Azul Violeta (cuarto Libro)

XIII.- Cómo llegar a sentirse inútil II

Vi la espalda de hermana cruzar la puerta principal. Llevaba una bolsa y una caja con cosas. La llave de la casa la partió en dos con unas pinzas o eso creo que eran. La amiga que la recogió estaba demasiado seria. No distinguía su cara en la oscuridad pero su fuerte mirada estaba clavada en mí.

Mamá no salió de su habitación hasta más tarde que llegó padre.

Empezaron a discutir toda la noche. Madre esperaba que hermana regrese al poco tiempo y se disculpara pero no fue así. Al amanecer ninguno había dormido. Padre le dijo a madre que no podía seguir viviendo con ella y sus celos enfermizos. Iba saliendo de la casa cuando vi a la chica de anoche regresar.

Cruzo algunas palabras con padre y ella asentía tranquilamente. Llevaba algunas bolsas. Padre le entrego algo a la mujer esa y se fue. Solo subió al auto y se fue.

La amiga de hermana entro a la casa y se dirigió a la habitación de hermana. Saco la agenda de hermana de su bolso de mano y empezó a buscar cosas. Había instrucciones específicas sobre cosas que había guardado y en qué posición debía encontrarlas.

— Oye, ¡no te puedes llevar nada! ¡Son cosas de mi hermana!

— Ella me envió. No molestes. — me dijo con hostilidad. 

Esa mujer joven tenía el cabello ondulado. Parecía tan seria que nadie esperaría que contestara de esa manera. Yo estuve en la habitación todo el tiempo. Ella saco la bolsa con documentos de hermana. Algunas de las libretas les rompieron cada una de las hojas hasta dejar solo pequeños pedazos de papel. También saco algunas hojas de citas, sobres y más sobres aún sellados además de recetas médicas.

Después fue a su computadora e hizo una copia de toda la información que tenía allí. Hermana tenía dos computadoras, una portátil y otra de escritorio. La amiga de hermana seguía un método para hacer las tareas más rápido. Cerró todas las sesiones de sus redes sociales y borro el registro de las mismas.

Reviso los cajones y tomo un pequeño álbum fotográfico que no parecía tener muchas fotos, solo de ella y sus amigos en algunos de sus viajes. Había otro cuaderno que un parecía diario y lo tomo. Lo digo porque tenía un candado pequeño. Supongo que era el verdadero.

Del librero tomo algunos cuadernos y libros que hermana no se llevó. Apenas pude ver cuán dedicada era hermana a su carrera. El maquillaje lo dejo tal cual en el tocador así como la joyería, zapatos peluches y ropa incluso sus cómics fueron acomodados en la bolsa de viaje.

Al terminar con sus tareas, ella saco la bolsa de basura y la bolsa llena de sus cosas. Si miraba de nuevo la habitación parecía que nada había sido movido de allí, como si hermana no viviera allí hace tiempo y solo han pasado horas.

No me había dado cuenta que la existencia de hermana se definía solo por respirar en el mismo espacio pues, en realidad, no la conocía.

— Hermana... ¿Está bien?

— Niño, no seas hipócrita. Aun eres joven para entender cómo se sintió ella. Espero que no pases por lo mismo.

Fue la única vez que vi a esa mujer.

 

Pasaban los días y mamá esperaba que hermana volviera suplicando perdón. Sin embargo, no lo hizo. Padre regreso unos días más tarde. Yo por mi cuenta a veces iba al cuarto de hermana. Ingresé a su computadora pero estaba vacía. Supongo que la podía usar yo y madre accedió sin hacerme preguntas.

Padre se fue de nuevo y madre dejo de trabajar. Repetía en muchas ocasiones que eso se ganaba por darle a su hija todo lo que quería. Por cumplirle cada capricho. Allí mis recuerdos chocaron. Madre no le daba nada a hermana en su lugar cortaba sus alas lenta y dolorosamente. No lo quería ver así.

Eventualmente continúo con su rutina. Intento contactar con las amigas de hermana pero ninguna le dio información. Incluso fue al hospital a platicar con el médico familiar. Se enteró que hermana se había sometidos a varios estudios de la cabeza por miedo a tener algún tumor además de que se realizaba estudios de su estado físico. Su salud no era buena en ese entonces pero no había nada grave que amenazara su vida.

Claro que no lo sería si solo trabajaba y estudiaba.

Un día llegó triste. Culpaba a su hija por ocultarle todo. Porque no confío más en ella. No lo entendía si siempre fue buena madre. Hermana tenía la culpa de todo.

Madre decidió mudarse con el abuelo. Se llevó a hermano menor y a mí me dijo que terminara de estudiar. Si no quería ir a la universidad podría decírselo.

Viví en esa enorme casa unos meses antes de que padre regrese por mí. Al entrar a la preparatoria me di cuenta de lo famosa que era hermana, todos los profesores le tenían excelente estima, hablaban de ella con cariño y le deseaban lo mejor en la vida, la consideraba un prodigio. No lo sabía. Desde mi perspectiva, ella era problemática.

Uno de sus ex profesores me dio clase y mientras me regañaba por mi mal resultado él me preguntó por ella. Le dije que se había mudado y casi no manteníamos contacto por cuestiones familiares. Él dijo, "cualquiera que la viera diría que vivía en una familia feliz, no me esperaba que una chica como ella tuviera ese tipo de vida" No sabía que responder. Él entendió que cuestiones familiares eran peleas familiares y no parecía alarmado por ello. Conocía a muchos ex alumnos en situaciones similares.

Me enteré por padre que madre estaba intentando contactar con esa amiga de hermana que fue a recoger sus cosas, sin embargo, término pidiéndole dinero. Tenía una vaga idea de que solo así podría volver a verla pero nunca apareció.

Cuando madre por fin se enteró de donde trabajaba quiso ir a preguntar pero nadie le dio información. Solo algo superficial y le dijeron que se mudó al estado vecino.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.