Azul Violeta (cuarto Libro)

E14.- Tonos

Mi hermana lloraba en mis brazos.

Apenas abrí la puerta y ella iba saliendo, me miro y soltó su teléfono diciéndome

— Mi novio decidió romper conmigo… ¿Qué hago?

No sabía que contestar y cualquier cosa que dijera era incorrecta, lloro apenas me abrazo. No estaba preparado para que nuestros padres llegaran en ese momento. Mamá me miro pero papá fue directo hacia su hija.

— Decidió romper conmigo — les dijo en medio de las lágrimas pero no me soltó. Era un tipo de voz que nunca había escuchado de una persona, una voz que podía romper hasta la persona más fuerte.

Mi padre la abrazo y la obligo a ir regresar a la cama, no había visto en tanto detalle pero su habitación era un desastre.

— Jun, hablemos después. Necesitamos ir con Anya.

— Yo también tengo algo que decir. Mamá…

— Mañana Jun, sé que es importante pero solo soy una persona que se preocupa por dos de sus hijos. Ha sido un largo día para todos así que descansa.

— Sí, también tengo cosas que decir… — le dijo pero su voz iba desvaneciéndose.

Quedándose solo, su madre lo abrazo instintivamente mientras le decía.

— Lo sé hijo, organiza tus ideas y escuchare todo lo que tengas que decir.

Por un momento Jun estuvo a punto de enojarse y reclamar pero se lo pensó mejor. No había nada de malo con que ella priorizara a Anya si ella estaba lastimada después de un accidente, él también se preocupó por ella y solo por esta vez dejaría que la mimaran tanto como pudieran después exigiría el trato del hijo menor para él solo.

No durmió nada esa noche pero tan pronto como amaneció, se levantó a preparar un café. Sus padres ya estaban en la cocina, su madre cantaba a todo pulmón mientras su padre ovacionaba. Extrañaba esas mañanas donde sonreían al nuevo día, era lo malo de vivir en el extranjero: añorar a su familia. Antes de poder decir algo, alguien toco el timbre.

Fue a abrir y encontró a Marlene acompañada de sus padres.

Ellos estaban realmente furiosos.

La cara de la tía Dove rara vez mostraba una expresión tan enojada pero su esposo era el que parecía escupir fuego. Marlene estaba con ellos pero no hacia ningún movimiento ni ruido. Cuando Christine fue a ver quién llego, la obligaron a inclinarse apenas la vieron.

— Perdóname amiga mía, no tengo cara que mostrarte en este momento — se excusó Dove casi tomando por el cuello a su hija — me gustaría que ella te explicara lo que realmente sucedió pero esta malagradecida se niega a hablar con alguien más.

— Por supuesto, pasen… estaba preparando el desayuno.

Jun les sirvió a todos café ya que rechazaron la comida. Llevo el desayuno a su hermana que ya había terminado de bañarse y cambiarse, por la manera en que se estaba arreglando parecía que iba a salir por lo que pensó que quizás llego a un acuerdo con sus padres. Ella tenía la cara hinchada de tanto llorar y sospecho que sus padres estuvieron consolándola toda la noche.

Cuando regreso a la sala se sentó junto a Marlene. Ella estaba comiendo la fruta que le ofrecieron y guardo silencio.

— No sabes cuánto lo lamento. Ayer que hablamos, sinceramente quería enviar a mi mentirosa hija una isla remota y no volverla a ver. Jun, también discúlpanos. No tomes en serio las palabras de esta niña. No sabe la gravedad de sus acciones y nuestro ejemplo tampoco ha sido el mejor… ya sabes, su hermano mayor…

Estuvo a punto de hablar pero la tía Dove empezó a maldecir de tal manera que hasta Christine se sorprendió. Marlene comenzó a llorar en silencio por sus acciones pero no salía ninguna palabra de ella.

— Mande a mis hombres en busca de ese tipo incluso si no se casan tiene una responsabilidad hacia el niño… aunque si mi hija miente sobre su verdadero padre, será ella la que se haga completamente responsable por ambas vidas. — sentencio Suman que tenía la misma mirada enojada

— ¡Padre! Esto es injusto. Fue el quien me dejo embarazada, me engaño y se va a casar con otra mujer. ¿Qué va a pasar conmigo si todavía soy joven? Todavía no termino la universidad.

— Hasta que hablas — señalo Christine — no me importa como repares el daño. No involucres a mi hijo solo porque fueron amigos. Espere pacientemente a que me dijeran que sucedió pero no dejabas de mencionar las faltas de mi hijo. Sé que tengo en casa así que fue mera casualidad que me encontrará con tus padres. Por la buena amistad que mantenemos lo dejare pasar pero no se repetirá de nuevo, ¿entendiste?

— Ja, pero si Jun es igual que yo. Antes de empezar a vivir con su novia, dejaba entrar a cualquier mujer que le abriera las piernas. Quien sabe a cuantas embarazo.

— ¡MARLENE! — gritaron al unísono Suman, Ryusui y Jun

— Suficiente — interrumpió Dove — lo que haga ese chico con su vida no es tu problema, no te importa y por lo tanto no lo comentas ni críticas. Desde este momento no te separas de mí hasta que resolvamos tu problema. Amiga, de verdad, lo siento; ni crie bien a mi hija que se comporta como si hubiera crecido con el vecino de en frente.

— Marlene, ¿no dirás nada? — pidió Christine en un tono suave de voz que asusto a Jun




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