Azul Violeta (tercer libro)

X.- Detesto el pastel de fresas

La invitaron a entrar o mejor dicho entro como si fuera su casa. Youta Darí, sin disimulo, miro toda sala esperando encontrarse con lujos y cosas invaluables pero solo había baratijas ante sus ojos. Había un ligero aroma a tabaco que provenía de afuera, si mal no recordaba había una terraza. Quizás ella fumaba.

— Yuu, ¿está es tu sirvienta? — pregunto después de ver qué ellos usaban argollas de matrimonio

— Es mi esposa, ¿qué haces aquí? — respondió molesto

— ¿Le dijiste a la señora Kimi que los visitaría? Vine a verla — contesto mientras se sentaba en la silla vacía cerca de la mesa.

Christine la miraba sin poder creer que una modelo este en su casa y peor aún, una modelo grosera.

— Lo siento, soy Darí, este chico y yo fuimos a la mismo secundaria además salimos un tiempo...— se presentó. Christine la miro de arriba a abajo. La forma en que se sentó y su mirada no anunciaba nada bueno. — ¡Tú tienes una cara tan hermosa! ¿Dónde te hiciste esas cirugías? A mí me da un poco de miedo.

— ¿Qué? ¡Yo no tengo ninguna cirugía! — Alzó un poco la voz — Ryu, ¿de verdad está chica fue contigo a la escuela? Nunca había conocido a alguien tan grosero.

— No lo sé, no la recuerdo — contesto pero parecía más una excusa.

Christine le creería. Mediría las palabras de la invitada no deseada y la echaría de la casa pronto. Darí cortó el pastel en tres porciones y sirvió el vino. Ryusui le pedía que se fuera pero actuaba como si no le entendiera.

— ¿No me crees Yuu? Porque no traes el álbum de secundaria, debería haber fotos nuestras...— sugirió. Ryusui se alejaría máximo 5 minutos. Miro a su esposa y se levantó.

Christine estaba sentada frente a ella. Darí tomaba diminutos bocados de su pastel, solo 5 veces y sonrió satisfecha.

— ¿Cuánto quieres por alejarte de Ryusui? — menciono de repente.

— ¿Mostraras tu verdadera cara? Te tardaste — contesto Christine retándola.

— Yuu es la única persona que he amado y nunca lo olvide. Decidí hacerme famosa para estar a su nivel así que dime cuánto quieres por dejarlo... el dinero no es problema — comento mostrando su bolso.

— ¿Sabes que no te ves amenazante? ¿Para qué vienes a fastidiar si solo quieres recuperar tu viejo amor? ¡Piérdete! — respondió.

Darí sonrió, de su bolso saco un cheque en blanco y lo dejo en la mesa.

— La diferencia de nivel es bastante evidente así que llénalo a tu gusto. No hay manera de que él no vuelva a mí. — Respondió — por favor déjalo, todo el dinero que necesites puedo dártelo. No necesitamos este tipo de relación si ya se lo que quieres obtener de él.

— ¡Mejor vete antes de que te saque de mi casa! — advirtió

— Tú, tienes una cara falsa, tu cuerpo no es nada para el gusto de Yuu, te ves demasiado inteligente como para quedarte con él sin obtener una buena ganancia, pareces una cazadora de fortunas...— señaló provocándole, Christine es demasiado inteligente para caer en eso pero eso no significaba que no le enojara.

— ¿Acaso no te has visto en un espejo? Tus ojos se ven falsos al igual que tus pechos y ¿me dices que la falsa soy yo? ¡No me hagas reír! — contesto cortante.

Darí molesta se levantó y arrojó los platos frente a ella al suelo, tomo el vino y lo derramo por la mesa. Christine quería guardar esa memoria de cómo alguien se rebajaba con un hombre. Solo esperaba que le intente golpear y así defenderse.

— Se lo qué esperas y no sucederá...— le dio una cachetada y Christine le devolvió el golpe con un puñetazo en la nariz. Tomo en menos de 5 minutos.

El ruido hizo que Ryusui regresará para darse cuenta que el pastel estaba encima de Christine quien tenía el puño arriba y Darí estaba en el suelo.

— ¡Yuu! — Uso su voz ofendida — está mujer me atacó...

Ryusui no se acercó. Christine tomo una foto y después levantó a la chica como si nada para sacarla de la casa. Escucho murmullos alejándose que cedieron unos minutos más tarde.

Christine tendría que limpiar el piso y la mesa, Ryusui se quedó inerte. ¿Porque se torció de esa manera?  Todos estaban en contra de su unión y parecía que él no podía hacer nada.

— Cariño...— empezó a decirle pero Christine odiaba los apodos. — Christine déjame ayudarte...

— Ve con Anya, ella va a llorar en unos minutos...— contesto y continúo limpiando. No podía adivinarlo por el tono de su voz pero parecía que lloraría en cualquier momento. No le gustaba escucharla así pero no sabía cómo reconfortarla. No había explicación ni excusa para lo sucedido.

Tal como dijo, Anya comenzó a llorar quizás mojo la cama o se asustó. Ryusui fue a calmarla de inmediato.

"Él se aburrirá de ti. ¿Sabes cuál era su sueño en secundaria? ¡Tener una familia alegre como la suya! ¿Tú se la puedes dar? Puedo ver por tus manos que ni siquiera piensas en otra cosa que no sea trabajar, te dejará cuando vea que no puedes cumplir sus estándares"

Esa mención rondaba su cabeza, no quería creerlo pero ¿acaso sus padres no hicieron lo mismo? Sus "amigos" actuaron de la misma manera entonces que podría creer si ya había sucedido en otras ocasiones.




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