Mientras ellas dormían se desató una pelea muy lejos de allí, pero a la vez tan peligrosamente cerca, la desobediencia junto con la ira, la amargura y la idolatría reclamaban justicia, gritaban por la muerte de las jóvenes, solo deseaban su fin. De la nada una voz irrumpió como estruendo de muchas aguas, una voz que hacía estremecer toda la tierra, una voz tan indescriptible que enmudecía todo a su paso y provocaba que sus enemigos tiemblen, el silencio predominó sabían que era inútil, mientras Él no lo decidiera nadie podía hacer nada, ellos no se podían acercar así que lo mejor que pudieron hacer fue callarse y huir, ya habían perdido y Él ya había ganado, pero lamentablemente la desobediencia había sembrado ya hace tiempo duda y desesperanza, echando raíces en una de las tres hermanas, contaminando su ser.
Si ya ganaste ¿puedes perder? Creo que eso depende de uno, porque comprendiendo que triunfaste ¿renunciarías?, pensarán que estoy loca por creer que algo así pueda pasar, algunos me dirán no nos interesa mejor sigue narrando la historia, pero, aunque no lo crean eso sucede y justo el trío de hermanas estaba experimentando la misma sensación de derrota, la pregunta sería ¿vencedor ya renunciaste? Espero que no y las tres jóvenes bueno… será mejor que ellas les demuestren si son vencedoras derrotadas o victoriosas, pero no con palabras, no funciona así, sino que sus acciones hablaran por ellas y ustedes descifrarán cual es cual, inclusive podrán saber cuál eres tú si prestas atención.
El sol quemaba los rostros de los jóvenes obligándolos a despertar, las quejas y bufidos no se hicieron esperar, todos desayunaron lo sobrante a la noche anterior.
Los muchachos iniciaron su viaje desviándose un poco del sendero para llegar más rápido a su destino, mientras caminaban Lysander les describía el paisaje del pueblo vecino donde habitaban sus amigos, era fácil de encontrar ya que la división de un pueblo y otro era un hermoso río con enormes pinos a su alrededor, solo una casa abandonada se encontraba a la orilla de este pues para hallar el resto de casas debían caminar aproximadamente veinte metros adentrándose en el bosque, las princesas con nuevas fuerzas comenzaron a tratar de descifrar el acertijo sin éxito alguno.
Los ojos de la sirena denotaban alegría y sorpresa, el agua helada recorría su cuerpo quitando todo malestar, finalmente logró extender su cola completamente, la cual avergonzaba a las piedras que la rodeaban, feliz comenzó a nadar para adaptarse al nuevo entorno, “muchas gracias” le susurró Acacia a Lysander, este le sonrió para luego dirigirse a Damalis y darle las indicaciones de seguridad ante cualquier accidente.
Cada una se sumergió en su mundo, Damalis comenzó a convertirse en árbol y volver a su forma habitual, tornándose cada vez más rápida, mientras que Marilee volaba de un lado a otro chocándose con todos los pinos que tenía en su camino y Acacia nadaba a lo largo del río y para que su cola tomara la fuerza necesaria, alrededor del mediodía se escucharon unas voces que intranquilizó a las muchachas, siguieron las indicaciones de Lysander paso a paso, y desde su escondite observaron como dos personas se acercaban al río, un joven de cabello rubio se acercó peligrosamente a Acacia.