Azul Violeta (cuarto Libro)

E7. El dilema del hijo mayor

Yuu ingreso a una buena universidad. Obtuvo un buen puntaje pero había algo que no le gustaba.

Todo el primer semestre, no dejo de pensar en su rol dentro de su familia.

Desde que era joven, se dio cuenta de la gran capacidad intelectual de su madre y al estar trabajando un poco al lado de su padre, noto su sobresaliente inteligencia. En ese momento, en su cabeza, se sembró una idea en la cual la raíz de todo fue no ser suficiente para cumplir un rol que creía no merecer.

El como estudiante, solo sabía hacer eso: estudiar.

En su casa había muchos libros de diversos temas que su madre había comprado, leído y subrayado para comprender mejor la información. Los libros no solo estaba en su idioma materno, había varias lenguas extranjeras que en la vida había estudiado. Aún era joven para entenderlo pero su madre era una pintora de renombre y políglota desde su juventud. Sentía que debía retribuir en esfuerzo toda la inversión en su educación para poder hacerles sentir orgulloso.

En algún momento, le pidió a su madre llevarlo a una academia educativa para prepararse para su examen de la universidad. Ella accedió pero Ryusui, su padre, le dijo que lo dejaría asistir solo si dedica cierta parte del día a distraerse, al menos la mitad de la semana, de lo contrario continuaría estudiado en casa.

Lo acepto pero no sabía cómo cumplirlo. Necesitaba mostrar en número su avance y distraerse en otras actividades, no seria bueno.

La academia que eligió, le proporciono un plan de estudios preuniversitario. Era un lugar caro que muy a su pesar, sus padres pagaron como si se tratara de comprar arroz. Adentrándose en ese lugar y relacionándose con más personas, más o menos pudo entender cómo se desarrollaban otros estudiantes. En su grupo de amigos, no faltaba la persona que se quejaba de no tener buenas notas pero sin hacer algo para solucionarlo; también habla un tipo relajado que estaba consciente de sus capacidades y tenía en alto las actividades en que era bueno para poder desarrollarlas pero era distinto en su grupo de estudio de la academia.

No se trataban como amigos sino competencia directa. La mayoría esperaba obtener un buen puntaje para acceder a una excelente universidad y tener un precedente en su historia académica donde demostraba que era capaz de desarrollarse en un ambiente laboral exageradamente competitivo. Yuu no tardó en darse cuenta que ellos vivían entre cuadernos y libros sin saber relacionarse con otras personas. Ellos comparaban excesivamente sus notas, una calificación debajo de los 90 puntos no era aceptable y un error debía ser corregido al menos diez veces para que no volviera a suceder.

La primera prueba que enfrentó, fue recibir sus calificaciones.

Christine las reviso con la misma calma que Ryusui. No hicieron ningún comentario pero les prepararon sus platillos favoritos esa noche pues, en sus palabras, hicieron un buen trabajo. Su padre había notado en varias ocasiones que se veía decaído pero cada vez que pregunto, evadió todo y dio una vaga respuesta. Su madre también lo noto pero no iba a presionarlo para que confesara sus pensamientos en su lugar lo animo a hablar si tenía algún problema. Yuu, en ese momento, malinterpreto que ellos estaban decepcionados por su desempeño pese a ser felicitados por su buen trabajo. Se sentía presionado por no poner en palabras lo que pasaba por su cabeza.

— Mamá, ¿estás ocupada? — pregunto después de algunos días.

— No, ¿pasa algo?

— Necesito algunos libros...

— De acuerdo, ¿cuáles?

Yuu miro que en la mesa de trabajo, había un montón de papeles. Christine tenía su laptop donde estaba ingresando datos. Seguramente estaba haciendo la contabilidad de la casa antes de que llegara su padre.

— Inglés. Mi promedio está bajando porque hay muchas cosas que no entiendo y no hay donde practicarlas.

— ¿En serio? Tus resultados fueron buenos. ¿Estás bien? ¿Quieres contarme que sucede?

— No estoy satisfecho con mis resultados.

— Yuu, debes descansar un poco y si quieres practicar, habla conmigo.

— Si, cuando llegue el momento lo pediré pero necesito mejorar mi teoría.

— Si tienes dudas, yo te explicaré.

Rápidamente, guardo sus cosas y tomo su bolso.

— Vamos por esos libros. También pasemos a comprarte algo de ropa y postres.

— ¿Qué? Pero... papá acaba de comprarme ropa. — comento alarmado

— Lo sé pero yo no te comprado nada.

Salieron de compras. Yuu tenía una lista de libros con buenas referencias del idioma pero Christine la cambio deliberadamente al incluir textos originalmente escritos en inglés sin traducción al japonés. Parecían ser más caros a los que originalmente pidió; al principio desconcertado, recordó su primera lección del idioma donde su profesor decía que debía empaparse de la cultura cuyo idioma fueran a estudiar para facilitar el aprendizaje, los ejemplos dados fueron, conocer y comprender su literatura, escuchar su música, ver sus películas; de esa manera conocería el entorno de manera indirecta y después podía intentar hablar con más naturalidad.

Fueron a tiendas de ropa que apenas había visitado y después a comer. Se sintió más relajado. Su mamá rara vez lo invitaba a salir así, de repente tenía mucho trabajo, y dónde podían pasar el tiempo juntos, era en el taller donde ella pintaba.




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