Azul Violeta (cuarto Libro)

E10.- Correctamente incorrecto

El día después de que le pidió ese favor, miro alrededor de su casa si había algo que lo delatara sobre su relación. Los últimos meses habían fueron bastante cansados. Siendo su primer año como profesor le sorprendió bastante tener más tiempo libre del imaginado; mientras limpiaba noto que en la mesa había algunos libros que su madre dejo. No le hubiera sorprendido que ella note los anillos… ah los anillos. Miro con ansiedad su mano y si, alli seguía su anillo de pareja. Entendió el comentario que hizo pero, estaba nervioso; soltó los libros y fue en busca de su teléfono donde recién escucho llego un mensaje. Era Violet

Recién platique con tu mama y tomare clases con ella en su taller. Gracias.”

No entendió lo que quiso decir y estuvo a punto de llamarle pero se detuvo en el acto. Ella no hizo nada malo y si notaba algo probablemente le diría algo. Pensando un poco más claro, creyó que las cosas mejorarían.

Al terminar cada clase, Violet le informaba todo lo que había aprendido. Le enviaba un mensaje o llamaba, con solo saber de ella entendía que estaba disfrutando esas tutorías.

Al regresar a las clases, los alumnos de tercer año entregaban sus encuestas sobre el futuro y tendrían orientación con su tutor. El día después de que Violet tuvo su entrevista, le comunico que estaba buscando un trabajo pues nunca tuvo la intención de ir a la universidad como sus padres querían por lo que al terminar la preparatoria ellos le dejarían de enviar dinero para subsistir.

— No creo que debas decirlo con tanta emoción. Están dejándote sola en quien sabe qué país — le comento durante la cena

— Estas tú, no estoy sola. Estaba pensando sobre la posibilidad de vivir juntos o ¿me estoy adelantando?

— Bastante, creo que estaría bien decirles a nuestros padres que estamos saliendo… creo que mi mama no dirá nada malo sobre ti tampoco para pero, solo en caso, puedes decir que yo te corteje hasta el cansancio.

— Eso es mentir... no lo hare.

Terminaron la comida en silencio y en días posteriores solo se enviaban mensajes.

Primero se reunieron con los padres de Violet. Sobra decir que no vieron su relación con bueno ojos pero tampoco les pidieron que se separaran. Eligieron esa fecha porque la madre de ella los estaba visitando pero durante la comida dejo claro que no le interesaba lo que su hija hiciera.

“Siempre tuve el presentimiento de que ella nos dejaría apenas quitáramos un ojo de ella, en todo caso… si deciden casarse, contáctenme de nuevo para la boda.”

Su padre dijo algo similar.

“Bueno, me di cuenta después de verla estudiar con tanto empeño algo que no le gustaba. Solo te pido que si llega un final, asegúrate que no sea malo y llámame para recoger a mi niña. Ella es una niña de casa, no sabe como funciona el mundo y es demasiado amable como para ser engañada, así que, por favor… contáctame si las cosas cambian”

Violet estaba triste al escucharlo pues solo querían asegurarse de que su pequeña saldría bien de esa relación pero no tenían ninguna intención de conocerlo a quien fuese su pareja. Tras dejarlos solos pensó que quizás la familia de su novio se comportaría igual.

No conto las veces que por nervios aplazo la fecha para presentarse. Cada vez que se acercaba, decía una excusa sin sentido y después leía cualquier libro en su aun casa. A escasos días para graduarse, Yuu le propuso reunirse al día siguiente con ellos. Ella se negó.

Yuu no la entendía y quizás era algo más formal de lo que quería presenciar. No estaba ciego como para no notar lo nerviosa que estaba pero ella eludía el tema de manera antinatural cada vez que era mencionado. Supuso que lo mejor era encontrarse en un entorno más familiar.

En su graduación, recibió más felicitaciones de lo esperado pero su sorpresa más grande fue cuando vio a su profesora con un ramo de flores esperándola en la entrada.

La mujer la vio ligeramente y le sonrió. Ahora que había cruzado miradas, no podía pasar de largo e ignorarla. Se acercó lentamente para saludar.

— Profesora…

— Felicidades por tu graduación.

— Gracias… ¿está buscando al profesor? Puedo llevarla a donde lo vi la última vez.

— No es necesario. ¿Estas ocupada? Me gustaría invitarte a comer

— ¿Qué? ¿Por qué? — respondió asustada consiente que la mujer que tenía enfrente, era su familia en ley.

— Mi primera alumna se ha graduado así que debería hacer algo por ella pero si tienes planes podemos posponerlo.

— Ah, no… vamos… ¿se unirá el profesor?

— No, está ocupado pero mi hija vino de visita así que, comeríamos las tres. Puedes elegir un restaurante o si prefieres la comida casera…

— Si… si no es problema… podemos preparar semmelknödel*

— No hay problema, ¿qué ingrediente necesitamos?

Como si estuviera esperando esa respuesta, escribió lo que necesitaban en una hoja y se la entrego. Al terminar de leer, Christine hizo una llamada corta a su hija y después se dirigió a ella.

— Tenemos pan en casa, ¿Vamos de compras?

Violet asintió.




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