Charles
5 años atrás
Abro la puerta de la habitación y recostada en la cama veo al amor de mi vida, mi mujer, mi oxígeno, mis ganas de vivir, envuelta entre mantas con las luces apagadas y su mirada celestial perdida, sus ojos apagados hacen que mi pecho duela, el estómago se me revuelva y la bilis me suba por la garganta, amarga y horrible.
—Mi amor— digo con voz trémula, me jode el corazón verla de tal manera, y me jode aún más saber que es por algo que hice.
Pero ella no me muestra señales de vida.
— Mírame por favor, Aileen, princesa por favor, dime algo, no me ignores cariño —tartamudeo y ruego, mi corazón es más grande que mi orgullo cuando de ella se trata, pero me duele que ella no quiera escucharme, que no quiere creerme del por qué acepte hacerlo.
Aileen no gritó ante mis palabras, no lloró ni hizo gesto alguno, solo dijo las palabras como si fueran una sentencia que ya había ensayado, un golpe a mi corazón y mi mente, ¿Por qué? ¿Por qué ella no quiere escucharme? ¡¿Por qué mierda no quiere hacerlo?!
—Ya no te amo, egoísta, preferiste vender nuestros nombres que hablarlo conmigo, mentiroso, ya no te amo —dijo atona, entre susurros que son como puñales en mi corazon.
Me quedé quieto, paralizado por lo que acabo de escuchar, ella esta frente a mí, con los ojos apagados, la voz atona, y ojeras marcadas de tanto llorar, y yo aquí con el contrato editorial en la mano, aún creyendo que es una buena noticia, una oportunidad para ambos. Una prueba de que todo lo que construimos puede ir más allá del anonimato.
—¿No me amas? —pregunté, como si la frase necesitara traducción, siento como mi cuerpo se tensa, mi garganta se niega a pronunciar esas palabras, mi corazón se niega a escuchar lo que mis oídos captan, mi mente se niega a creer en lo que ella dice pero aun asi lo hace por que siempre le he creído.
Si ella dice que no me ama y me lo demuestra....¿Para que-? Esque ni la pregunta puedo formular por qué me duele pensar en eso, pensar en que la mujer que ame con toda mi vida y con toda la devoción de mi alma me diga que ya no me ama me hace querer implorarle al cielo por qué me hace esto.
—No —dijo— no como tú amas el reconocimiento.
Quise responderle, explicarle que no es eso, que todo lo que hago es por nosotros, por ella, por lo que podemos ser si el mundo nos viera, mostrarle que no pasará nada si acabamos con esto de escondernos, ya no somos adolescentes, si nos juzgan por lo que escribimos no quiere decir que la dejaría, lo enfrentaría con ella, junto a ella, y por ella, jamás la vendería, cuando dijeron que debíamos presentarnos preferí ser yo el que lo hiciera para mostrarle que no pasaría nada pero no conté con que ella se pondría asi de furiosa que incluso negó el contrato y me dejó bajo la lluvia empapado y dolido.
Pero no me dio espacio ni me dio tiempo.
—Si vas a elegir eso, hazlo, pero no me lleves contigo, yo no quiero ser parte de tu vitrina.
Mi visión de escritor me hizo analizar sus palabras y mi mente llegó a una conclusión que mi corazón no quiere aceptar.
<< Debes soltarla Charles, si ella ya no quiere estar contigo no debes forzarla>>
Mi pecho se hundio, empecé a negar ante la idea de dejarla, soltarla, Aileen fue la primera mujer que me demostró afecto cuando más lo necesite, fue la chica que me devolvió la sonrisa que el mundo me quito, ella fue mi soporte cuando lo necesite, siempre estuve ahí cuando ella lo necesitaba y viceversa, mi mente dice que debo hacerlo, debo soltarla, pero mi egoísta corazón—como dice ella— prefiere quedarse aquí junto a ella antes que dejarla ir, retenerla a mi lado y no dejar que se vaya.
Respiró profundo, no puedo evitar sentir amarga la garganta y empezar a lagrimear, haci que decidí escuchar a mi mente y dejarla ir, no por rendición, eso lo tengo claro, lo hago por estrategia. Pienso que si logro demostrarle todo lo que se puede construir fuera del anonimato, ella perdera el miedo y volvera.
Pienso que si logro llenar auditorios, si mi nombre aparece en portadas, si mis palabras se vuelven referencia, ella entendera por qué lo hago y entonces, volvera y yo podre decirle:
¿Ves? Lo hice por nosotros.
Y cuando eso ocurra la recibiré con brazos abiertos, besos, y no volver a soltarla, decidí que lo mejor era irme del departamento hasta que eso ocurriera. Pero como si el destino quería adjuntar el epílogo de una historia aparte los días pasaron, luego los meses y luego los años.
Ella no volvió a mi vida.
Jamás olvidaré ese día, era un jueves por la mañana, me arregle lo mejor que pude, compré lirios —los favoritos de mi reina— también pase por la cafetería donde muchas veces la encontraba trabajando hasta que empecé a ir solo por ella, compré su granizado de chicle con leche favorito y le dije a mi chófer que me llevará hasta el edificio donde vivíamos. De la emocion que sentía casi deje caer el granizado. El edificio había cambiado mucho, estaba más brillante y lujoso que antes pero eso era lo de menos para mi, iba a ver a la estrella más brillante de mi vida.
Al llegar al quinto piso acelere el paso, cuánto antes llegara mejor, cuando ya estaba frente al departamento 25 lo primero que hice fue tocar el timbre y la puerta, la emoción era tanta que sentía que podía explotarme el estómago de los nervios y emocion. Cuando la puerta se abrió no pude evitar sonreír de oreja a oreja de lo feliz que estaba de volver a ver a mi reina. Aunque eso no duró nada por qué al bajar un poco la visita ví a una mujer de 1.73, cabello rubio, ojos grises y vestida de rosa, en ese instante me sentí confundido y alterado.
<< ¿Me abre equivocado?>>
Imposible, yo viví aquí por mas de 6 años, la mujer me vio confundida y sorprendida, no pasó nada de tiempo cuando ella me preguntó que que hacía yo ahí.
— Estoy buscando a Aileen Torrez, ella vive en este piso y en este departamento. —conteste con cierta repulsión y descontento al dirijirle la palabra a otra que no fuera mi mujer.