Epílogo: Un cuento de hadas

Epílogo: Un cuento de hadas

Amar es una de las bendiciones más puras que puede existir. No se puede alejar de la realidad un sentimiento tan profundo.

Uno jamás piensa en ser feliz, siempre nos enfocamos en los momentos tristes. Sufrir y lamentar una pérdida. Pero cuando llega el momento en que verdaderamente sientes paz en tu corazón, es el día en que sonríes y te abrazas a ti mismo.

No pretendemos ser perfectos, sabemos que las peleas, los tensos momentos estarán acechando nuestros lares. Comprendemos que todo es una etapa, mientras estemos juntos todo será como lo decidamos.

Él salva personas, da sus conocimientos a otros, sonríe, es feliz. Yo juego fútbol, que es a lo que me he dedicado toda mi vida, aprendo a confiar, a no ser egoísta y amar sin medidas.

—Un beso antes de irme.

—Ya te he besado demasiado Blaide.

—Tengo que recuperar esos besos. Me debes el infinito, así que compláceme y ya.

Cosas como ésta, son las que uno más recuerda, porque es lo que es el amor, es la esencia, la vida pura, la rutina.

Blaide se arrodilla ante mí, dejándome sin nada qué decir. Muestra el anillo de zafiro incrustado. Odio los anillos, pero ni modo, no me puedo quejar.

—Estoy cansado de que te miren, necesito que tengas el anillo. Así serás de mi propiedad. ¿Te casarías conmigo, Robert Harris?

—¡Por supuesto!

—Eres oficialmente el señor Raider. ¡SI! ¡AL FIN!

—De nada, señor Harris.

—Nos vemos en la noche, señor Raider. Hoy hay carne de parrillera con panes.

Amar no sólo está en las personas, sino en los mágicos momentos: ver nacer un niño, salvar una vida, sonreír a quien llore, reír hasta el cansancio, esconderse de su esposo para jugarle una broma pesada, hacer el árbol de navidad juntos, comer, ver a tu hermano crecer, ver cómo tu hermana entrega su amor a un chico cuando era lesbiana, comprender que el cielo es azul porque así lo hicieron, comprarse una mascota y buscarle un nombre por Google. Crecer, madurar, malos momentos, llanto, risa, desgracia, mal tiempo, tormenta. Todo es amor en diferentes formas.

Pensar que todo comenzó con mi cumpleaños y que, si no fuera porque el destino nos unió, estaríamos solos y desamparados.

Blaide es, definitivamente, mi alma gemela, mi pasado, mi presente y mi futuro. Es el milagro viviente y le agradezco mucho a sus padres por todo. Si no lo hubiesen concebido, jamás lo hubiese conocido.

No es un final feliz, es el principio de la enseñanza de la vida. Todo tiene su recompensa y sacrificio.