Azul Violeta (tercer libro)

XXV.- Uno de los resultados

Alejandro estaba furioso.

Después de saber que alguien había entrado a su taller de pintura, fueron a levantar una denuncia. Sin embargo después de dar las declaraciones y corroborar las acusaciones con los videos de seguridad, se dieron cuenta que alguien estaba mintiendo.

Christine aseguraba que desde hace algunas semanas no iba al taller pero el vídeo de seguridad la captaba a ella entrar y salir al menos cuatro veces. No le habían robado nada solo destruyeron todo.

Mientras Ryusui afirmaba que él fue ese día temprano buscando a su esposa creyendo que estaba en el taller pero al entrar y ver todo tirando tampoco le pareció extraño sin embargo la grabación del día no mostraba a Ryusui entrando.

Los policías dijeron que en ese caso deberían presentar una denuncia por violencia doméstica y no por robo. Además le recordaron a Christine que si decidía divorciarse, ella podría perder la custodia de sus hijos o quedarse en la calle; en el peor de los casos tendría que abandonar el país.

Ofendida, iba a insultarlos por llegar a una conclusión fuera de lugar sin embargo Ryusui la detuvo, debían volver a casa con sus pequeños.

Todo lo sucedido ocasionó que Alejandro se pusiera furioso ante la posibilidad de que haya hackeado su computadora. Por primera vez en años mostraba una expresión que asustaría hasta al mismo diablo.

De regreso a casa, Joiichiro les informo que los abogados se reunieron y Darí accedió a verlos para llegar a una solución.

Ryusui se sentía extrañado. Empezaba a desconfiar de sus propios recuerdos y para Christine es también era una forma de actuar extraño. Después de hacerle esa pregunta, comenzó a preguntarse qué sucedería a continuación.  En casa Christine acostó a los niños y fue a su dormitorio. El chico estaba inusualmente serio. Podría indagar lo que le ocurría pero estaba más allá de lo que podía percibir.

Christine no pudo dormir. Tantas cosas que habían pasado y parecía que no había prueba de ello. Solo lo que le convenía a Youta Darí, ella quería agarrarla del cuello y obligarla a confesar.

 

Ryusui despertó y comenzó a preparar el desayuno. Christine lo miraba cocinar mientras los niños aun dormían. Sus pensamientos hacían que no fuera consciente de lo que ocurría a su alrededor, de cuando en cuando miraba a su esposa que le dirigía una dulce sonrisa pero ¿era para él? ¿Era genuina? ¿O solo lo hacía por compasión?

— Ryu, ¿qué ocurre?

— Christine...si tuve una relación extramarital, ¿me perdonarías?

— ¿Qué clase de pregunta es esa? — contesto.

Ryusui recordó como ella le platico que su madre siempre dijo que su marido la engañaba y bajo esa sospecha la familia se vino a abajo, bueno, al menos recordar eso le hizo pensar que no sería perdonado.

— Pero no me has engañado, ¿verdad? Entonces no debo perdonar nada...— afirmo

— Ya...creo que a partir de esta noche, dormiré en el taller...así no te molestaré con las intromisiones de los medios...— le sirvió el desayuno.

Eso la tomo desprevenida. ¿Ahora que estaba ocurriendo para llegar a esa resolución?

 

Después del medio día estaban en el auto de Joiichiro rumbo a la agencia Hoshino. Los niños quedaron al cuidado de Alejandro. Christine estaba muy callada y Ryusui iba mirando el teléfono como a cada momento se convertía en el trending topic por su trabajo y supuestas infidelidades. Sus dimes y diretes se convirtieron en una plática común.

Al entrar, gracias a la estricta seguridad, pudieron evitar los medios. El equipo legal de Darí y la misma Darí ya estaba allí. Querían de ser posible arreglar todo en ese momento y no llegar a juicio.

Primero lo acusaron de adulterio. Darí tenía un vídeo donde están Ryusui proponiéndole matrimonio hace medio año. Christine lo miro y le pareció imposible pues hace medio año ellos estaban juntos en casa. Sin embargo, los abogados sospechaban que la licencia matrimonial de Christine y Ryusui era falsa así que pedían una investigación extra con el fin de agregar más cargos.

Después, Darí le recordó que cuando le dijo que estaba embarazada, el joven actor le dijo que se haría cargo del bebé después de divorciarse de su actual esposa pues el amor se había terminado. Ryusui no podía creer lo que escuchaba hasta que ella presentó grabaciones de que él dijo aquellas palabras.

Lo mínimo que exigían era que se hiciera cargo del nonato y un acuerdo de que Christine ya no buscaría a Ryusui bajo el peligro de ir a prisión acusada de hostigamiento. El equipo legal de la agencia Hoshino escuchaba con cuidado, parecía que cada palabra tendría una contramedida.

Christine pidió una prueba de paternidad.

Todos se quedaron boquiabiertos pues eso era como una violación a la privacidad. Christine estaba segura que todo fue armado y ella misma se aseguraría de que todos y cada uno se disculpará o pagarán con su vida el daño que estaban ocasionando.

El montón de abogados parecían estar de acuerdo. Ryusui no tenía cabeza para defenderse, tantas fechas y actos lo confundieron mucho. Christine sabía que estaba bajo mucha presión pero ella también estaba siendo perjudicada, debía hacer algo. No podía decirle que se defendiera aunque lo deseara, sabía que él estaba librando una batalla interna pero no sabía si ganaría o no.




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