Aileen
— Lukas date prisa —ordeno ante la tardanza del imbécil de mi hermano.
Estoy al 10 mil millones por ciento de nervios, es la boda de una de mis mejores amigas y eso significa mucho para mí, estoy impaciente. Pero díganme ustedes si no lo estarían al ver a quien tantas risas y delirios les dió, casarse. Brayan se fue anoche —queria que se quedara más — y como no tengo ni una mosca alrededor de mi, decidí llevar a mi hermano.
El estaba invitado de todos modos, pero si es indignante ir a una boda y que mientras los demás vayan con sus parejas uno va con su miserable hermano al que ni las migajas le dejan.
— ¡Que ya voy! No me apures —dice el, peinandose el cabello.
— Se nota que quieres coronar. —bromeo al verlo tan afanado que hasta se está tapando las ojeras y aplicandose crema.
Y son mis cremas las que está usando, hijo de tu madre que te parió, consíguete las tuyas malparido. Cuando el finalmente acaba de arreglarse yo aprovecho a tomarnos algunas fotos, no las voy a subir a mis redes pero tal vez al estado de WhatsApp donde tengo a cierto lobo incivilizado, para que vea lo que se perdió por mentiroso y traídor.
— Tómala bien Alberto, que te está fallando el pulso, apuesto que hasta los viejitos de al lado toman mejores fotos que tu. —mi hermano se ofende y entrecierra los ojos negando con la cabeza.
— No es mi culpa —refuta el —es el teléfono que está muy pesado.
— Cuidado con mi Samsung galaxy S24 ultra, es caro. — digo a lo que Lukas se acerca me da mi teléfono y sale del departamento sin decir nada.
—¡Je! Ya se arrecho
Cuando bajo al vestíbulo, Lukas me esta esperando para irnos, me acerco a el y como siempre, ya se le pasó el enojo, nos subimos al taxi y me concentro en el hermoso cielo azul y despejado que marca el medio día, me fascina la idea de no tener que trabajar hoy, me desvele terminando de editar los banners y los volantes de la editorial pero valio la pena.
Veo mi teléfono y me percató de una serie de mensajes que no leí anoche, todos son de Charles y no pareciera que fue el quien los escribió:
📩 Excelente trabajo Torrez, ¿sabes que? Date un día de descanso, lo necesitaras mucho, sabes que cuando doy algo es mejor tomarlo cuando lo ofrezco.
Me siento aliviada por qué no le dije que hoy no iba a trabajar, pero por la otra mano, siento que se trae algo entre manos por qué el lobo que conozco actualmente no es de darte cosas sin pedirlas y rogar por ellas, pero también me extasia el halago que me da y mi recompensa por eso, a este punto nuestra relación a progresado encuanto a rencores y perdónes trate.
Pero eso no significa que me cae bien como para incluirlo nuevamente en mi círculo, el sigue siendo inmaduro y más engreído, es un treinton gruñón de esos que están acostumbrados a ser cascarrabias desde que trabajan. La vida sería más fácil si todo fuera gratis, sin impuestos que pagar, cosas que comprar y sobre todo tiranos sarcásticos que son deseables.
¿Por qué los hombres más engreídos, enojones, mentirosos, distantes y severos son aquellos que tienen la bendición para el ojo humano?
Me enamoro de puro ficticio y lo reconozco, ¿Cómo no quieren que mis gustos sean así si yo era de esas niñas que leian puro Booknet? Y unas historias muy buenas por cierto, con final feliz y todo el rollo. Ser escritora no es que solo hable de escribir o de redactar, incluso nosotros tenemos vidas fuera de la tinta. ¿Creían que solo iba a centrarme en darles consejos y datos sobre la escritura?
Bueno, también les he dado un que otro de esos pero acepten que mi historia fuera del papel es un desastre con altos y bajos, y más cuando soy alguien poco inmadura para mí edad y todo lo que he pasado para llegar hasta donde estoy hoy. Irónico que por leer un mensaje de mi ex, termine dándoles semejante reflexión acerca de mi miserable existencia.
Cuando llegamos al salón donde se va a llevar acabo la boda civil de mis amigos, empezamos a saludar a los que se encuentran ahí, los padres de Gaby y los abuelos de Diego así mismo como a él resto del grupo con excepción del asocial que diga Brayan. Me separó de mi hermano — el cual va a ir a ver al novio— para entrar al salón donde están las chicas, la calidez y tensión del momento me reciben.
— ¡Aileen si llegaste! ¿Me veo bien? ¿No crees que es mucho? ¿Te sientes cómoda con el ambiente? —Gaby está nerviosa y srobrepeinsa todo, ella está en ese momento dónde sabes que si no lo haces ahora no podría haber vuelta atrás y eso la está sofocando.
Nel, como si a mí me interesara cansarme, eso sí, de que no voy a quedarme como una vieja celulitica y sola lo tengo claro.
— Gabriela cálmate —pido a lo que ella se vuelve a sentar y se ve frente al espejo— todo está bien, es hermoso este lugar y la decoración, no sobrepienses mucho o vas a quedar igual a Sandra con el cerebro hecho trizas después de un examen de matemáticas de pre álgebra.
Sandra me fulmina con la mirada indignadose de mis palabras y me mira con resentimiento que obviamente se le pasa con unas copitas.
— Esto lo hacemos entre todas —dice Eliza colocando su mano al aire frente a nosotras.
— Lo hemos hecho siempre —secunda Sandra posiciónando su mano sobre la de Eliza.
— Y para siempre — continúo yo imitando el gesto de ellas. Volteamos a Gaby la cual después de sonarse la nariz nos acompaña.
— Juntas —finaliza, las cuatro nos abrazamos por qué siempre hemos sufrido junto a las demás pero poco se dice de como cada una lo toma.
Así como sufrieron por mi yo éstoy dispuesta a hacerlo por ellas.
La ceremonia inicia, yo junto con las demás estamos del lado izquierdo del altar como las damas de honor de Gaby, los chicos están del lado derecho a excepción de Lukas quien está sentado junto a la madre de Gaby. Cuando la música comienza a sonar ellos se levantan y vemos a la novia entrar con su reluciente vestido largo y su melena ondulada color chocolate cayendo sobre sus hombros con el ramo en mano.