Capítulo 3
La tarde estaba tranquila, las princesas se encontraban en el jardín que estaba a las orillas del bosque, Marilee le enseñaba a Damalis como dibujar mientras Acacia leía.
- Los ojos están muy grandes, la nariz muy pequeña, así no se dibuja la boca, ¿Por qué lo haces tan asimétrico? Relaja la mano, deja que el dibujo fluya.
- Sabes que la palabra correcta es simétrica, asimetría se refiere a algo desigual.
- Eso no me importa, sabes a lo que me refiero, ahora déjame ver… está mejor - Lo miró con más detenimiento - Observándolo mejor… continuamos mañana.
Las tres jóvenes se levantaron pues se les hacía tarde para la cena que su madre había organizado con tanto esmero y a la cual les había pedido de favor no llegar tarde, ella solo les dijo que iban a anunciar algo importante, Acacia ya sabía de lo que se trataba, bueno estaba casi completamente segura de que iban anunciar la boda entre Evan y Damalis, ella estaba feliz por su hermana, había notado que le estaba tomando mucho cariño a Evan, pero al mismo tiempo muy preocupada de no volver a ver a su hermana durante un largo período, si no era para siempre, por esa razón cada vez que veía a Evan (que era muchas veces al día) literalmente corría hacia el lado opuesto evitando así exitosamente toda confrontación y ocasionando risas en el príncipe ante su infantil comportamiento. Las muchachas entraron al comedor, el delicioso aroma las impactó de una manera agresiva y positiva, se notaba que la cena estaba excelentemente organizada y era muy privada, ya que cambiaron la enorme y larga mesa por una más pequeña, los reyes se sentaron en la cabecera, la reina junto a Xenos y a las princesas y Evan junto a Adelphos. Las conversaciones eran muy animadas y la comida deliciosa, pero había llegado el momento de el gran anuncio, el rey y la reina se levantaron.
- Buenas noches familia, preparamos esta cena especial para anunciar que próximamente tendremos un matrimonio y antes de anunciarle al pueblo y a los reinos involucrados, primeramente, mi esposa consideró correcto avisarles a los futuros esposos - El nerviosismo del rey era casi palpable - y bueno… creo que lo correcto sería que la reina se los anunciara, ya que ella preparó tan magnífica cena y fue la que planeó todo esto, aclaro fue su idea, todo esto.
- Gracias querido no era necesario tal reconocimiento ya que fue una decisión mutua - Dijo entre nerviosa y enojada por la cobardía de su marido en situaciones como esta – Bueno, con todo mi corazón felicito a Evan quien se va a llevar uno de los tres tesoros más preciados que tengo, siendo una hija muy amable que lo más importante siempre ha sido su familia que, aunque a veces es muy testaruda, se gana rápidamente el amor de las personas que la rodean y sé que podrán con tal responsabilidad. En estas últimas semanas Evan ha demostrado ser una persona no solo con mucha inteligencia sino también de grandes valores, que ama a su pueblo y a las personas, que defiende lo que cree y está dispuesto a luchar por ello, pero me estoy desviando perdónenme, ahora si, sin más preámbulos les quiero anunciar oficialmente que el príncipe Evan y la princesa Acacia están oficialmente comprometidos, felicitaciones.
Un ensordecedor silencio de esos que jamás olvidas en tu vida envolvió el comedor, Evan quien creía firmemente que su futura esposa era Damalis se sorprendió por no decir que estaba aterrorizado ante aquella noticia, Acacia estaba muda y permaneció así por varios minutos su rabia no le permitía hablar mientras los demás esperaban la terrible reacción de la joven, Damalis quien estaba enterada de esto hace varios meses se sentía terrible por no haberle advertido antes a su hermana y la pobre de Marilee no sabía si reír o llorar de los nervios.
- ¿Me permitirían retirarme a mi recamara? De la nada mi apetito desvaneció.
- No, nadie se irá de la habitación hasta que la cena concluya - Dijo Xenos firme.
- Perdone mi insistencia rey, pero ya que no puedo elegir ni siquiera en el ámbito sentimental de mi vida me gustaría ir a descansar un poco o eso también lo van a decidir por mí, ya que no tienen ni siquiera la delicadeza de avisarme, pero no se preocupen son los reyes nadie puede negárseles. Saben siempre quise tener padres solo para saber cómo se siente que alguien en verdad te ame…
- ¡No nos hables así, es una falta de respeto ¡- Exclamó el rey encendido en ira.
- Claro perdóneme, había olvidado que dirigirme así al rey era un desacato a la ley que puede llevar a la muerte, tranquilos yo comprendo si desean hacerlo.
- No le hables así a tu padre jovencita, solo queremos lo mejor para ti.
- Solo desean su propio bien, el bien del reino, y discúlpeme, pero ¿Cuál padre? Yo carezco de uno, nunca he tenido padres, solo reyes, las únicas personas a las cuales les importo son mis hermanas, que siempre han estado conmigo a diferencia de ustedes - Las trompetas interrumpen la acalorada discusión.
- Reyes y reina, príncipe y princesas, la familia de la reina arribó, se están acomodando, Y mis reyes su hijo vino esta vez, bajará en unos pocos minutos.
El silencio reinó en aquellos momentos, las princesas no podían creerlo, los reyes simplemente no sabían lo que debían hacer, pero tenían que hacerlo rápido. Acacia ya estaba tardando mucho en reaccionar, respiraba para tranquilizarse a sí misma, ella en realidad no deseaba lastimar a nadie, se odiaba a sí misma cada vez que veía la cara de decepción de sus padres, pero se dejaba llevar rápidamente por su furia, sus impulsos eran su guía y eso era lo más letal, al mirar a Damalis y a Marilee se podía notar claramente que estaban a punto de llorar, pues no acostumbraban a recibir este tipo de noticias, desde niñas trataron de ocultarles todo y al final eso explotó.
- ¿Tienen un hermano? No me informaron de eso - Pregunta confundido Evan.
- Esto es el colmo - murmulla Acacia - ¡Ya somos dos ¡me reclaman, exigen de mí lo que ustedes no dan, me reprochan por mi mal carácter, pero ustedes reyes se lo han ganado con el sudor de su frente a través de los años, ya estoy cansada de fingir que todo está bien, hastiada de soportar amarguras y callarme todo solo para guardar su frágil reputación - Envuelta en ira y furia salió de la habitación tirando la pesada puerta con la fuerza que le había proporcionado su cólera, sus ojos cegados con lágrimas y sus pasos presurosos a la catástrofe, solo deseaba dejar de ser la perfecta princesita un momento.
- Al menos esta no sabe pelear sino la historia se repetiría y pobre de ti - Adelphos se dirige a Evan con voz baja, este último lo fulminó con su mirada.
- Será mejor que vaya a ver cómo está Acacia en condiciones así… bueno… - Marilee salió del salón más para reconfortarse que consolar a su hermana.
- Damalis hija ¿Estás bien? – La joven que había estado mirando al vacío por ya varios minutos, miró a sus padres tratando de ocultar su decepción.
- Las palabras de Acacia fueron muy duras, no las justifico, pero también las circunstancias ejercen presión y mucha presión saca a luz la verdad, lo lamento.