Christine no podía evitar que los medios de comunicación estuvieran sobre ella. Aunque la nota no era lo suficientemente grande para opacar los espectáculos había medios especializados que estaban al pendiente de todo lo que ocurría entre ellas.
Los abogados eran las caras visibles pero obstaculizan su trabajo habitual.
Yui decía una y otra vez que “The Queen” robo su trabajo aunque Yui no tenía pruebas y la primera vez que se vieron fue en esa cena. Las fotos nos demostraban nada y la descripción de la publicación tampoco era suficiente.
No podía olvidar la imagen de la mujer que le decía solo con una mirada que no debía molestarla y pagaría todo lo que hizo. Reyik estaba arrepentido de haber llevado una extraña a su lugar de estudio y peor aún no haberla detenido de causar daño.
Los abogados de Christine lograron que se hablara respecto al asunto sin tener que llegar a los tribunales. La noche anterior, Alejandro estaba cenando con ellos y estaba a la expectativa de cómo resolverlo.
— Yo creo que haces un alboroto, no puedes detener el plagio, solo evitan que comercialice con tu nombre, pero las obras no están terminadas, ¿no?
— Alejandro...— le sirvió la cena — ¡es que el problema nunca fue eso! ¡Ella me demanda por hostigamiento! ¡Es lo que me molesta! — contesto enojada. — puedo pintar de nuevo pero esa chica…
Ryusui no dejaba que sus opiniones arruinaran la cena pero si lo comentaba después. Él creía que la chica solo estaba desesperada por despegar su carrera. La firma Yui no había tenido mucho éxito desde que salió en medios especializados y nadie reconocía su trabajo como algo sobresaliente solo era una artista más que no había encontrado su estilo.
Sin embargo Christine le pidió que mantuviera un bajo perfil, no le gustaría que por ayudarla su relación se volviera el centro de atención y salieran perjudicados, con tal de vender todos eran capaces de armar un buen chisme.
En esos días en que se reunirían Yui apareció solo con un abogado. Christine le estaba contando los minutos, odiaba perder el tiempo en asuntos oficiales.
— Lo lamento, había tráfico, ¿comenzamos? — sugirió.
Christine tenía solo dos horas para llegar a un acuerdo y quería terminarlo 15 minutos.
— Empecemos. — Dijo la jueza — en esta reunión escucharemos su argumento y llegaremos a un acuerdo pacífico. Tenemos varios testigos en esta sala. Señorita Mizutani, comience.
Yui comenzó hablando de que Christine convenció a un chico de visitarla en su taller a distintas horas y después durante una cena de beneficencia la misma señorita Christine se acercó a ellos sin una razón específica ni beneficio. Prosiguió contando que recibió llamadas y mensajes de la persona en cuestión, sintió miedo y pediría un tratamiento para daños psicológicos.
Christine no entendió si lo que buscaban era que dejaran de acusarla de plagio y no hostigamiento el cual nunca se dio.
Ella comenzó diciendo que no conoció a la señorita Mizutani hasta que se encontraron en una cena de gala organizada por la familia Whitelies. Se dio cuenta que mientras hablaba Yui movía las manos de manera extraña y miraba un poco a su alrededor como si esperara que sus argumentos no empezarán a desmoronarse.
Yui se preparó especialmente para ese día, ropa sobria y maquillaje lo más natural posible para crear simpatía. Su objetivo era arruinarla así como ella la arruinó. Christine seguía tranquila. Sus palabras tenían coherencia y tenía evidencia de que lo que decía era verdad. Disfrutaba ver cómo se ponía la cara de Yui al escuchar su manera de defenderse de cualquier acusación.
Yui empezaba a verse nerviosa. Cuando se le pregunto qué solución proponía se levantó y dijo a directamente.
— ¿Le parece que hay una solución para esto? ¡Quiero que la castiguen! ¡Quiero que sea castigado por robar mi arte!
Desde ese momento todo se fue abajo.
Yui no podía mantener más sus mentiras. Hablaba de hostigamiento y después de arte como si perdiera la noción de todo lo que dijo y solo quisiera provocar interés. Parecía como si su mente hubiera creado otra realidad donde ella fue la víctima
Los mentirosos como ella necesitaba mucha atención así como credibilidad y harían lo que sea para conseguirlo pero se dio cuenta demasiado tarde que Christine era el enemigo que menos deseabas tener pues ella aparentaba un aura de una persona manipuladora o al menos, la impresión que le dio desde que la conoció era que mostraba ser una persona de carácter fuerte.
— Señorita Yui, en este momento discutimos el acoso que según usted fue hecho por mi persona aunque nunca nos hayamos reunido, ¿verdad?
— ¿De qué habla? ¡La conocí el mismo día en que Reyik comenzó sus clases con usted!
— ¿De verdad? ¿Y dónde estaba? creo que si entro en mi casa toda esta charla es inútil y debería denunciarla por invasión de propiedad, ¿no lo crees? Yo no estoy desesperada por atención, ¿usted si?
— ¡Pero esa era mi casa! ¡Fue a mi casa y tomo fotos mías! — respondió
— ¿Y cuáles son esas fotos? Yo no tengo porque tomarlas, ¿no me dirá que le gusta tomarse fotos comprometedoras? ¡Qué raros fetiches tiene!
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Editado: 09.11.2023