El primer trabajo de Yuu, no fue la experiencia que había deseado.
Aún había muchas cosas que debía aprender y siendo estudiante, era un panorama que conocería lentamente.
Pedir permiso a sus padres fue lo más difícil que había realizado, tuvo que aprovechar el hecho de que su padre estaría en casa unos días antes de viajar. Al hablar con ambos, su padre parecía no decidir sobre lo que escucho pero su madre se opuso de inmediato.
— No entiendo, no te falta nada, ¿por qué quieres trabajar? No me digas que es para ser responsable o entender cómo funciona el mundo laboral porque créeme no es lo mismo ser vendedor que ser doctor. Lo que trato de decir, es que hay tiempo para todo y estas en una época muy importante en tu educación. No quiero que te sometas a más presión.
Su argumento no iba a servir. Su padre también tenía curiosidad en saber porque su hijo estaba experimentando tantos cambios en poco tiempo. Se sentiría orgulloso de sus logros pero ambos notaban que él intentaba lidiar con algo que no podía aceptar.
— Tengo una novia. — Comento en voz baja — hemos salido un rato y quiero ganar un poco de dinero extra para invitarla a algún lado en nuestro aniversario. Si continuo pidiendo dinero a mis padres, no me siento cómodo.
— No es buena razón pero lo permitiré. — accedió Christine.
— Mama...
— Estoy de acuerdo con tu madre y aunque no es buena razón, te daré permiso, sin embargo, ayudarás en casa con dos tareas adicionales y si tus calificaciones bajan de tu promedio habitual lo dejaras. No hablo del rango escolar o de clase sino de tus calificaciones habituales. No entiendo porque te interesa tanto ingresar al mercado laboral, lo harías de cualquier modo el próximo año, solo espero que este último año no sea agobiante.
— Entiendo.
Christine dio su permiso. Yuu ya había elegido la tienda donde trabajaría. Su horario eran tres días a la semana. Su paga era el salario mínimo. Al terminar su trabajo, llegaba a casa donde hacía algunas tareas como limpiar, la cena o lavar trastes después estudiaba o hacía tarea. Los primeros días le resultó bastante cansado y cuando por fin se acostumbró, el aniversario con su novia, llegó.
Susan había juntado sus ahorros e hizo una reservación en un restaurante que quería conocer, compro ropa nueva y un regalo para él. Por su parte Yuu, compro un regalo y quería llevarla a pasear por allí, no organizo ningún plan en específico pero sabía lo que a ella le gustaba. Tuvo que usar dinero de sus ahorros y esperaba pasar un rato agradable. Solo por la ocasión, permitirá que Susan le tomara de la mano.
Su cita no fue tan mala. Susan es una chica criada en el extranjero cuyo padre era el embajador de cierto país y cuya madre ocupaba un puesto importante en el gobierno de su país por lo que tuvo influencia de ambas culturas. Era una chica bonita pero no de su gusto, agradable pero demasiado para alguien serio como él y algunas veces, sentía que no podía seguirle el ritmo porque ella creció en el extranjero.
— Papá insiste en que tome clases con un profesor particular.
— Tienes suerte
— No tanto. Quiere que mis puntajes mejoren te dije, ¿no? Quiero estudiar en Reino Unido.
— Pero tus padres están de acuerdo por eso quieren que tengas un tutor. Yo aún no sé qué estudiar o a qué universidad iré. Tengo en mente varias pero son privadas, no servirán de nada si no tengo claro lo que quiero.
— Es lo normal, ¿no? Todavía estamos en preparatoria, no sabes que pasará mañana. Incluso hoy, estoy agradecida de que hayas aceptado salir conmigo pero, ¿cuándo me besaras? Escuché que suelen ser muy reservados pero en serio, ¿un año?
— ¿Recuerdas porque acepte salir contigo?
Esa última frase mato su conversación. Yuu únicamente acepto salir con ella porque así lo dejarían tranquilo, ella no dejo de molestarlo hasta que le puso atención. En la escuela, casi nadie se acercaba a Susan sin sentirse intimidados por ser extranjera. Eso lo ponía en un área de tranquilidad donde podía memorizar y estudiar todo lo que quisiera sin que alguien lo interrumpiera.
— Lo sé — respondió más tarde — en todo caso, me alegra estar contigo hoy. Un aniversario es importante pero no tanto como la persona con quien lo compartes.
Sus citas eran muy esporádicas. Se mandaban mensajes todas las noches pero casi no se llamaban. Yuu vivía entre libros esperando tener la aprobación de alguien más.
Pasando el tiempo, cerca de su último examen del año, hizo algunas pruebas de práctica donde por primera vez en su vida, su puntaje fue bajo en alguna materia que no quería verlo. Era una nota que no iría en su reporte de calificaciones pero si su mama se enteraba, lo obligaría a dejar de trabajar.
Curiosamente, fue su padre quien encontró su examen. Fue un descuido tonto donde lo dejo al alcance de su vista durante la limpieza. Su padre solo le pidió cumplir su promesa y después, ayudaría a su madre con el trabajo durante el fin de semana donde por ayudar recibiría una remuneración. Estaba seguro de que le había dicho lo sucedido a su madre pero ella no hizo ningún comentario.
Yuu sentía que el reconocimiento que lucho por obtener se había perdido solo por esa nota roja. Si solo era bueno estudiando no podía dejar que sus esfuerzos se desperdiciaran. Hizo un nuevo horario, separó todos los temas que tenía dudas y busco más información al respecto antes de que su mamá le diera alguna explicación al respecto, quería que todo quedara claro para no robarle tanto tiempo. Los fines de semana, le ayudaba algunas horas a ordenar su taller y al final del día, recibía un pago. Casi siempre debía estar al pendiente de ser llamado al contrario de sus hermanos que ayudaban con frecuencia y recibían un sobre con el pago de la semana.