Azul Violeta (cuarto Libro)

XLVI.- Incertidumbre

— Yuu, de verdad lo siento pero papá tiene una reunión con su manager y no podré ir a la reunión de padres, en mi lugar irá mamá — Ryusui le dijo después de la cena.

— Pero es el mismo día que Anya, no llegara a tiempo — contesto y miro a su madre — ¿llegarás a tiempo?

— Si, iré... incluso después iremos de compras para la cena. — confirmo.

Yuu se fue a su habitación. En las reuniones de padres iba Ryusui mientras que Christine iba con Anya pues los profesores de Jun las programaban en distintas fechas. Usualmente hablaban de calificaciones y planes a futuro algo de lo que no tenía idea.

— Ryu, iré a bañarme... ¿vienes?

— No... Iré a hablar un poco con Yuu. — y salió. No quería poner su trabajo antes que a su familia pero parecía que Yuu tenía muchas dudas sobre qué hacer en el futuro. Se limitaba a escuchar pero no parecía entender la etapa que iba a enfrentar.

Llego a la habitación y Yuu lo dejo entrar como si nada. El chico miraba una foto que se tomó con Susan hace meses y la puso en un marco sobre su escritorio. No se arrepentía de haberse separado sino de jugar con ella durante tanto tiempo. No se arrepentía de su decisión, tenía buenos recuerdos con ella. No se arrepentía y estaba cansado de repetírselo.

— Yuu, ¿no sabes que hacer después de la preparatoria?

— No, siento que no soy bueno en nada además de estudiar. Si curso la universidad y algo no me gusta... o si elijo algo en lo que creo que soy bueno pero no funciona…

— ¿Qué tal si consideras trabajar? Hay muchos lugares donde puedes solicitar y probar si te gustaría estudiar eso. Terminando el periodo de prueba puedes decidir trabajar o estudiar. — sugirió.

— ¡¿Pero no sería decepcionante?! ¡Invirtieron en mi educación y yo no sé qué más hacer! ¿No se molestaran con ello?

— No... Bueno, no sé Christine pero ustedes también tiene una opinión sobre qué curso debe tomar su vida. — le dijo al verlo preocupado — además te contaré un secreto.

— ¿Qué? — se sorprendió de su propia curiosidad.

— Tu mamá y yo hemos ahorrado para su futuro desde el día en que nos enteramos de su existencia. Con ese dinero pueden estudiar, poner algún negocio o empezar a vivir por su cuenta... solo no les digas a tus hermanos, ¿de acuerdo? Pensamos en una manera de ayudarlos. Es normal tener dudas pero no olvides que nosotros, Christine y yo, podemos ayudarte a despejarlas, necesitamos que hables claramente para saber cómo orientarte. No somos adivinos y que te ahogues en esos pensamientos solo te llenara de angustia pero necesitar decirnos en que podemos ayudar. — suplico e hizo hincapié en la última oración.

— Pero... ¡fui al barrio rojo! Mamá no me regaño pero sentí como si lo hubiera hecho. ¿Estás seguro que no los he decepcionado? Nadie quiere un hijo desobediente que no sabe cómo va a ganarse la vida.

— Estoy seguro. No has hecho nada malo — contesto. Midió mucho sus palabras. No sabía que decir pues a diferencia de él, sus padres lo apoyaron lo suficiente y después le dieron la espalda. No tenía más referentes pero quería ser su pilar.

El día de la reunión esperaba cerca de las canchas. Primero tendría que ir a la reunión de Anya. A veces sentía que la envidiaba porque ella ya sabía que quería ser crítica musical y continuaba estudiando música. Su hermano menor Jun, se dedicaría a las artes como su madre pero él nunca lo considero. Estaba asustado de lo que sucediera en el futuro.

— ¿Yuu? — dijo una mujer acercándose.

— Mamá, llegaste a tiempo... papá siempre llegaba tarde...— menciono sin querer al verlo llegar, iba comiendo dulces.

— Bueno, tu edificio está alejado. Caminemos hacia la oficina de tu profesor. — le dijo mientras le ofrecía dulces.

Quién viera a Christine, además de su belleza extranjera, no imaginaria que es una artista bastante famosa de la que solo conocen su nombre. Solo por caminar en el pasillo ya llamaba la atención.

El profesor los recibió. A Christine le gustaban estas reuniones. Cuando ella asistía a la secundaria todos los padres se reunían en un solo salón y se enteraban de lo que los otros estudiantes hacían pero aquí, el profesor se reúne con cada padre y alumno.

— Suzuhara me ha entregado la encuesta en blanco. — Comento — no hay ningún plan de continuar estudiando o comenzar a trabajar. Sin embargo, si lo desea puede prepararse para el examen de admisión o asistir a la universidad afiliada.

— ¿Qué opinas Yuu? — pregunto Christine. — ¿hay algún programa que te interese?

Él guardo silencio avergonzado. Seguramente su mamá estaba molesta por no escuchar ninguna respuesta.

— Yo creo que un alumno inteligente como él, debe aspirar más alto y ponerse límites cada vez más lejanos. No le costará nada estudiar en una universidad de renombre y trabajar para una buena empresa. — Dijo — no debería desperdiciar su potencial y explotarlo de igual manera como sus padres se han esforzado por él en apoyarlo... — dio por terminado su discurso.

— Estoy de acuerdo, sin embargo, él también debería opinar, no dejaría que hiciera algo contra su voluntad así que no lo obligaré a nada. Hablare con mi hijo más tarde — dijo Christine y al ver que él no añadiría nada más — gracias profesor — se despidieron.

Una hora después, estaban recorriendo el supermercado. Yuu tenía la cabeza llena de raras ideas donde su madre le gritaba por no tener planes para el futuro y unos gritos más de parte de su padre por gastar tanto dinero en su educación solo porque él eligió esa escuela.




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