a escuchar con atención los exquisitos sonidos hasta quedar dormido, podría decirse que replicaba a la perfección la melodía en su viejo y destartalado piano. Un día el rey lo invitó a cenar para la entrega de las preciadas joyas, una vez en la mesa al llegar la hora otra vez se escuchó la canción, pero esta vez más fuerte, el joven sorprendido observó la reacción del rey, pero este ni se inmuto, parecía que le estuviera prestando atención a algo más, ya que cerraba los ojos de vez en cuando, el joyero no pudo contenerse más y se dirigió al rey con todo el respeto que podía proporcionarle.

  • Su alteza le podría hacer una pregunta – El rey afirmó con la cabeza - ¿Acaso no escucha usted aquella bella melodía que inunda la habitación?
  • Claro que sí, pero ¿usted la ha escuchado antes? – Pregunta curioso el rey.
  • Si le soy sincero, en las noches la escucho desde mi habitación antes de dormir.
  • No juegues con mis sentimientos muchacho, esto es algo muy serio sabes.
  • No juego con usted mi querido rey, a veces toco en mi viejo piano lo que por años he escuchado con tanta atención, me parece simplemente fascinante.

El rey se alegró repentinamente, lo miró un momento y lo llevó de la mano por un sinfín de estancias, hasta al fin llegar a la habitación del rey, decir que era grande sería un insulto, pero la sencillez y el buen gusto no la abandonaban, en una esquina un elegante piano casi intacto por las pocas habilidades del rey para el instrumento estaba esperando ser tocado, el joyero lo miró emocionado como niño al ver un juguete nuevo, el rey sonrió al ver la emoción que expresaba el joven sin darse cuenta.

  • Por favor toca para mí, es de suma importancia que lo hagas y no te detengas hasta que yo te lo ordene – el joven asintió y se sentó en el banquillo del piano.

Sus dedos comenzaron a deslizarse suavemente por el teclado recreando a la perfección la fascinante canción, al llegar al final el rey golpeó fuertemente la mesa con una sonrisa que denotaba más sorpresa que alegría, no podía creer lo que sus oídos acababan de percibir, eso desató el recuerdo de las últimas e incomprensibles palabras que por años había tratado de descifrar y solo hasta entonces tuvo éxito.

  • Muchas gracias me has ayudado mucho esta noche querido joven – Al ver al muchacho confundido comenzó a explicarle – Hace mucho tiempo atrás hablaban una lengua a la que ahora solo el rey y los más altos mandatarios tienen derecho aprender por razones políticas, antiguas leyes, entre otras cosas más, desde muy pequeño me gustó aprender este idioma, pero no lo dominé hasta mi juventud, allí es cuando me di cuenta que la dulce canción que se canta cada noche, no solo es una hermosa melodía sino la historia de cómo se formó el imperio en el que ahora nos encontramos.
  • Mi rey le puedo hacer otra pregunta sin calidad de ofenderlo.
  • Con mucho gusto se la responderé, es lo menos que puedo hacer por usted.
  • ¿quiénes cantan la canción? ¿son sus damas? ¿el coro?
  • Bueno… esa es una historia más complicada.




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