La autoestima es la idea que tenemos sobre nuestro valor como personas, se basa en los pensamientos, sentimientos, sensaciones y experiencias que sobre nosotros mismos hemos recopilado a lo largo de nuestra vida; podemos considerar que somos listos o tontos; simpáticos o antipáticos, sosos o graciosos, en definitiva nos gustamos o no.
Todas estas impresiones, valoraciones y experiencias unidas, forman un sentimiento positivo de nosotros mismos o, en cambio, un desagradable sentimiento de no ser lo que deseamos o esperamos.
La autoestima se va desarrollando a lo largo de toda nuestra vida a través de todo lo que nos va ocurriendo.
Sin duda, la autoestima influye mucho en el comportamiento, siempre tendemos a comportarnos como la persona que creemos que somos. Por ejemplo, si nos consideramos personas poco sociables, no nos esforzaremos en intentar relacionarnos con los demás y así reforzaremos esa creencia al no darnos la oportunidad de crear nuevos amigos.
Podemos decir que, la adolescencia es uno de los periodos más importantes en el desarrollo de la autoestima; es el momento en el que la persona necesita construirse una firme IDENTIDAD. Es decir, considerarse una persona diferente a los demás y conocer las propias habilidades, posibilidades, así como sentir que se tiene valor como persona.Durante esta etapa de la vida, las relaciones que se establecen con las demás personas son fundamentales. Sin duda, es vital la necesidad que tiene el adolescente de sentirse aceptado y parte de un grupo y comienza a convertirse en fuerte también su necesidad de mostrarse atractivo o agradable a las personas del otro sexo. En todo esto, la autoestima juega un papel vital, ya que la consideración que uno tiene de si mismo es importante para determinar la consideración que tienen los demás hacia nosotros mismos.
Sin embargo, y a pesar de lo fundamental que es la autoestima durante la adolescencia, es habitual que muchos adolescentes no tengan una autoestima alta. Con frecuencia, problemas simples y habituales en la adolescencia afectan mucho a algunos adolescentes y sienten truncada su necesidad de ser aceptados y valorados por los demás. Son habituales los problemas de autoestima, por ejemplo, debidos a problemas de acné, exceso de peso o el rechazo de una determinada persona que no los tiene en consideración.
Es importante cuidar y fomentar la autoestima en la adolescencia ya que un adolescente que posee una autoestima positiva:
Se comporta con independencia:
Es capaz de elegir y decidir como quiere usar su tiempo, dinero, habilidades... además busca amigos y entretenimiento sin requerir ayuda de nadie.
Es responsable con sus obligaciones:
No le cuesta asumir la responsabilidad de ciertas tareas (ayudar en la casa, cuidar a hermanos menores…).
Se muestra capaz de enfrentarse a nuevos retos y orgulloso
de sus éxitos:
Se muestra interesado en ocupaciones o actividades nuevas que afrontar y aprender.
Es capaz de manifestar una gran amplitud de emociones y sentimientos:
De manera natural puede reír, sonreír, gritar, llorar y expresar su afecto y, puede pasar por diferentes emociones sin tener que reprimirse ni ocultarse.
Se muestra tolerante frente a la frustración:
Cuando algo sale mal, es capaz de afrontar esta situación de distintas maneras, ya sea mostrando paciencia, riéndose de sí mismo,…además puede hablar de lo que le entristece.
Se considera capaz de influir en los demás:
Posee confianza en que produce efecto sobre los/as demás miembros de la familia, amigos, profesores, etcétera.
Podemos decir que, poseer una autoestima alta durante la adolescencia puede determinar gran cantidad de aspectos con respecto a nuestro futuro. Una persona con una autoestima positiva, frecuentemente aspirará a más, mostrará una mayor confianza y se planteará metas y proyectos diferentes para su vida adulta que una persona con autoestima negativa.
En el próximo artículo os aportaremos una serie de consejos para fomentar la autoestima en adolescentes.