Azul Violeta (cuarto Libro)

XVI.- El álbum de fotos

Un día antes de ir a la playa, Ryusui encontró una vieja caja que no había sido abierta. Christine la miro pero no recordaba si adentro había cosas importantes así que, decidieron abrirla.

Los niños se entusiasmaron al ver pequeños juguetes y fotos desordenadas junto a un álbum casi vacío. Christine lo tomo entre sus manos pero no recordaba porque estaba allí. También había una edición del libro de "el principito" en francés que, siempre, se preguntó dónde había quedado.

— Creo que es lo caja que sellé cuando me mudé la primera vez...creo. — dijo intentando pensar.

— ¿Te parece si ponemos las fotos en el álbum? Podemos incluir las de Yuu y Anya.

— Seguro.

Los niños ayudaron a acomodarlas en la cama. Había muchas fotos que Christine no recordaba haber tomado; viajes a la playa, lugares turísticos, degustaciones de comida, fiestas de disfraces, exposiciones y otros eventos semejantes. Solo con verlas no podía recordar que en algún momento de su vida hizo muchas cosas que soñó.

Ryusui miraba con detenimiento las fotos donde parecía su esposa, siempre sonriendo, parecía disfrutar mucho de los viajes.

— Christine, ¿qué edad tenías aquí? — pregunto.

Al no obtener respuesta giro su cabeza y la vio dormida. Estaba cansada por todo el peso extra y sus pocas horas de sueño debido a la incomodidad. Solo un poco más antes de tenerlo en sus brazos.

— Papá, mamá duerme otra vez...— señaló Anya. — ¿mamá duele?

— No, mamá está cansada. Llevamos las fotos y decoramos el álbum para darle una sorpresa

— Si — contestaron al unísono. Yuu tomo los lápices de colores que Christine dejaba en su pequeño buro. Ryusui y Anya llevaron las fotos a la mesa de la cocina poco después regreso Ryusui y la cobijo. Salió en silencio.

En la mesa los niños separaban las fotos que se veían bien de las que se veían borrosas.

— Papá, queremos comer panwish...panwish —  pedía Anya.

Asintio.

Si pero no había pan. Decidió llamar a Alejandro. Nunca hacía nada los sábados. Sentía que abusaba de su amabilidad pero no tenía muchas opciones cercanas o al menos alguien en quien confiara y no lo criticara.

Mientras los niños dibujaban en pequeñas hojas, Ryusui le pidió el favor a Alejandro y después empezó a picar verdura. Yuu decía que quería rollitos así que empezaría por ellos.

El timbre se escuchó de manera insistente. Al abrir, allí está Alejandro con bolsas de comestibles.

— ¡No sé cuándo entenderás que no soy tu mandadero y no salgas con que Christine está dormida!

— Pudiste haberte negado. Además no hay nada de malo que comas con tus amigos en lugar de comprar comida siempre...

— Supongo...— decía mientras ponía todo en la barra, él entraba como si fuera su casa — ayudas mucho en casa, ¿no crees?

— No es ayuda, es parte de mis responsabilidades. — continuo cocinando.

Alejandro fue a ver a los niños y su atención se fijó en algunas fotos. Recordaba la exposición de humanoides. Christine habría ganado si no hubiera molestado a los jueces. Rio para sí.

— Señor, ¿fue a la escuela con mamá? — pregunto Yuu

— Si...este soy yo...— y se señaló en una foto donde salía de perfil — usando un ridículo sombrero porque quería ser "diferente". Siendo joven tenía buen sentido de la moda y del gusto pero pasando los años se dio cuenta de que esas risas sobre él tenían justificación un poco razonable.

— Sombrero feo — dijo Anya.

Alejandro miro otras fotos.

No sabía que Christine había ido a la playa y uso traje de baño. Tampoco sabía que tenía el cabello largo ya que siempre la vio con el cabello corto.

Había otras fotos donde se atrevía a usar muchos tipos de ropa y se veía bien. Ahora tenía otra forma de ser elegante pero allí demostraba su juventud.

— Comamos...— interrumpió sus pensamientos Ryusui. — voy a despertar a Christine

Se fue a la habitación. Alejandro miro mucho tiempo una foto que ahora no podía olvidarla. Christine vestía de negro y su largo cabello era totalmente morado y sonreía ampliamente. Quizás hubo momentos en los que no sonreía de manera forzada. No la conoció completamente ni lo haría en el futuro. Esa parte de ella, quedo en un pasado que no compartieron.

— Señor, ¿le gusta mi mamá? — pregunto Yuu

— ¿Qué? Niño, ¿si quiera sabes qué es eso?

— No, pero mira a mamá igual que papá mira a mamá...— señaló. En sus palabras no había malicia ni acusación pero Alejandro se alteró un poco.

En la habitación, Christine se acaban de despertar. Ryusui la limpiaba la cara para que ya no se viera adormilada. Ella lo agradeció.

— Resiste un poco más, un poco más y lo tendremos en nuestros brazos — le dijo haciendo que riera.

Pocos sabían que ella es muy risueña entre ellos solo Ryusui y Dove.

— ¿Terminaron de empacar?

— Si, lo suficiente para una semana. Estábamos viendo tus viejas fotos. No sabía de todas tus aventuras...

— Ni yo las recordaba. Parece que fue hace tanto tiempo o un sueño de larga duración. — contesto levantándose. — quiero café, lo extraño.

— No...Tomaras otra cosa...— dijo y tome su mano. — dígame señora Suzuhara, ¿deberíamos tomarnos más fotos?

— Por supuesto

Salieron. Apenas vieron la expresión de Alejandro quien platicaba con los niños. Ya había terminado de comer y estaba pegando las fotos. Anya se cansó y cayo dormida en la silla así que Ryusui la llevo a su cama. Yuu preguntaba a Christine sobre los lugares que había visitado y si tenía una historia divertida. Alejandro se incluía en la plática mencionando lugares que él visito.

La persona que recordaba que odiaba las fotos también parecía haber desaparecido.




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