Azul Violeta (tercer libro)

XXXI.- Creer y dudar

Mientras Christine y Ryusui se reconciliaran, el abogado Yamashita iba a casa de Alejandro a ver la evidencia que ellos proporcionarían.

— ¿Qué? — dijo al abrir Alejandro pensando que ella fue a visitarlo.

— Hola, soy el abogado Yamashita, Christine me envió a revisar la evidencia...

Alejandro lo dejo pasar. Odiaba que hubiera reuniones en su casa pero en tres días tendrían una plática con el juez de los asuntos contra Darí.

— Tu casa es bonita...

— Nadie pidió tu opinión, siéntate frente allá...— contesto. Fue a revisar si su hijo ya estaba dormido. Yamashita se sentó en la sala. Había una mesa improvisada donde una mujer trabajaba con 3 computadoras a la vez.

— Hola, soy Yamashita...— y le dio su tarjeta. Myra lo miro de arriba a abajo, ¿dónde había conseguido un abogado tan extraño?

— Mucho gusto, soy Myra Blau. Aún reviso los videos así que tendrá que esperar un rato más...

— No hay problema...

Saco algunos documentos y comenzó a leerlos. Ese rato se haría más largo cuando sintió un olor cosquilleando su nariz, quizás el anfitrión estaba preparando la cena.

Alejandro le sirvió a Myra. Después de volvió hacia Yamashita y le dijo.

— ¡Yo no te serviré!

— No te preocupes, traje mi propia cena...— contesto.

Le parecía extraño. ¿Cómo Christine se fue a juntar con dos personas tan groseras por su falta de hospitalidad y modales? Comió su propia comida. Alejandro estaba guardando y fechando la evidencia que envío el investigador de Christine.

— Este... ¿desde cuándo la conocen?... ¿no creen que es algo tonto que ella se aferre a su marido diciendo que no le fue infiel?  — pregunto de la nada

Myra levantó la vista pero no dijo nada. Alejandro, dejo su comida y contesto.

— La conocí en la universidad... ¿esto es relevante para ayudarla?

— No, solo curiosidad...ella no parece tener muchos amigos si cree ciegamente en ellos como si nada estuviera sucediendo...— respondió

Myra dejo de comer.

— Pero ¿no le parece que en lugar de dudar de todos les debes de creer hasta que se demuestre lo contrario?

— Eso es más un término que usan los abogados.

— Su padre es abogado...— y termino de comer — Christine cree que todos tiene una razón para actuar por muy tonta que sea. Ella prefiere creer en lo que digan porque no sabe sus circunstancias.

— Pues, es el razonamiento de un niño de primaria...

— Pues es así...— contesto. — conozco una historia, aunque solo es una versión.

— ¿De qué? ¿De porque ella es tan tonta? — comento el abogado provocándolos.

— Algo así...— contesto Myra y continúo. — cuando ella asistía a la primaria tuvo que ausentarse varias semanas por una enfermedad. Algunos de sus compañeros la visitaron. Cuando regreso a la escuela había rumores de todo tipo. Aparentemente ella era más rica que la media escolar. Nadie entendía porque están allí. Difundieron fotos de su casa y las cosas que tenía incluyendo una foto especial de ella y su amigo mientras esté le dan un inocente beso... ¿cómo reaccionaría?

— Son cosas de niños... ellos fácilmente cuentan lo que ocurre en su casa como si nada.

— Exacto, son cosas de niños pero... esas cosas hicieron que la madre de Christine estuviera furiosa, ella ya no quería a ningún invitado no deseado en su casa. No confiaba en su hija diciéndole que las cosas de casa son para la casa y la de la calle para la calle... Christine no podía creer que sus amigas hayan hecho algo como eso...

— Pues que mensa... ¡cualquiera se daría cuenta de sus intenciones!

— Pero ¿cómo se lo explicar a un niño de solo 7 años que sus amigos están mal? No hay manera que lo entienda, ¿verdad? Usted dijo, son cosas de niños y los adultos solo creerán lo que pueden entender y explicar.

Yamashita negó.

— Christine dijo que las escucharía para defenderlas pero ellas le dieron la espalda diciendo que no la querían cerca. Eran tan envidiosas que ellas ya sabían lo malo que sería para Christine si le decían que ella era mala. Son niños, se creen todo y esa misma razón de creerlo todo hizo que su vida se hiciera solitaria...

— Entonces ¿confía en ellos ciegamente? ¿Esa fue su resolución?

— No, Christine es una de las personas más inteligentes del país, su padre siempre le dijo que debía confiar en lo que ellos decían porque de ser mentira, el daño es para quien lo dice, no para quien lo recibe. — Explicó — ella acepta que todos tienes razones para actuar así y no las cuestiona, solo los deja ser... si es verdad, se demostrara pero si es mentira, se derrumbara.

— Pues insisto en que es tonto. Si fuera ella me alejaría de todo eso y dudaría de todo. No entiendo cómo puede vivir si nadie será sincero a su alrededor. — contesto.

— Es posible. ¿Sabe de qué está conformado el mundo? — pregunto Alejandro

— No, ¿de paz y amor? — el abogado estaba pensando en las palabras de Myra.




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