Autores Anónimos & Mentirosos

Dormí hasta que sonó el teléfono

Aileen

Desperté con la boca seca, el cuello torcido y una pierna de Lukas encima de la mía. La televisión aún estaba encendida, mostrando los créditos de una película que ninguno de los dos había terminado. La sala olía a papas fritas, helado derretido y familia. Era perfecto.

Hasta que sonó mi teléfono.

Lo busqué a ciegas entre los cojines, tratando de no mover demasiado a Lukas. Cuando lo encontré, la pantalla me cegó por un segundo,.un número desconocido llamado a una hora absurda, dudé pero contesté.

—¿Hola? —murmuré, con la voz aún atrapada en el sueño.

—¿Rose Williams? —preguntó una voz formal, femenina, con acento neutro. Profesional, además por el acento puedo inferir que es extranjera.

Mi cuerpo se tensó, nadie llama a ese nombre y se supone que nadie debe tener este número.

—Sí —respondí, bajando el volumen de la tele con el control remoto que estaba al alcance.

—Llamo de la organización de los premios LIT. Su novela “Las estrellas de Kai” ha sido seleccionada como finalista en la categoría de Mejor Libro por Autor Anónimo. La ceremonia será en Ceibs, dentro de tres semanas, necesitamos confirmar su asistencia.

Me quedé en silencio, Lukas se movió a mi lado, murmurando algo entre sueños que ignore, yo seguía procesando todo.

—¿Finalista? —repetí, como si la palabra no tuviera sentido.

—Sí— dijo ella— es una de las obras más votadas por el jurado este año. Su presencia es importante aunque entendemos que, por la naturaleza de su anonimato, puede optar por medidas especiales de privacidad. Pero necesitamos saber si estará en Ceibs.

—¡Sí! —dije, sin pensarlo demasiado— estaré ahí.

—Perfecto, le enviaremos los detalles por correo, gracias por su tiempo Rose —dijo ella y después colgó.

Y por un segundo, me quedé inmóvil. Luego salté del sofá como si me hubieran conectado a una batería de alto voltaje brincando y gritando como una niña con un muñeco nuevo.

—¡Estoy nominada! —grité, sin pensar, sin medir, sin contenerme.

Lukas se despertó sobresaltado, con el cabello revuelto y cara de apocalipsis.

—¿Qué pasó? ¿Ganamos la lotería? ¿Se cayó el techo?

—¡Los LIT! Las estrellas de Kai está nominada ¡Finalista en los premios LIT en Ceibs!

Corrí por la sala como si fuera una niña con azúcar en la sangre. Lukas me miraba como si estuviera viendo una posesión alegre

—¿Ceibs? ¿Tú vas?

—¡Sí! Ya dije que sí ¡Voy!

Y entonces me detuve. Como si el aire se hubiera vuelto más denso, como si mi cuerpo recordara algo que mi emoción había ignorado. Los premios LIT son premiaciónes a los Escritos y Autores más populares del momento, no todos pueden clasificar, de hecho Lake y el Lobo nunca clasificaron, aunque también puede ser por qué jamás los inscribimos, esperen un momento. ¿Cuando fue que yo postule mi libro? ¿Hace cuánto fue que ni yo misma lo recuerdo? ¿Será que alguien lo postulo por mi? Aveces me pregunto por qué yo formuló más preguntas y no las contesto.

—Oh no —masculle fijando la mirada en la pared.

Lukas se incorporó, aún medio dormido.

—¿Qué “oh no”?

Me dejé caer en el sofá, con las manos en la cabeza.

—Confirmé que voy a los LIT en Ceibs donde habrá mucha gente y donde estará él.

Lukas parpadeó confundido

—¿Él quien?

—Charles —dije, como si el nombre fuera una maldición— el lobo, el muy guapo,encantador y muy traidor lobo. El que sin duda estará ahí, con su sonrisa de autor redimido y su traje perfectamente ajustado.

Lukas se quedó en silencio y luego soltó una carcajada.

—Bueno, al menos no será aburrido.

Me cubrí la cara con una almohada, y desde ahí, en la oscuridad de tela y espuma, solo pude pensar en una cosa: Si Rose iba a asistir a los LIT necesito una coartada solida con respecto a mi identidad.

—Será una emboscada —murmuré— y yo ya confirmé, entré directo en la boca del lobo.

Me quedé sentada en el sofá, con el teléfono aún en la mano y el corazón golpeando como si quisiera salir corriendo antes que yo. Lukas se volvio a dormir, o finge hacerlo para no tener que lidiar con mi montaña rusa emocional. Lo respeto por eso, digo, ¿Cuántos hermanos conoces que quieren quemarse la cabeza por el ex de su hermanita?

Pero mientras lo observaba, algo se deslizó dentro de mí, una idea, no, una advertencia. Me puse de pie otra vez, esta vez más despacio. Caminé hacia la cocina, abrí el gabinete donde guardo las tazas, y saqué la que dice:

“No soy antisocial, soy antiestúpidos”

La llené de agua, como si eso pudiera calmar el incendio que acaba de encenderse dentro de mi.

—¿Qué hiciste Aileen? —murmuré, apoyándome en la encimera.

Confirmar que iría fue como firmar una invitación directa al infierno.Y no cualquier infierno, uno de cámaras y fotos y otro con traje de diseñador, sonrisa encantadora y ojos que saben demasiado. La boca del lobo y sí, el lobo debe seguir siendo muy guapo —deja de pensar en eso Aileen— Me reí sola por nervios. Porque si Rose asiste, Aileen no puede ser vista. Tengo que pasar desapercibida, ser la asistente y la sombra de la mujer de las ideas, debo ser la mujer que organiza horarios, responde correos, y nunca se sienta en primera fila.

Rose puede brillar y Aileen tiene que esconderse. Tomé el teléfono otra vez y empecé a hacer una lista mental:

Lukas— quien para este punto ya está despierto al cien— esta en la cocina, preparando café como si fuera una ceremonia sagrada. Yo me senté en la barra, con el teléfono aún en la mano y la notificación abierta como una herida brillante.

—Me voy en una semana —dije, sin rodeos.

—¿A dónde?

Él levantó la vista, sin dejar de remover el azúcar.

—A Ceibs, a los premios LIT, Las Estrellas de Kai está nominada, ya te lo había dicho.

Lukas dejó la cuchara en el fregadero como si acabara de entender el peso de la noticia.

—¿Finalista cierto? —pregunto




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