Azul Violeta (tercer libro)

V.- Siempre he querido conocerte

— Bueno, ¿señor Miyamoto?

— Sí, soy yo. ¿Cómo has estado Christine? — saludo cuando reconoció la voz.

Platicaron un rato. Decidió decirle que el esposo de Sayako la contactaría porque quería conocerla y hacer una entrevista. Christine podría haberse negado pero después de esa cena sabía que eso pasaría tarde o temprano. Dejaría que el mismo Takaki la contactara.

En esos días, Ryusui estaría en casa y trataba de consentirla a más no poder incluso llevando a Anya a sus chequeos regulares. También estaban planeando visitar a Kiniro pero siempre había una excusa por la cual no podían verse.

En el primer simulacro de examen, Reyik tuvo una calificación buena y si era cierto lo de su mala escritura. Las respuestas que tuvo mal en un examen abierto solo eran palabras mal escritas.

Quería que él fuera más directo con lo que quería pero no era posible pues aceptaría todas las obligaciones que Suman dejo de lado por haberse enamorado de una mujer común pero sobresaliente músico y con ello, ser descalificado como futuro líder.

Reyik cada vez que pasaba por alguna tienda veía algo que le gustaba para Christine y lo compraba, casi siempre cosas pequeñas, pero no sé animaba a dárselas: primero, porque creía que era irrespetuoso; y segundo, porque solo comprarlas le hacía feliz.

 

Un día antes de reunirse con su fan, Reyik apareció puntual para su clase y tras él, apareció Yui. Christine intento ocultar su mirada de molestia pero fue inevitable. Les recordó que no podía usar los celulares allí; Reyik acostumbrado delo su celular en un mueble pero Yui se aseguró de grabar en su memoria todo lo que había allí.

— ¿Este es tu casa? ¡Es enorme! — señaló.

Alcanzo a ver el retrato familiar y con un poco de discreción le tomo una foto donde se distinguió bien el rostro de su esposo. No entendía porque una mujer casada perseguía a un estudiante universitario.

— Reyik, debo atender estas llamadas, vuelvo en un segundo...— y salió apresurada. Era Takaki quien le pedía una breve reunión.

Mientras contestaba la llamada, Yui levantó las sábanas que había frente a ella. Pudo distinguir dibujos y pinturas a punto de terminarse. Tomo algunas fotos sin ningún descaro. Reyik intento detenerla pero lo único que logró fue enfurecerla más.

— ¿Qué crees que haces? — le dijo enojado intentando detenerla.

— No, ¿tú que crees que haces? — Señaló Yui — ¡está mujer juega contigo porque necesita un buen respaldo! Solo eso eres para ella pero después de esta publicación, ella estará acabada...

— Yui, detente, te lo pido amable...— pero la chica público en redes sociales las fotos que tomo con la siguiente descripción:

" Nunca me sentí tan ofendida ni vulnerable, ¡The Queen, plagio mi trabajo!”

 

El día en que Sayako conocería a su ídolo llegó.

Ella la visitaría en su taller y esperaba que fuera tan asombrosa como sus trabajos. Dejo su celular de lado  y se dirigió al lugar de la cita. Takaki iba con ella, siempre serio que no entendía mucho del arte pero ver a su esposa feliz era suficiente.

Entro y vio sentada a esa mujer que tanto odio. Esa mujer que tenía un pincel en la mano y se comía una dona. La odiaba, la amaba porque le hizo encontrar un pasatiempo divertido. ¿Cómo podían compartir el mismo cuerpo?

— ¿Tú? En serio, ¿eres tú? ¿Te burlas de mí? — se quejó a punto de llorar.

— No, claro que... Sayako, yo trabajo como The Queen y La silueta sensual de la Reina... ¿no me crees?

— De alguna manera te creo....no sé cómo pero estoy tan emocionada por tenerte frente a mí.

Sayako dejo que su emoción le ganará más que el odio que decir profesar. Christine no era tan mala como la hizo parecer y se dio cuenta que le debía una enorme disculpa por exponer secretos que nadie le habría gustado que salieran a la luz.

Aprendió un poco de su técnica y le dio algunos consejos para mejorar su propia técnica incluso para restaurar pinturas. Estaba encantada que quería recordar cada una de las palabras que estaba diciendo en ese momento.

Takaki no entendía mucho de lo que estaba ocurriendo pero sabía lo suficiente para predecir lo que sucedería a continuación. Mientras platicaban de cosas que él no alcanzo a escuchar, su abogado le llamo diciéndole que había muchos comentarios en una página que se llama Yui y que también decía ser artista.

Allí mostraba una publicación en la cual señalaba que la artista “The Queen” la plagio y había opiniones  dividas frente a ese hecho; primero, porque nadie sabía quién era esa tal Yui y  segundo, porque años atrás también habían acusado al mismo artista de plagio lo cual resultó ser una mentira.

Takaki pidió que se investigue a fondo y en silencio.

Quién sabe, él podría convertirse en un mecenas para Christine.

Durante la plática, Christine recibió una llamada de su abogado diciéndole sobre el tumulto que se estaba originando a sus espaldas. La esperada convivencia de Sayako con su artista preferido se vio interrumpida. Christine estaba molesta, casi furiosa y estaba segura de quién era esa Yui.




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